
La Caixa financia con casi medio millón de euros un proyecto gallego para descifrar su impacto en la proliferación tumoral
21 sep 2022 . Actualizado a las 07:11 h.El proyecto surgió de una paradoja que llamó la atención de los científicos. ¿Por qué el genoma humano tiene el mismo número de genes que codifican proteínas que un simple gusano? Esta pregunta lleva a otra más profunda: ¿Cuál es entonces el secreto de nuestra complejidad como especie? La clave está en cómo se regula la actividad de nuestros genes, más compleja que en otras especies y en la que participan diferentes mecanismos moleculares involucrados en la modulación de la expresión de un gen. Es lo que se cree, pero buena parte de cómo funciona este laberíntico entramado sigue siendo desconocido para la ciencia.
Ni siquiera se conoce muy bien qué papel desempeñan en este puzle molecular los genes saltarines. Denominados técnicamente retrotransposones son fragmentos de material genético que representan aproximadamente la mitad de nuestro ADN y que pueden saltar de un lugar a otro de nuestro genoma. Es decir, copiar y pegarse en otras regiones para integrarse en ellas, lo que supone una de las más fuentes más importantes de mutación y, por tanto, de enfermedades, incluida el cáncer.
Descubrir sus misterios y su implicación en las enfermedades y en la proliferación tumoral es el objetivo del proyecto Cancer Interaction, dirigido por el investigador José Tubío y en el grupo Genomas y Enfermedad del Cimus de la Universidade de Santiago, que acaba recibir una financiación de 495.000 euros de la Fundación ‘la Caixa' dentro de su convocatoria CaixaResearch de Investigación en Salud.
El equipo, en el marco del Consorcio Internacional del Cáncer, descubrió recientemente que los retrotransposones son una causa importante de la mutación en el cáncer, pero todavía se desconoce cómo los genes saltarines cambian la forma de expresarse de los genes.
«Pretendemos averiguar en qué medida esta movilización en el genoma provoca cambios en la expresión de los genes de las células tumorales, pues hay resultados previos que muestran que los retrotransposones poseen la capacidad para modular la expresión de los genes allí en donde saltan», explica el responsable del proyecto, José Tubío, que en este caso contó con la colaboración de los estudiantes de doctorado Ana Oitabén, Iago Otero, Sonia Zumalave y del postdoctoral Daniel García Souto. Su propuesta también fue finalista en el elitista programa Consolidator Gran del Consejo Europeo de Investigación (ERC).
Para desarrollar el estudio, los investigadores examinarán cómo el genoma tumoral se distribuye en las tres dimensiones dentro de la célula cancerosa, ya que es en este contexto tridimensional en donde se puede observar cómo un gen es regulado por una secuencia que modifica su expresión.
La esencia de los humanos
«Creemos que este proyecto, además de ayudarnos a conocer mejor los mecanismos moleculares que rigen el cáncer, también proporcionará una comprensión más profunda de los mecanismos de mutación y regulación génica que explican la complejidad de los genomas de los seres vivos más complejos y, en definitiva, la esencia que nos hace humanos», concluye Tubío.
En la convocatoria de este año del programa CaixaResearch se presentaron 546 propuestas de España y Portugal, de las que solo fueron aprobadas 33, entre ellas la del Cimus, la única gallega aprobada, lo que revela la gran competitividad del plan, cuyo objetivo es promover iniciativas que impacten de forma directa en la salud de los ciudadanos.
La Fundación ‘la Caixa' ha aportado este año 23,1 millones de euros para financiar el programa. Cataluña, con nueve proyectos financiados, ha sido la comunidad más beneficiada, seguida de Madrid, con 6. A Portugal le han correspondido siete.