Veinte millones de desplazados, más inundaciones torrenciales y olas de calor marino: los impactos del cambio climático en el Mediterráneo
SOCIEDAD
Un informe científico presentado en la cumbre del clima de Bakú insta a tomar medidas más contundentes, porque de lo contrario «esta región tal y como la conocemos podría dejar de existir»
18 nov 2024 . Actualizado a las 18:03 h.Si las tendencias actuales continúan, hasta 20 millones de personas en la región del Mediterráneo podrían verse desplazadas permanentemente debido al aumento del nivel del mar en el año 2100. Las olas de calor marinas, cuya frecuencia y duración se han ido incrementando en las dos últimas décadas en un 40 % y un 15 % respectivamente, junto con la degradación ambiental en una de las áreas más contaminadas por plásticos del mundo, tienen una variedad de efectos ecológicos y socioeconómicos preocupantes para el Mediterráneo. La región también se enfrenta a picos notables de demanda de agua en verano, una tendencia que podría intensificar en los próximos años debido al cambio climático, las prácticas agrícolas, y el aumento de la población y el turismo en las zonas costeras.
Estas son algunas de las conclusiones de los impactos que se esperan para la región, un foco crítico del calentamiento global, y que se recogen en un informe científico que se ha presentado este lunes en la cumbre del clima de Bakú (Azerbaiyán), la COP29.
Casi tres semanas después de que devastadoras inundaciones arrasaran Valencia, la red de Expertos Mediterráneos sobre el Cambio Climático y Ambiental (MedECC), y la Unión por el Mediterráneo (UpM) han presentado los últimos datos científicos sobre los peligrosos efectos del cambio climático y la degradación ambiental en las zonas costeras. Los científicos Piero Lionello, de la Universidad de Salento, y Mohamed Abdel Monem, consultor independiente en cambio climático y desarrollo rural, han destacado junto con Ines Duarte, project manager de energía y acción climática de la UpM, la necesidad de implementar medidas de adaptación y mitigación más eficientes en la región.
«El mar Mediterráneo es un gran motivo de orgullo para los 22 países que bordean sus costas, una parte inextricable de su identidad y patrimonio», dijo Inés Duarte, project manager de energía y acción climática de la UpM. «Pero es hora de entender que el Mediterráneo tal y como lo conocemos podría dejar de existir si nuestros esfuerzos para combatir el cambio climático siguen siendo insuficientes. Dada su importancia, apoyar la transición verde siempre ha sido una de las mayores prioridades de la Unión por el Mediterráneo».
Tomando como punto de partida el Primer Informe de Evaluación del Mediterráneo (MAR1), el primer informe científico a nivel regional sobre el cambio climático y la degradación ambiental, los nuevos estudios de MedECC vuelven a hacer sonar la alarma, llamando la atención sobre los peligros actuales y futuros, y presentando acciones para minimizar estos efectos.
Estos son algunos de los impactos que se esperan y que el informe recoge como puntos críticos.
-Desplazamientos: Un tercio de la población de la región mediterránea vive muy próxima al mar y depende de sus infraestructuras y actividades económicas circundantes. Se prevé que la población de las zonas costeras aumente más rápidamente que la de las zonas de interior, lo cual supone una exposición mayor de la población y de los recursos a los peligros costeros derivados del cambio climático y de la degradación del medio ambiente. A pesar de que, según algunas estimaciones, la población puede disminuir en el norte, se espera un fuerte incremento poblacional en el sur y el este, lo que significa que hasta 20 millones de personas podrían sufrir un desplazamiento permanente debido al aumento del nivel del mar de cara a 2100.
-Infraestructuras: Otras infraestructuras, como redes de transporte o lugares de patrimonio cultural, también estarán en alto riesgo. La región ya alberga tres de los veinte aeropuertos del mundo en mayor riesgo por inundaciones costeras.
-Aumento del nivel del mar: El actual índice de aumento del nivel del mar en el Mediterráneo es de 2,8 milímetros al año, lo cual representa el doble de la media del siglo XX; mientras que de cara a finales del siglo XXI el nivel medio del mar podría aumentar un metro. La costa mediterránea es una de las regiones del mundo con mayor probabilidad de sufrir inundaciones severas, cuyo impacto se verá agravado por el cambio climático y el crecimiento de la población en la costa.
Es probable que los acontecimientos extremos relacionados con el nivel del mar, que suceden una vez cada cien años, aumenten su frecuencia en un 10 % como mínimo en el 2050 y en un 22 % en el 2100, en una situación de emisiones intermedias. Las precipitaciones disminuirán en la mayor parte del Mediterráneo, pero los episodios de lluvias torrenciales aumentarán en algunas regiones del norte del Mediterráneo. Tanto la protección frente a las inundaciones costeras como la gestión de la erosión costera suele depender de soluciones de ingeniería de un elevado coste y, por lo general, no suelen tener en cuenta los futuros valores del aumento del nivel del mar, lo cual podría implicar que su efectividad resultara limitada a largo plazo.
-Olas de calor marinas: Las olas de calor marinas, cuya frecuencia y duración se han ido incrementando en las dos últimas décadas en un 40 % y un 15 % respectivamente, aumentan las emisiones de carbono y favorecen la aparición de especies tropicales no autóctonas, las cuales, a su vez, conllevan varias consecuencias socioeconómicas y ecológicas en el Mediterráneo. Las olas de calor también han provocado episodios de muertes masivas que han afectado a corales, esponjas, moluscos, briozoos y equinodermos, y se espera que estos episodios sean incluso más habituales en un futuro.
-La biodiversidad, al límite: Mientras que el impacto del cambio climático se intensifica en el Mediterráneo, una región especialmente afectada en la que se espera que las temperaturas aumenten a una mayor velocidad que la media mundial, la eficacia de las medidas de conservación dependerá en gran medida del éxito en los trabajos de mitigación del cambio climático. Los límites serán cada vez más estrictos a medida que aumente la temperatura mundial. Se alcanzarán los límites de adaptación de los ecosistemas costeros, terrestres, de agua dulce y salobre, cuando se llegue a un calentamiento tres grados centígrados en el norte y probablemente antes en las regiones del sur y del este, que se prevé que se verán especialmente afectadas por la futura degradación y reducción de los recursos de agua dulce convencionales. Dicha evolución derivará en un aumento de los riesgos generales y dificultará su gestión.
-Contaminación por plásticos: El mar Mediterráneo es una de las zonas más contaminadas por residuos plásticos del mundo. Los plásticos representan hasta el 82 % de la basura visible, el 95-100 % del total de la basura marina flotante y más del 50 % de la basura en el suelo marino. De cara al 2040, se estima que los vertidos de plásticos al mar se duplicarán si la producción de plástico anual sigue aumentando a un índice de un 4 % y si la gestión de residuos no experimenta una mejora radical. Los ecosistemas mediterráneos y la salud humana se enfrentan a fuertes amenazas por los altos niveles de contaminación en la costa, que son el resultado, principalmente, de actividades humanas terrestres, como la industria, la agricultura, la urbanización y el turismo.
Pese a que la legislación europea ha conseguido reducir las concentraciones de metales tóxicos, el norte del Mediterráneo cada vez se ve más afectado por nuevos contaminantes. La falta de datos relevantes, de entendimiento y de tecnología para tratar dichos contaminantes supone que no se pueda realizar un seguimiento efectivo ni una evaluación de riesgos. Se espera que dichos riesgos para los ecosistemas costeros y la salud humana ocasionados por la contaminación aumenten a medida que también crecen las presiones antropogénicas al no contar actualmente con una estrategia coherente para reducir la contaminación a escala mediterránea.
-Impacto en el turismo. El Mediterráneo es el principal destino turístico del mundo, tanto a escala internacional, al atraer aproximadamente a un tercio del turismo mundial, como a escala nacional, con más de la mitad de los establecimientos de alojamiento turístico de la UE. Del mismo modo que ocurre con la agricultura de regadío, el turismo produce picos de demanda de agua en verano, un fenómeno que se prevé que se intensificará en el futuro por culpa del cambio climático, de las prácticas agrícolas y del aumento de la población y del turismo en las zonas costeras, especialmente en el sur. El turismo, al igual que otros sectores con una importancia socioeconómica crucial, como los puertos y el transporte marítimo, o la construcción y los bienes inmuebles, se basa en gran medida en modelos de desarrollo extractivos, pero podrían ser más sostenibles si pasaran a utilizar prácticas más respetuosas con el medio ambiente y circulares, incluido el uso de energías renovables, que promuevan a las comunidades locales y conserven los recursos naturales.