Las noches calurosas elevan la mortalidad hasta un 3 %, según un estudio liderado por la Misión Biológica de Galicia
SOCIEDAD
La investigación desvela que Granada, Madrid y Córdoba son las ciudades con mayor exceso de calor nocturno
02 sep 2025 . Actualizado a las 19:13 h.Las noches calurosas elevan la mortalidad hasta un 3 % y el calor nocturno tiene un efecto independiente del diurno, por lo que exige medidas específicas de prevención, según recoge un estudio internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El trabajo, publicado en la revista Environment International y liderado por la Misión Biológica de Galicia (MBG), con la participación del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (Idaea) de Cataluña y la Estación Biológica de Doñana (EBD), revela una asociación entre las noches calurosas y el riesgo de mortalidad a nivel global.
El objetivo de la investigación era analizar si el calor nocturno, que se da cuando la temperatura supera ciertos umbrales durante varias horas, tiene un impacto específico en la salud. Para ello, se analizaron más de 14 millones de muertes en 178 ciudades de 44 países en el período comprendido entre 1990 y el 2018, y se utilizaron datos horarios de temperatura y modelos estadísticos avanzados. En el caso de España, se evaluaron datos de 42 capitales de provincia. Los valores más altos de exceso de calor nocturno se observaron en la cuenca mediterránea central y suroriental, con Granada, Madrid y Córdoba a la cabeza.
El análisis de todos estos datos ha puesto de manifiesto que las noches calurosas están asociadas con un aumento de la mortalidad de hasta el 3 % y que el calor nocturno tiene un efecto independiente del diurno. «El calor nocturno impide la recuperación fisiológica del cuerpo tras el estrés térmico durante el día, afecta a la calidad del sueño y puede agravar enfermedades cardiovasculares, respiratorias y neurológicas. En ciudades con efecto isla de calor urbano, la exposición nocturna puede ser aún más intensa», alerta el investigador Ramón y Cajal en la MBG Dominic Royé, primer autor del estudio. Royé también destaca que las ciudades de Madrid, Valencia, Barcelona y Sevilla presentan una alta frecuencia de noches tropicales y ecuatoriales.
Por ello, el equipo de investigación aboga por incluir el calor nocturno en los sistemas de alerta temprana, desarrollar refugios climáticos urbanos, garantizar condiciones térmicas adecuadas en viviendas, hospitales y residencias, y diseñar planes de prevención que consideren el calor nocturno como un riesgo específico.