
Las organizaciones agrarias aseguran que Pablo Iglesias les dijo estar de su lado y les lanzó un mensaje: «Seguid apretando»
19 feb 2020 . Actualizado a las 09:58 h.Justo la misma semana en la que el Consejo Europeo debatirá la propuesta de cercenar sin contemplaciones en un 14 % las ayudas destinadas al rural durante los próximos siete años, las protestas continúan en el campo. Más de un mes después de haber brotado, los pequeños frutos que han dado se reducen a un ofrecimiento de diálogo, a la promesa de aprobar cuanto antes la reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria y, según los sindicatos agrarios, al apoyo de Pablo Iglesias a la causa del campo. El vicepresidente segundo del Gobierno les trasladó ayer su apoyo, consideró que llevan «razón» y les lanzó un mensaje: «Seguid apretando». Pero las promesas no bastan. Los agricultores quieren «medidas concretas, con carácter urgente dentro y fuera de nuestras fronteras». Mientras no las haya, continuarán su batalla.
De ahí que la reunión de ayer por la tarde con COAG, Asaja y UPA, encuentro en el que también estuvo la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el secretario general de Agricultura, Fernando Miranda, fue satisfactoria, pero no suficiente. Eso que al parecer el vicepresidente segundo les transmitió su apoyo, comentándoles además que las movilizaciones hacen que los gobiernos actúen más rápidamente. Al menos eso es lo que aseguraron los representantes de los agricultores tras salir del encuentro, una cita que trataba de enmendar la polémica suscitada el viernes, cuando esos mismos sindicatos fueron desconvocados de la reunión con UGT y CC.OO.
Fue justo ese desplante el que convirtió a Pablo Iglesias en la diana de algunas de las pancartas que portaron los más de 5.000 agricultores que durante la mañana de ayer sacaron de sus fincas unos 1.200 tractores, según los organizadores, para cortar el tráfico en varios tramos de la A-5 y la A-66, en Extremadura, y de la A-7, en Almería, a la altura de El Ejido: «El Coletas come lubina y los agricultores estamos en la ruina», fue uno de los lemas de la jornada. Y mientras en Extremadura los agricultores repartieron entre los conductores parados en la calzada paquetes de pimentón de la Vera, en El Ejido los manifestantes arrojaron a la vía tomates y pepinos para protestar por la situación de precariedad y algunos prendieron fuego a pilas de cajas de plástico para crear barricadas.
Las movilizaciones de ayer, por tanto, no serán las últimas. Hoy es en A Coruña y Granada. Lo explicaron bien los representantes de las organizaciones convocantes tras su reunión con los miembros del Gobierno. El secretario general de COAG; Miguel Blanco, como recoge Colpisa, sostuvo la importancia de una «coordinación ministerial», ya que hay asuntos competencia del Ministerio de Seguridad Social en las que la ministra Díaz no les puede dar solución. Un ejemplo son las bonificaciones a las cotizaciones sociales que exige el sector.
Respecto a la subida del salario mínimo (SMI), que en un principio parecía el principal foco de atención ya que las movilizaciones comenzaron después del anuncio de subida a 950 euros mensuales, Blanco explicó que las asociaciones agrarias no quieren que se reduzca, pero los precios y las rentas «también tienen que ser dignas porque la subida del SMI tiene una clara incidencia en los costes de producción».
Un poco más optimista fue Lorenzo Ramos, secretario general de UPA, que considera que estas reuniones están marcando el camino para un acuerdo que «se terminará plasmando en unos días». Destacó que el Gobierno les ha reconocido que sus movilizaciones son «justas» y que tienen razón denunciando una situación «injusta»: «Me llevo la sensación de que en pocos días tendremos concreción y que en una semana o diez días podremos presentar un documento a los agricultores», aseguró Ramos, quien confirmó que en ese caso se desconvocarían las protestas.
¿Por qué salen hoy los agricultores gallegos a la calle?
Los agricultores y ganaderos gallegos salen hoy a la calle, tomando el testigo de las manifestaciones que sus compañeros de profesión están celebrando por toda España. Y, aunque respaldan todas y cada una de las reivindicaciones que estos plantean, Unións Agrarias, convocante de la protesta, ha decidido darle un enfoque más autonómico a la misma. Los problemas que atraviesa el sector lácteo, inmerso en plena negociación del precio de la leche para el próximo año, centran parte de las reivindicaciones, que también incluyen la reclamación a la Xunta de la puesta en marcha de un observatorio de precios autonómico o mejoras en los contratos que firman los viticultores gallegos para vender su uva.
Hablar de costes de producción, explican en UU.AA., es hablar de la base territorial, de los daños que ocasiona el jabalí y del precio de la energía. Es por ello que la formación considera que debe ser Medio Rural la que establezca un observatorio que permita calcular lo que cuesta producir un producto en Galicia. Al fin y al cabo, añaden, no es lo mismo producir un kilo de uva en la Ribeira Sacra que en Castilla.
Los precios de los productos alimentarios centran otra de las reivindicaciones del sindicato. Y aquí, la formación quiere poner el foco en el sector lácteo. Denuncia «a imposibilidade de poder negociar o prezo do leite porque a industria oferta 29,5 céntimos por litro e non da posibilidade de modificalo», explica Roberto García, secretario general de la formación. Reclama al ministerio que tome medidas urgentes y, mediante un decreto ley, prohíba que las industrias paguen por debajo de los costes de producción. Recuerda que en este sector está regulada ya la negociación colectiva, cosa que en otros aún no, y por eso considera que es aquí donde el ministerio debería demostrar su intención de cambiar las cosas, «agora que estamos negociando prezos».
Su tercera reivindicación pasa por pedir una mejora en los seguros agrarios, a los que cada vez tienen que recurrir más los agricultores por los fenómenos meteorológicos adversos, y por pedir medidas fiscales que favorezcan a este sector.