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Técnicas genómicas: el método que ayudará a la agricultura a ser más sostenible

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

Viu

España quiere aprovechar la reunión informal de ministros de Agricultura de Córdoba para dar un impulso a la normativa sobre las variedades vegetales producidas mediante este nuevo sistema

01 sep 2023 . Actualizado a las 09:40 h.

A partir del domingo, Córdoba acogerá la reunión informal de ministros de agricultura de la Unión Europea. Un encuentro que la presidencia española quiere aprovechar para comenzar a negociar la propuesta legislativa sobre las nuevas técnicas genómicas que la Comisión presentó a principios del pasado mes de julio, según confirmaron fuentes ministeriales. Esta nueva normativa viene a tratar de solventar un vacío que se creó hace unos años, cuando la Unión Europea decidió que todo el material obtenido mediante estas técnicas debía seguir el mismo camino que los organismos modificados genéticamente, entre lo que figuran los transgénicos. Ahora, esta nueva regulación abre la puerta a que se puedan utilizar estas técnicas para desarrollar, de forma precisa y eficaz, variedades vegetales mejoradas que pueden ser resilientes al clima y resistentes a las plagas. 

Según explican en el ministerio, la mejora de los cereales, frutas y hortalizas es algo que los agricultores llevan haciendo desde que nació la agricultura. Para ello, se cruzaban semillas o se seleccionaban aquellas que daban unos mejores resultados. En los últimos años, los avances tecnológicos han dado lugar a técnicas genómicas que permiten hacer exactamente lo mismo, pero más rápido y con mayor precisión. El problema es que, hasta hace unos meses, no había una legislación que autorizase el uso de estos métodos, pues se equiparaban con los transgénicos. Ahora, España quiere aprovechar su presidencia, y más concretamente la reunión informal de ministros de Agricultura que comienza el domingo, para dar un impulso a las negociaciones que permitan sacar adelante este nuevo reglamento.

Pero ¿qué son las nuevas técnicas genómicas? Pues son unas herramientas innovadoras que, según la Comisión Europea, pueden ayudar a aumentar la sostenibilidad del sistema alimentario y lograr los objetivos del Pacto Verde Europeo. Porque estas permiten desarrollar, de forma precisa y eficaz, variedades vegetales mejoradas que puedan ser resilientes al clima y resistentes a las plagas, al requerir el uso de menos fertilizantes y plaguicidas o garantizar un mayor rendimiento. Desde Europa insisten en que algunos de los cambios que se realizan mediante estas nuevas técnicas también pueden producirse en la naturaleza o a través de técnicas de mejora convencionales. La única diferencia es que, al usar estas nuevas técnicas, los cambios pueden ser más específicos, precisos y rápidos.

Actualmente, los vegetales obtenidos mediante estas técnicas están sujetos a las mismas normas que los organizamos modificados genéticamente. La propuesta regulatoria de la Comisión establece ahora dos categorías de plantas obtenidas mediante estas técnicas genómicas: aquellas comparables a las naturales o convencionales y las que tienen modificaciones más complejas. Las primeras estarán sujetas a un procedimiento de verificación y se tratarán como vegetales convencionales, que estarán exentos de cumplir los requisitos de la legislación sobre organismos modificados genéticamente (OMG). Esto significa que no es necesario realizar una evaluación de riesgos y que pueden etiquetarse de la misma manera que los vegetales convencionales. Lo segundos, en cambio, deben someterse a evaluaciones de riesgo y solo podrán comercializarse tras un procedimiento de autorización. Para estos vegetales habrá métodos de detección adaptados y requisitos de seguimientos hechos a medida. 

La propuesta de la Comisión solo se refiere a los vegetales producidos mediante dos técnicas genómicas concretas: la mutagénesis dirigida y la cisgénesis. La primera induce mutaciones en el genoma sin la inserción de material genético extraño. La otra es la inserción de un organismo receptor de material genético procedente de un donante sexualmente compatible con dicho organismo receptor. Quedan fuera de esta regulación los vegetales obtenidos mediante técnicas genómicas en las que se introduce material genético de una especie no compatible, conocida como transgénesis

La intención de la Comisión es que esta nueva normativa contribuya a la transición ecológica del sistema agroalimentario, reduciendo el uso de plaguicidas y fertilizantes. Actualmente, fuera de la Unión Europea ya están llegando a los mercados productos vegetales obtenidos mediante estas técnicas y que presentan características como la resistencia a plagas y enfermedades, la mejora de las cualidades nutricionales o una menor necesidad de plaguicidas. Por ejemplo, Estados Unidos comercializa una mostaza que es menos amarga y en Filipinas se han probado plátanos que no se ponen marrones. 

Otra cuestión que quiere dejar clara la Comisión es que esta propuesta garantiza un elevado nivel de protección de la salud humana y animal y del medio ambiente. Y es que se ha contado con los dictámenes científicos de la Agencia de Seguridad Alimentaria Europea, en los que se concluye que no existen nuevos peligros específicamente relacionados con la mutagénesis dirigida y la cisgénesis en los vegetales. De hecho, esta entidad señaló que algunos vegetales productos con estas técnicas pueden experimentar pequeños cambios que también pueden producirse en la naturaleza o a través de técnicas de mejora convencionales. 

Fuentes del ministerio de Agricultura aseguraron ayer que España llevaba mucho tiempo esperando por esta regulación y que, por eso, se aprovechará la reunión informal para avanzar lo máximo posible en las negociaciones. Sostienen que varios son los países europeos interesados en sacar adelante esta propuesta, pues abre muchas posibilidades a la agricultura y, además, está enfocada a lograr una mayor sostenibilidad en el sector. 

 Acercar posturas sobre la reducción de los fitosanitarios

Otra de las cuestiones que se tratará en la reunión informal de ministros es la propuesta legislativa sobre la reducción en el uso de productos fitosanitarios. La propuesta se lleva negociando desde junio del pasado año y, hasta ahora, no se ha llegado a un acuerdo. La idea del Gobierno es que esta normativa pueda estar concluida durante la presidencia Española, aunque reconoce que actualmente sigue habiendo desacuerdos sobre el nivel de ambición que debe incluir dicha propuesta. 

La normativa establece, actualmente, que antes del año 2023, la Unión Europea debe reducir a la mitad el uso de fitosanitarios. En el Ministerio de Agricultura son conscientes de que la lucha integrada y todas las otras medidas que se han puesto en marcha en los últimos años han contribuido, de forma decisiva, a reducir el empleo de estas sustancias químicas en la agricultura. Aún así, varios son los países europeos que no están de acuerdo con que la reducción sea del 50 %, pues la consideran excesiva para permitir una producción agrícola sostenible. 

Por eso, durante las próximas semanas se tratará de acercar posturas y de definir esos niveles de ambición que debe incluir la propuesta para ajustar las exigencias medioambientales a las necesidades de los agricultores y garantizar que estos tienen recursos suficientes para luchar contra las plagas. Porque no solo se está debatiendo sobre el porcentaje que se tiene que reducir en el uso de estos productos, también está sobre la mesa la aplicación de tratamientos en zonas sensibles, entre otras cuestiones.