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La movilización de tierras, una potente vía para revitalizar el medio rural

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

De izquierda a derecha, el ganadero asentado en la aldea modelo de Osmo (Cenlle), Lucas Cabanelas; la alcaldesa de Oímbra, Ana Villarino; el conselleiro de Medio Rural, José González; y Lucía Escrigas, arquitecta de la Fundación Ría
De izquierda a derecha, el ganadero asentado en la aldea modelo de Osmo (Cenlle), Lucas Cabanelas; la alcaldesa de Oímbra, Ana Villarino; el conselleiro de Medio Rural, José González; y Lucía Escrigas, arquitecta de la Fundación Ría GONZALO BARRAL

El conselleiro de Medio Rural, la alcaldesa de Oímbra, la Fundación Ría y un ganadero analizan en La Voz el avance de la Lei de Recuperación da Terra Agraria

28 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Según un estudio encargado en su día por la Consellería do Medio Rural a las universidades gallegas, en Galicia hay más de 500.000 hectáreas de tierra con capacidad productiva que están abandonadas. «Non podiamos permitir que todo ese terreo estivera cheo de xestas», aseguró el conselleiro de Medio Rural, José González, en una mesa organizada por La Voz para debatir los avances de la Lei de Recuperación da Terra Agraria, en la que también participaron la alcaldesa de Oímbra, Ana Villarino, el promotor de la aldea modelo de Osmo, Lucas Cabanelas, y la arquitecta de la Fundación Ría, Lucía Escrigas. Esta normativa se puso en marcha con el objetivo de «ampliar o abano de mecanismos que nos permiten mobilizar a terra e darlle o uso forestal, gandeiro ou agrícola que sempre tivo. E facelo dun xeito ordenado», añadió González. El proceso es lento, reconoce, pero en estos momentos ya están en marcha los primeros polígonos agroforestales y aldeas modelo, que están devolviendo al rural parte de la vida que había perdido.

Oímbra será el primer municipio en tener un polígono agroforestal en funcionamiento, una de las figuras que permite esa normativa. El proceso no fue sencillo, reconoce su alcaldesa «polos problemas coas propiedades das fincas, pero fomos resolvendo todo co apoio dos técnicos da consellería», cuenta Villarino. La figura buscaba recuperar una extensión de 20 hectáreas «que eran produtivas e que levaban vinte anos abandonadas» en una zona, además, muy afectada por los incendios. Querían utilizarlas para el cultivo de la huerta, sobre todo del pimiento con IXP que lleva el nombre del municipio y del viñedo, amparado por la denominación de origen Monterrei. «Temos que vivir do noso, que son produtos de moita calidade, e que nos poden servir incluso para atraer a novos poboadores», añade la regidora.

Han sido meses de duro trabajo, pero actualmente el Concello conoce ya a los titulares de todas las fincas y confía en que, el próximo año, se puedan plantar los primeros pimientos. «Nos polígonos traballamos á vontade dos propietarios», explicó González. Porque la Xunta pone precio a los terrenos y les da la oportunidad de alquilarlos, venderlos o trabajarlos ellos mismos, si están interesados. En Oímbra, por ejemplo, la mayoría optaron por vender, «porque a xente o que quere é que se traballe a terra», asegura el conselleiro. Una vez que la Xunta tiene todas las parcelas, estas se ordenan y se agrupan, para sacarlas a licitación, que será el próximo paso en este polígono.

Aldea modelo

Lucas Cabanelas tenía una explotación de porcino en San Amaro, que tuvo que cerrar porque no le era rentable. Poco después oyó hablar de la aldea modelo de Osmo, en Cenlle, y decidió retomar el trabajo. «En San Amaro non podía crecer, agora teño máis de cinco hectáreas e, ademais, non tiven que facer unha gran inversión inicial», cuenta. Porque Medio Rural le facilitó la finca con todo lo necesario para la cría de los animales de Porco Celta.

Galicia tiene en marcha 21 aldeas modelo y 26 polígonos agroforestales decretados (hay otros seis anunciados), además de 30 concentraciones parcelarias decretadas para las que, en los presupuestos del 2024, hay más de 24 millones de euros, «O obxectivo fundamental é atacar o reto do despoboamento. Temos comprobado que desbrozando non somos capaces de evitar a virulencia dos incendios forestais. Creemos que o máis importante é xerar actividade económica no rural», aseguró González, quien destacó el apoyo que la ley está encontrando en los concellos porque «os alcaldes rurais ven o prexuízo que causa o abandono da terra», concluyó González.

El papel de la Fundación Ría en la rehabilitación de las viviendas y las aldeas

El proyecto de las aldeas modelo no solo se fija en la parte rural de estos núcleos de población. La Fundación Ría lleva dos años trabajando en un plan para dinamizar los entornos habitados, que incluye la rehabilitación de viviendas y espacios públicos, entre otras muchas cosas. «Se só se traballa nas zonas de produción é un traballo incompleto, porque a xente precisa de espazos de calidade para poder facer o seu traballo», explica Lucía Escrigas. La entidad, creada por el laureado arquitecto David Chipperfield, ha diseñado un plan de trabajo para las aldeas de Muimenta y Trascastro. Pero la idea es que ese documento se adapte individualmente a las necesidades de cada uno de estos espacios.

«Temos que ser capaces de amosar que as aldeas poden ser núcleos de poboación adoptados ao século XXI», añadió el conselleiro. Medio Rural, añadió, se encarga de la parte rústica, de volver a poner a producir la tierra, pero ha dejado en manos de arquitectos la recuperación de la zona poblada, en la que se deben cumplir una serie de premisas, «eficiencia enerxética, conectividad e recuperación de todos os edificios». Así, se habilitará una línea de ayudas para aquellos propietarios que quieran rehabilitar sus viviendas y se restaurarán las infraestructuras públicas con criterios de ordenación urbanística. En Muimenta, por ejemplo, está previsto «crear infraestruturas de apoio ao sector produtor, coma unha cociña comunitaria para que poidan facer a transformación de alimentos», añadió Escriga. La idea es poner en marcha un espacio agrario de experimentación en el que jóvenes interesados en el medio rural puedan recibir formación para dedicarse a una actividad agraria o ganadera.

Agrupaciones de gestión conjunta para poner en valor los soutos

Otra de las figuras que prevé la Lei de Recuperación da Terra Agraria son las agrupaciones forestales de gestión conjunta, que se están poniendo en marcha para tratar de frenar el abandono que sufren los soutos gallegos. Es una figura en la que «simplificamos o máximo posible os mecanismos xudiciais polo que os propietarios se poden poñer de acordo para xestionar unha superficie», contó González. Esto permite que entidades sin ánimo de lucro, cooperativas u otras organizaciones similares puedan unirse para asumir la gestión de un espacio forestal.

La idea es que los propietarios de terrenos puedan ceder la gestión de sus parcelas a quien esté dispuesto a explotarlas, «para poder xuntar así 50 hectáreas de 200 propietarios diferentes e facer unha plantación de piñeiro, por exemplo», añadió el conselleiro. Las primeras experiencias se están llevando a cabo en los soutos de castaña, pues en Galicia existen más de 40.000 hectáreas de estos árboles que están abandonadas. «Na montaña de Lugo e Ourense hai superficies de 30 hectáreas pechadas que pertencen a varios propietarios», añade González. Ofrecerles ayudas individuales para que cada uno recupere su parte es inviable.

Por eso se opta por estas agrupaciones, mediante las que Medio Rural pone de acuerdo a los propietarios y asume la recuperación de los soutos y su gestión durante un mínimo de diez años, a no ser que antes aparezca alguien dispuesto a gestionarlos, a cambio de un porcentaje de las castañas. En Galicia, actualmente, se han puesto en marcha cuatro experiencias piloto en O Incio, Veiga, O Bolo y Paradela.

El catálogo de usos

Toda esta recuperación de la tierra abandonada lleva pareja el diseño de un catálogo de suelos agropecuarios y forestales, del que ya se han dado alguno pasos. Es un proyecto ambicioso, reconoció González, «porque falamos de planificar o 97 % do territorio de Galicia, pero entendemos que se lle debe dar unha perspectiva agraria», reconoció el conselleiro. Parte de este trabajo ya se ha dado a conocer, como el inventario forestal continuo, que fue presentado hace unos meses. También se está trabajando en la actualización del registro vitícola y en el mapa de usos agrarios y ganaderos, que confía en presentar durante el primer trimestre del año que vienen. «Xa presentamos unha parte e agora queremos presentar o todo», añadió González. Para este catálogo, los presupuestos del 2024 reservan 875.000 euros.