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Dos hermanos recuperan las viñas de sus antepasados en Navia: «Arrincamos eucaliptos para facelo e tamén reconstruimos a bodega»

M. Guntín / M. Fernández LUGO / LA VOZ

AGRICULTURA

Héctor y José Álvarez Díaz están a punto de comercializar su vino en una zona de tradición vinícola pero que llevaba años en el olvido. «Estamos animando a outros veciños a facer o mesmo», explican

14 may 2024 . Actualizado a las 20:35 h.

En Coea, una pequeña aldea de Navia de Suarna (Lugo) en la que viven algo más de una docena de vecinos, las viñas forman parte del paisaje y las tonalidades otoñales tiñen varias hectáreas de la zona. El vino fue el motor económico hace décadas e incluso siglos, pero con el éxodo urbano y las nuevas plantaciones de eucaliptos pasaron años en los que no hubo vendimias ni vino y las plantaciones cayeron en el olvido.

Es mérito de Héctor y Jose Álvarez Díaz, dos hermanos, que los vecinos de Coea quieran volver a poner en marcha sus bodegas. «Estamos creando unha necesidade, e non somos os únicos que buscamos recuperar, hai outros proxectos abertos e máis xente arrincando eucaliptos para poñer viñas», dicen entre risas.

Actualmente, ellos tienen tres hectáreas de viñedo, pero quieren superar las siete: «Buscamos calidade, non cantidade», aseguran. Además, su proyecto está aportando riqueza a la zona y no solo a través del vino, ya que muchas fincas plantadas de eucaliptos o pinos están siendo cortadas para, en su lugar, recuperar las viejas plantaciones de las que emana el vino. 

 Una zona de tradición vinícola

Estos lucenses decidieron invertir en su aldea natal, en una zona de tradición vinícola«O pobo vivía de vender viño á xente doutros lugares. Tiña tanta fama que se venderon moitas bodegas e viñas aos ricos, por iso todavía hai algunhas que non se sabe de quen son», recalca Héctor, que siempre tuvo claro que quería buscar la forma de contribuir a que su aldea siga viva. «E que mellor forma que facelo cunha actividade que era sostén de tantas familias?».

Sin embargo, la puesta en marcha de su proyecto requirió de mucho esfuerzo y las pruebas empezaron en el año 2012. Por aquel entonces se dieron cuenta de que buena parte de las viñas se habían cambiado por razas no autóctonas, «a explicación é que trala Guerra Civil buscaban cantidade máis que calidade», precisa.

Pero con trabajo y paciencia, él y su hermano lograron dar con cepas muy antiguas. Las volvieron a injertar y finalmente consiguieron recuperarlas. Además, buscaron ayuda internacional para dar con la mejor fórmula: «Viñeron uns mexicanos e fixemos o inxerto sobre a mesma planta»

«As plantas comezaron a dar o ano pasado, pero cústalles recuperarse tras tantos anos de abandono. Aínda que comezamos con probas en 2012, foi no 2020 cando decidimos poñernos en serio», relatan estos dos hermanos. Este es un homenaje particular a sus antepasados, ya que Jose y Héctor están trabajando en fincas heredaras, aunque también compraron otras para ampliar la zona de viñedo. Asimismo, se encargaron de reconstruir A Bodega da Señora, que conserva el nombre de la casa en la que nacieron ellos, sus padres, sus abuelos...

La futura comercialización

En A Bodega da Señora tienen la vista puesta en la comercialización, que se pondrá en marcha a principios de 2024, bajo la Indicación Xeográfica Protexida (IXP) Terras do Navia. «Farémolo cando o enólogo nos diga», precisa Héctor. En el proyecto que tiene junto a su hermano están implicados otros amigos y vecinos, que también les echan una mano cuando es necesario ya que Héctor reside en A Fonsagrada y Jose, en Lugo.

El nombre de la bodega es el mismo que el del vino que pronto verá la luz, y también tiene su historia: «O pobo era dunha muller que viña cobrarlles a renda aos veciños. A nosa bisavoa era a súa criada», desgranan. Los hermanos trabajan con dos variedades de uva: blanco país y merenzao. La primera es parecida al godello, «pero moito máis aromática, con porcentaxes moi ben equilibrados sen ningunha intervención humana». La segunda se corresponde con el tinto y se trata de una variedad que escasea en Galicia.

 «Todos querían ter unha viña en Coea, así que por algo sería», dice Héctor convencido. Tanto él como su hermano miran con ilusión el futuro. La bodega crecerá, pero ellos también buscan regresar a su aldea y quién sabe si serán las viñas las que los traigan de vuelta.