Patrocinado porPatrocinado por

Ellas le dan valor al medio rural

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

Fademur

Raquel García, Noelia Solar y Andrea Arias logran una de las becas de Ruraltivity por emprender y poner en valor el entorno en el que viven

21 jun 2024 . Actualizado a las 09:45 h.

La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) es consciente de las dificultades que entraña emprender en el mundo rural y siendo mujer. Por eso puso en marcha Ruraltivity, que quiere ser una lanzadera para acompañar, formar e impulsar a estas valientes emprendedoras. En el marco de este programa, se organiza todos los años un encuentro en el que se imparte formación entre las participantes y se reparten veinte becas entre otros tantos proyectos seleccionados. Entre las elegidas de este año hay tres gallegas: Raquel García, Noelia Solar y Andrea Arias. Ellas han sabido emprender poniendo en valor el entorno y por ello se llevaron una beca de 2.500 euros, las primeras, y de 5.000 la tercera.

«Emprender en el rural es complicado, sobre todo si no tienes tierras», cuenta Noelia Solar. Ella legó a la comarca de A Ulloa para abrir una clínica, pues es terapeuta. Pero tiene también formación en aromaterapia y, poco a poco, empezó a utilizar los ingredientes que tenía a su alrededor para hacer los productos que usaba en la clínica. «Llegó un momento en el que la gente venía a mi clínica por los productos», cuenta. Así nació Esencia Viva, que hoy comercializa desde cremas para el cuidado facial a jabones limpiadores, pasando por un botiquín. «Es un laboratorio en el que trabajo desde la base, cultivo las plantas, las transformo, hago las destilaciones...», relata. Lavanda, romero, árnica y todas las plantas medicinales que precisa las cultiva en su huerto, «y también reproduzco mis propias semillas». El botiquín es uno de sus productos estrella, «porque son fórmulas muy probadas y que funcionan muy bien, resuelve todos los problemas, desde un golpea las irritaciones.

Reconoce que aunque emprender en el rural puede ser duro, también tiene una parte positiva. «El rural te acoge. La gente quiere que los pueblos se llenen con proyectos sostenibles, que cuidan de su medio», asegura. Más complicado lo ponen las administraciones, reconoce, pues ella tuvo que cumplir mil trámites para poder dar de alta su laboratorio. «No diferencian a los grandes de los pequeños y eso dificulta mucho todo», afirma. También destaca el apoyo que se encuentra en los vecinos, «no solo en la aldea, sino en toda la comarca». Aún así, programas como el Ruraltivity son imprescindibles, asegura Solar. «En el rural somos muchos pequeños proyectos, que es lo que le da riqueza, y estas becas nos dan visibilidad durante un tiempo», añade.

Recuperar viejas viñas

Andrea Arias tiene claro que «os que somos emerxentes temos que chamar a todas as portas que poidamos». Por eso esta emprendedora, que quiere hacer vinos tostados recuperando viejos viñedos abandonados, no es la primera vez que se presenta a uno de los programas de Fademur. El año pasado, de hecho, quedó finalista en el TalentA, que también busca apoyar a las emprendedoras en el medio rural. Ahora, ha conseguido una nueva beca. Su proyecto, A Santa Viña, pasa «por recupera viñas que agora non está moi valoradas porque non son de godello para elaborar viños tostados, que creemos que teñen un oco no mercado», cuenta. Sus primeros años de emprendedora los ha dedicado a poner en valor y recuperar esos viñedos que, en su mayoría, son de garnacha tintorera. Ahora, está inmersa en plantar más parcelas, pero con variedades autóctonas de Galicia. Con toda esta producción quiere hacer vinos tostados, unas elaboraciones naturalmente dulces.

Andrea no ha salido todavía a los mercados, porque quiere que su producto sea de la mejor calidad posible. «Fixemos algunhas mostras de produtos, pero tampouco imos vender este ano», explica. Porque trabajan en ecológico y regenerativo y, debido a las condiciones meteorológicas de esta campaña, «a uva non vai ter a calidade que precisamos». Ganar la beca de Fademur, la suya fue de oro, le permitirá «arranxar a zona de pasificación e poder dala de alta», cuenta. Pero, además del aliciente económico, reconoce que esta beca tiene otras bondades. «Supoñen apoio moral e ves que non estás tan sola. Ademais este tipo de cousas sempre xeran sinerxias», concluye.

Hace dos años que Raquel García se incorporó a Labrecos, una granja circular, ecológica y regenerativa que dirige su familia. «Pechamos o ciclo. Temos vacas, ovellas e galiñas que producen abono co que fertilizamos as nosas terras, onde producimos froiteiras e hortalizas», cuenta. Todo lo comercializan en mercados de proximidad. Ahora, quieren dar a conocer su proyecto y han diseñado un programa de visitas al que pueden apuntarse centros escolares de toda Galicia. Reconoce que emprender no es tarea sencilla, pero también que el rural tiene sus ventajas, como el apoyo de los vecinos. «Como muller, ser nai no rural é totalmente diferente, porque podes compaxinar traballo e familia», asegura. En su opinión, iniciativas como Ruraltivity siguen siendo muy necesarias, «porque precisamos que se nos escoite, que se nos apoie e leve da man e que se nos dea esa visibilidade á xente que estamos escondidos no rural». Por eso está encantada con la beca que acaban de concederle. «Supón un recoñecemento, un alento máis. Este camiño non é doado e isto é un empuxón social que nos da visibilidade», asegura. Un respaldo que indica que su proyecto va por el buen camino y que deben seguir «xerando riqueza no mundo rural», concluye.

Más del 63 % de los emprendimientos están en pueblos de menos de 5.000 habitantes

Más de un centenar de mujeres rurales se dieron cita esta semana en el encuentro de Ruraltivity para participar en las jornadas de formación y visibilización que se celebran en el marco de este programa. Según explicó la presidenta de Fademur, Teresa López, esta iniciativa ha permitido impulsar 484 proyectos durante el último año y más del 63 % de ellos se ubican en municipio de menos de 5.000 habitantes. Porque una de las características de esta iniciativa, «es que llega a lugares recónditos», aseguró.

El encuentro ha permitido a las emprendedoras identificar los principales problemas que afrontan, entre los que destacan la dificultad para acceder a financiación y formación, la menor visibilidad, los problemas logísticos y las trabas burocráticas que sufren por emprender desde sus pueblos. Con todo ello quiere ayudarlas Ruraltivity, una lanzadera en la que colaboran la Fundación Pepsico y el Ministerio de Derechos Sociales.

Buena parte de los proyectos que participan en este programa, concretamente casi un 35 %, están relacionados directamente con el campo, pues se enmarcan en el sector agrario. Además, el 20 % son de artesanía, el 5,7 % de ocio, cultura y deporte y el 6,8 % de turismo. «El éxito de los negocios de estas mujeres es el éxito de sus comunidades», concluyó López.