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Forman auxiliares de agricultura ante la demanda de personal fijo: «Trabajé en banca en Venezuela y ahora busco empleo en la patata»

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA XINZO DE LIMIA / LA VOZ

AGRICULTURA

Los alumnos recibieron ayer la visita del presidente del Inorde, Rosendo Fernández
Los alumnos recibieron ayer la visita del presidente del Inorde, Rosendo Fernández cedida

Llenan las plazas para el curso que imparte el Inorde en la finca experimental de Xinzo de Limia

18 jul 2024 . Actualizado a las 10:25 h.

El sector primario necesita mano de obra y que esté formada. Para que al menos la segunda condición no sea un impedimento, el Instituto Ourensano de Desarrollo Económico (Inorde) imparte un curso de actividades de auxiliares de agricultura en su finca experimental de Xinzo de Limia. Personas en riesgo de exclusión llenan las plazas para intentar hacerse un hueco especialmente en la producción de patata, la predominante en la comarca. «Cada vez hai máis demanda de persoal fixo durante todo o ano nas explotacións, pero non se atopa así que intentamos incentivalo», explica el director del Centro de Desenvolvemento Agrogandeiro, Servando Álvarez.

Más de cien personas pasaron por el curso del Inorde para aprender las nociones básicas de agricultura desde sus inicios. Son usuarios de Cáritas que participan principalmente por inserción laboral, aunque también por integración. «A comarca é fundamentalmente agrícola pero ninguén se quere incorporar así que polo menos dámoslle a oportunidade a este colectivo», argumenta Álvarez. Un hándicap de la producción de patata, como también pasa con la uva, es que una parte de las contrataciones son solo para los picos de trabajo: «En A Limia a produción está tan mecanizada que sobre todo fai falta na recollida e na sementeira». Sin embargo, hay factores que están aumentando la demanda de trabajadores permanentes. El mercado de calidad asociado por la IXP Pataca de Galicia prefiere que se recojan las patatas a mano, porque reciben menos golpes. Además, el sector está pasando por una profesionalización muy rápida: «Os agricultores profesionais teñen cada vez máis hectáreas pero é a conta de outros que producen como segunda actividade, por tanto está habendo máis necesidade de persoal fixo e non o hai».

La otra mayor desventaja del campo, como apunta Servando Álvarez, es que «o traballo agrícola non está ben visto e iso hai que intentar cambialo». Sin embargo, mientras la gente de la zona no se incorpora al sector, diez personas recientemente asentadas en Xinzo se animaron a formarse. Una de ellas es la joven Aurelia, de Venezuela, afincada desde hace siete meses. Confiesa que siempre le gustaron las plantas y creció en el campo aunque nunca se dedicó a ello. «El primer día que trabajamos con el sacho me gustó mucho», cuenta. Le gusta aprender sobre las diferentes variedades de patata o los sistemas de riego.

Amarilis, por su parte, también llegó de Venezuela y trabajó siempre en la banca pero tras emigrar no pudo seguir por ese camino. Se apuntó al curso porque el sector primario es el que más oportunidades ofrece en la comarca. «Espero encontrar un empleo, está resultando muy didáctico y eso lo hace menos difícil», asegura. Algunos ya tienen su trabajo, como Sidney, pero decidieron formarse para aprender sobre el moto económico de la zona y así abrir su abanico de posibilidades: «Por la mañana estoy aquí y a la tarde trabajo. Estarán aprendiendo hasta diciembre para conocer el proceso completo de la patata y, por el momento, disfrutan de la práctica sin temer a la dureza del campo. Además, reciben la formación para poder empezar su propia explotación.

Hacia la sostenibilidad

La finca experimental del Inorde en Xinzo donde imparten el curso son 22 hectáreas que se emplean para investigar nuevos cultivos y técnicas. Una gran parte trabaja en colaboración con la UVigo. Están probando más de 60 variedades de patata así como distintos métodos de control de plagas o de riego. Todo encaminado hacia una producción sostenible porque es lo que pide Europa, lo que se necesita ante el límite de recursos, lo que quiere el consumidor y, además, lo que es más rentable para los agricultores.

Una de las principales líneas de trabajo es conseguir sustituir el uso de fertilizantes por métodos más naturales con menos intervención. Para producir patata en A Limia hay que hacerlo con regadío: «Vas ter que tomar outra serie de medidas de uso de fitosanitarios, ten que ser con cabeza e na súa xusta medida». Servando Álvarez defiende que A Limia tiene una fama que no se merece, ya que no se hacen las «burradas» de hace 50 años, pero hay que conseguir cambiarla.