El sector vitícola gallego reclama en Bruselas ayuda para afrontar los aranceles, el despoblamiento y la caída del consumo

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso BRUSELAS / LA VOZ

AGRICULTURA

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Las cinco denominaciones de origen presentaron en el Parlamento europeo los retos a los que se enfrentan y pidieron también una legislación más adecuada a las especificidades de los territorios

16 may 2025 . Actualizado a las 13:32 h.

Puede parecer que Bruselas queda muy lejos de Galicia, pero lo cierto es que en esa capital europea se debaten muchas de las normativas que afectan a viticultores y bodegueros de Rías Baixas, O Ribeiro, Ribeira Sacra, Valdeorras y Monterrei. De ello son muy consientes los representantes de las cinco denominaciones de origen gallegas, que el pasado miércoles participaron en una presentación en el Parlamento Europeo. El objetivo de esta iniciativa, promovida por el grupo del Partido Popular Europeo, era dar a conocer la calidad del vino que se elabora en Galicia, pero también explicar un poco más la realidad del sector en la comunidad y, sobre todo, poner el foco sobre los próximos retos que tienen que encarar. Presidentes y directores de los consellos reguladores reclamaron ayuda para afrontar los aranceles de Trump, frenar el despoblación y la caída del consumo y autorizar fitosanitarios que permitan combatir las plagas. 

 «Galicia es la región con más productores de vino de toda España, más de 219.000, repartidos en 150 municipios que representan el 47 % del territorio gallego», explicó Adrián Vázquez, eurodiputado del PP de Galicia que acompañó a la delegación gallega, a la que se sumaron la conselleira María José Gómez, el director de la Axencia Galega da Calidade Alimentaria, Martín Alemparte, y el presidente de la Diputación de Pontevedra, Luis López. Todos ellos tenían diversas reuniones de trabajo en la Fundación Galicia Europa y aprovecharon su presencia en la capital europea para mostrar su respaldo al sector vitícola. También recordó que el sector encara importantes retos, como «los intentos de equiparar el vino con el tabaco , los aranceles de Trump y la falta de ayudas y sensibilidad que denuncian los productores», reconoció. La solución, añadió, «está en Europa y los gallegos tenemos mucho que aportar a ella».

En una presentación que tuvo lugar en el Parlamento, y que registró una elevada afluencia de público, Vázquez aseguró que «Galicia está dando pasos: el impulso del I+D+i, las reformas en el rendimiento por hectárea o los programas de reconversión para afrontar el cambio climático, mejorar la sostenibilidad y la orientación del mercado son solo algunos ejemplos».

En el acto intervinieron también los portavoces de los consellos reguladores. Concepción Iglesias, presidenta de O Ribeiro, explicó que el minifundio que afecta a su denominación, con parcelas de tamaño medio inferior a los mil metros, supone un problema a la hora de garantizar el relevo generacional, pues resulta complicado hacer rentables esas explotaciones. Gonzalo Losada, director de Monterrei, relató que la denominación de origen se ha convertido en el motor económico de esta comarca gallega, pero también que el pequeño tamaño de las parcelas es un problema para el relevo generacional.

En Ribeira Sacra, su presidente, Antonio Lombardía, pidió que se aceleren la tramitación de normativas como la que permitiría aplicar fitosanitarios mediante drones, pues eso supondría un alivio para viticultores que actualmente tienen que hacer todo el trabajo de forma manual. Marcos Prada, presidente de Valdeorras, lamentó que los aranceles puedan suponer un freno a las exportaciones del vino gallego. Por último, Ramón Huidobro, directo gerente de Rías Baixas, puso el foco en la caída del consumo de vino y en como normativas como la reducción de la tasa de alcoholemia al volante o la legislación que quiere equiparar al vino con otras bebidas alcohólicas ha perjudicado al consumo de este producto.

 Todos los consellos reguladores estuvieron también de acuerdo en que parte de la solución al problema está en hacer una mayor promoción de sus productos, pero para eso necesitan ayudas, reconocieron. También reclamaron una legislación más adaptada a las características de cada territorio, pues en Galicia, por ejemplo, el cambio climático está dificultando la producción de vino, con enfermedades que resulta difícil combatir, como el mildiu.

 «Reivindico un plan de acción a favor de las denominaciones e IXP gallegas», aseguró Gómez quien recordó que los sellos de calidad, además de garantizar el origen de un producto contribuyen a la sostenibilidad del territorio, a fijar población y a dinamizar economías rurales». La conselleira se mostró totalmente en contra de la imposición de aranceles a los productos agrícolas y alimentarios y explicó que estos, junto con los cambios en el consumo de bebidas alcohólicas o la reducción de la tasa de alcoholemia para conductores «justifican la necesidad de habilitar medidas específicas en el campo de la promoción de los vinos gallegos». Y deseó que la presentación realizada en el Parlamento sirviera para que esta entidad «conozca mejor y tenga en cuenta las especificidades de la viticultura gallega a la hora del diseño y aplicación de la PAC».

El acto concluyó con una degustación de vinos y quesos amparados por las marcas de calidad de Galicia en la que participaron un buen número de parlamentarios. Ellos pudieron probar vinos de Rías Baixas, Ribeira Sacra y O Ribeiro, entre otros, además de quesos de Tetilla y San Simón da Costa.