Agroinfluencers: cuando las redes sociales se ponen al servicio del campo

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

M. A.

Instagram o Linkedin permiten a los agricultores más jóvenes crear comunidades en las que se apoyan, dan a conocer su trabajo y ponen en valor su profesión

02 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Pilar Pascual (@agripilar), Guillermo Asin (@agro_blog86) y Lander de Bevere (@elguardiandelatierra) son agricultores, pero también influencers. Llegaron a las redes sociales casi por casualidad y hoy son solo un pequeño ejemplo de la representación que el campo español tiene en plataformas como Instagram, Linkedin o Youtube. Una comunidad que crece día a día y en la que han encontrado la forma de dar a conocer su trabajo y poner en valor su profesión, tal y como explicaron en una mesa redonda sobre agroinfluencerse que se celebró en el marco de Expoagritech 2025, la feria de la innovación en la agricultura que se celebró en Málaga. 

«Yo tenía una forma diferente de trabajar con el pistacho, porque era un cultivo nuevo y del que había poca información. Y empecé en redes para darlo a conocer. Después empecé a trabajar con ganado y también lo cuento. Lo que veis es lo que hay», cuenta Pilar. «Mi perfil es mas técnico, cuento el día a día de mi explotación agrícola, todas las decisiones que tomamos para sacar adelante un cultivo más sostenible y eficiente», añade Guillermo, quien presume de haber conseguido una producción de 21.479 kilos por hectárea en sus campos de maíz. «Usé las redes para aprender cosas que no podía encontrar en los libros. Una vez quería rescatar a unas abejas del interior de un tronco y pude hacerlo gracias a un vídeo de Youtube y ahí fue donde me di cuenta de todo lo que se podía hacer», explica Lander.

Tener una presencia activa en redes sociales «me ha permitido aprender mucho, a respetar otros puntos de vista y a coger criticas constructivas para mejorar. Hago contenido técnico, para ayudar a otros agricultores que lo necesitan y otros más ligeros para personas que quieren aprender cosas sobre el proceso de cultivo de los alimentos», cuenta Pilar. Sus públicos son diferentes, en función de la red en la que están presentes. «Yo tengo Instagram, pero también Linkedin donde mi perfil de seguidores es más técnicos», afirma Guillermo. «En Instagram están los más jóvenes. Tengo también un canal de Youtube con 500.000 seguidores donde hay un abanico más amplio de público y en televisión estoy más enfocado al agricultor de Baleares», añade Lander. 

Sus contenidos sirven de inspiración para otros jóvenes. «Los mensajes que más recibo son de estudiantes de primero y segundo de bachiller que te dan las gracias porque les sirves de inspiración para dar el paso. Entonces te das cuenta de que estás dejando huella en la sociedad, porque mi ejemplo está sirviendo de ejemplo  otros», afirma Pilar. «Eres una influencia para gente y tienes que tener cuidado con los que muestras. A veces, te quieren pagar para que vendas un producto, pero solo lo hago si creo en la marca», sostiene Lander. «A mí no me paga nadie, pongo lo que veo, pero te das cuenta de que lo que cuentas tiene su repercusión», añade Guillermo. 

Ninguno tiene la receta del éxito y «a veces tienes vídeos muy preparados que piensas que van a funcionar y se quedan parados y otros contenidos se viralizan, sin que sepamos por qué. Yo hace mucho tiempo que no miro mis estadísticas, intento mostrar lo que quiero y cuando quiero», asegura Lander. «No te puedes obsesionar con el alcance, lo que importa es lo que tu contenido puede aportar a los agricultores que te siguen», asegura Pilar. 

Las redes son para ellos una forma de dar a conocer su trabajo, «de hacernos valer, de pedir que se reconozca nuestro trabajo porque si nosotros paramos se para el mundo. Para que la gente sepa todo el trabajo que hay detrás de un kilo de pistachos, tiene que verlo», cuenta Pilar. «Tenemos que darle más valor al campo, porque sin el campo no hay alimentos. Somos un sector olvidado y perjudicado», concluye Lander.