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Los comuneros se plantan contra la basura y el vandalismo en sus montes: «Recoller un verquido de rodas custa 4.000 euros»

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

FORESTAL

Cedida

Catorce comunidades de la provincia de Pontevedra reclaman al subdelegado del Gobierno una mayor presencia de la Guardia Civil en las zonas forestales

20 sep 2024 . Actualizado a las 09:28 h.

Vertidos de neumáticos o de viejos electrodomésticos, pistas completamente erosionadas porque son usadas como circuitos de carreras o rotura y robo de todo tipo de cierres son solo algunos de los actos vandálicos que a diario tienen que afrontar las comunidades de montes gallegas. «Estamos como hai 50 anos, a xente segue a considerar que o monte é unha escombreira», asegura Ana Pedreira, presidenta de la comunidad de montes de Picoña, en Salceda de Caselas, y organizadora de un movimiento que quiere concienciar a los vecinos y reclamar mayor presencia de las fuerzas de seguridad en las zonas forestales. Una iniciativa a la que se han sumado ya otras trece comunidades, además de la Asociación Forestal de Galicia.

Estas entidades recuerdan que el monte es utilizado en Galicia como lugar de ocio por la sociedad. Y que mucha gente hace un uso responsable de estos espacios y sus instalaciones. Pero también hay cada vez más personas que destacan por sus conductas incívicas y acto vandálicos. Son esas prácticas a las que es preciso poner fin, aseguran, pues perjudican a los comunidades de montes, que invierten mucho dinero en reparar estos desperfectos. 

El principal problema es el abandono en estos lugares de residuos que podrían ser fácilmente gestionados en un punto limpio. Pero también son habituales los daños contra el patrimonio «ou usar as pistas coma se fosen un circuito de carreiras, coa erosión que iso provoca», se queja Xosé Covelo, de la asociación forestal. Pintadas, roturas de instalaciones en las zonas de ocio o el robo de sistemas de cierre son otras de las penurias que tienen que reparar las comunidades de monte. 

Esta reiteración de conductas incívicas fue lo que llevó a las comunidades a reunirse esta semana con el subdelegado del Gobierno, Abel Losada. A él le entregaron un dosier con imágenes de los actos vandálicos de los que son víctimas y le solicitaron una mayor presencia del Servizo de Protección da Natureza (Seprona) en las zonas forestales. Quieren que los agentes ejerzan una vigilancia disuasoria, como hace años. «Aquí hai máis responsabilidades, coma os controis que poden facer os axentes forestais ou as competencias da policía autonómica», añade Covelo. Por eso en las próximas semanas se reunirán también con Medio Rural, para pedir su colaboración.

A mayores, los comuneros también han querido utilizar las redes sociales para difundir este problema. Por eso animan a todos los interesados a utilizar estas para dar a conocer esas imágenes que el vandalismo deja en los montes gallegos. Las fotografías pueden ser compartidas con las etiquetas #Coidemosonosomonte y #Coidemosomonte. Esta campaña también quiere servir para difundir la otra cara del comportamiento ciudadano, es decir, la del disfrute de la naturaleza de forma responsable. 

Ana Pedreira: «Recoller un verquido de rodas custa 4.000 euros»

La presidenta de la comunidad de montes de Picoña fue una de las impulsoras de esta iniciativa a la que, en cuestión de días, se han sumado trece comunidades, «e o número vai aumentando porque é un problema que temos todos», asegura. La lista de tropelías que tienen que sufrir es interminable e incluye desde vertidos reiterados de neumáticos hasta el vaciado de las balsas contra incendios, un acto que puede tener consecuencias desastrosas en caso de incendio forestal.,

«Rompen os peches, rouban as redes, valeiran as balsas contra incendios e disparan aos sinais de prohibido», relata Pedreira. Esto es solo un pequeño ejemplo de lo que tiene que afrontar día a día, con el desembolso económico que ello implica. «Recoller un verquido de rodas custa 4.000 euros e nas balsas contra incendios roubaron dous contadores, que nos costaran outros 3.000 euros», añade. 

Explica que, hasta hace unos años, en los montes del sur de la provincia de Pontevedra había patrullas del Seprona en moto, que servían para disuadir a los vándalos. Y aunque el subdelegado les aseguró que no se han reducido efectivos, ellos ya no ven esa presencia. «Agora, cando chega a patrulla desde Vigo non hai nada que facer xa», asegura. Por eso se reunieron con el subdelegado y lo harán en breve con Medio Rural. «O problema é común, nós fomos os primeiros en fartarnos, pero está todo o mundo igual», concluye.