
Aprobó una propuesta en la que insta a la Xunta, entre otras cosas, a dotar a los servicios forestales de recursos humanos especializados en sanidad forestal
24 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Cerca de la localidad de Gernika, en 1982, Agustín Ibarrola comenzó a pintar los troncos de los pinos. Aquel experimento realizado en Kortezubi acabó convertido en el bosque de Oma hasta que en el 2019 un hongo, Lecanosticta acicola, hirió gravemente un entorno que se había convertido en todo un polo de atracción turística y artística. El hongo de la banda marrón estropeó los lienzos sobre los que había puesto su arte Ibarrola, obligando a migrar el bosque a un área cercana. Pero no solo dañó el bosque de Oma. Son muchas las hectáreas afectadas, también en Galicia, donde se detectó poco después, convirtiéndose ahora en un verdadero problema para los propietarios de parcelas plantadas con pino radiata, una variedad que supone cerca de la mitad de las talas de coníferas que se realizan en Galicia. Tanto que muchos de ellos están esperando a ver qué pasa con la moratoria del eucalipto para decidir qué hacer con sus plantaciones.
De hecho, en marzo la Fundación Arume (nacida en el seno del sector forestal para impulsar las plantaciones de pino en la comunidad) se reunió con responsables de la Consellería do Medio Rural para pedirles que declararan la «emerxencia sanitaria» en los pinares de radiata y, de ese modo, avanzar también en un plan de choque para poner freno a la plaga. Pero el asunto también ha llegado esta semana al Parlamento gallego.
Lo ha hecho por medio de una proposición no de ley del PPdeG, que fue aprobada por unanimidad en la Comisión de Agricultura, para instar a la Xunta a reforzar la lucha contra las enfermedades del pinus radiata provocadas por hongos mediante la aplicación de tratamientos fitosanitarios, tratamientos silvícolas, aumentando la investigación forestal y mejorando «os medios do Servizo de Saúde e vitalidade do Monte, dotándoo de recursos humanos especializados en sanidade forestal», como explican desde el Parlamento gallego.
Pero además piden que se potencie la colaboración entre la Administración, el sector forestal y los centros de investigación para desarrollar de estrategias que den resultados a la hora de prevenir la propagación de estos hongos que llevan varios años afectando a las plantaciones de pinos de la Cornisa cantábrica.