Los últimos ataques dudosamente documentados datan de los años 70 del siglo pasado
14 jun 2023 . Actualizado a las 16:14 h.En la mitología, los lobos son animales astutos y repletos de maldad que anticipan la muerte. Especialmente en Europa y Asia, el cánido es retratado como una criatura peligrosa e incluso demoníaca. La perspectiva cambia si escuchamos cómo lo veneraron los nativos americanos, que adoran al animal al considerarlo un símbolo de heroísmo y liderazgo. En los países escandinavos, las pinturas muestran lobos sedientos de sangre.
Sin embargo, los antiguos celtas dejaron escritos en los que eran retratados como una garantía de la fecundidad de la tierra. Cuenta la leyenda que los hermanos gemelos Rómulo y Remo -historia legendaria de Roma- fueron criados por una loba; en Grecia, el animal se asocia con el dios Apolo, cuyo santuario sufrió un saqueo salvado por un lobo, que no dejó de aullar hasta que todo cesó; en Egipto está el Upuaput, con forma de lobo o chacal. Su nombre significa que abre caminos en el inframundo, por lo que el animal fue venerado y adorado.
Después, podríamos hablar de la leyenda del hombre lobo, el personaje mitológico más conocido y extendido. A día de hoy, sigue popularizándose a través de la ficción. Y lo mismo ocurre con los cuentos infantiles, en los que el lobo es siempre el gran villano. Desde Caperucita Roja hasta Los Tres Cerditos. Es el enemigo a combatir y, spoiler, su final siempre es trágico.
Mitos, leyendas y cuentos son la mezcla que ha reforzado un temor colectivo y equivocado de que el lobo ataca a los humanos. Y buena prueba de ello es la historia que publicó La Voz hace unos meses, en la que un hombre de Viveiro relataba un desafortunado encuentro con lobos y aseguraba que pesaban entre 80 y 90 kilos.
Sin embargo, expertos como Pedro Alonso, biólogo experto en el lobo y responsable de varios censos, aseguran que el peso de un macho alcanza, como mucho, los 50 kilos.
«O lobo ataca ao ser humano en determinados hábitats coma os de Canadá ou Alaska. Sin embargo, en Galicia as posibilidades son moito máis escasas e normalmente é o lobo o que detecta primeiro ás persoas, para despois tratar de pasar desapercibido», precisa el biólogo y experto.
¿Y si me encuentro con el lobo de frente?
Sobre un hipotético encuentro directo con el cánido, «o lóxico e que sexa el o que se aparte a unha marxe. Se acontece de noite, ou ao atardecer, e de repente aparecen dous ou tres exemplares que parece se queren achegar... entón a actitude é máis de curiosidade que de ataque», explica Pedro Alonso. En horas de luz, los encuentros se vuelven todavía más difíciles, ya que estos animales salvajes suelen retirarse a las 7 u 8 de la mañana.
Las posibilidades de un foco de rabia entre las manadas son escasas, pero sí podrían justificar «que os exemplares se acheguen máis ás poboacións», abunda el biólogo. Vinculada a esta infección se encuentra lo ocurrido en Chantada a finales del siglo XVIII y alguna documentación recoge que por aquel entonces 40 personas sufrieron mordeduras de lobos y 15 murieron por la infección del virus.
La distancia con los relatos es fundamental para evitar que la población siga demonizando al animal, meses después de que estallase el debate por la inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre) por parte del Ministero para la Transición Ecológica. «Galicia non é Alaska. Os entornos son distintos e a nosa comunidade está humanizada con autovías, coches, luces... Os lobos saben como moverse», narra Alonso.
Un estudio publicado recientemente, y capitaneado precisamente por este biólogo junto con otros dos investigadores, sacó a la luz que la zona norte de Galicia, y en concreto la de Lugo, es uno de los lugares del mundo con más densidad de lobo, con entre 5 y 11 ejemplares por cada 100 kilómetros cuadrados.
«Con esta alta densidade é certo que pódense ver algúns exemplares en determinadas aldeas e pola mañá cedo, pero é necesario manter a calma. As evidencias científicas e os feitos consagrados dinnos que son os animais os que primeiro se apartan do ser humano», puntualiza Alonso.
El problema que se une a los cuentos y mitos que todavía se ciñen sobre el cánido es el declive de las zonas rurales, en las que sobreviven algunas explotaciones y la convivencia con el lobo resulta es cada vez más tensa. «Esta é a situación perfecta pra que o lobo prolifere, polo que o problema xa é a actitude pasiva da administración, que se mantivo durante décadas», asegura el experto.
La «guerra del lobo» a la que se refieren en Estados Unidos habla de la polarización social que también se ha producido en España en los últimos meses. «Alí, a xestión do lobo está xudicializada e son os xuíces os que deciden, por exemplo, se hai batidas», explica Pedro Alonso.
Los últimos ataques registrados
En cuanto a los últimos ataques del lobo registrados, el último se produjo en Ourense, a mediados de los años 70. Por aquel entonces, fueron atacadas una niña de 13 años y una mujer de casi 60 que trabajaban en el campo y días después mató a dos niños. «Son casos dudosos, y en ocasiones sale a la luz la gran intencionalidad que tiene la gente de que el lobo salga mal parado y de que se fuercen situaciones», explican desde el propio Miteco.
En el 2013 se cazó el último lobo en Galicia
En Galicia, la Consellería de Medio Ambiente no facilita datos de los últimos meses en cuanto a batidas o daños del lobo. Sin embargo, desde el 2014 no consta que se haya capturado ningún ejemplar, a pesar de haberse autorizado batidas año tras año. Desde 2006 y hasta 2019 se autorizaron 87 acciones de caza, con 17 ejemplares abatidos; el último, en 2013. De las cinco batidas autorizadas en Galicia hace 3 años, cuatro se aprobaron en Lugo.