7,66 euros por kilo; esto es lo que les cuesta a los ganaderos de Suprema producir un kilo de carne

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

GANADERÍA

ALBERTO LÓPEZ

La Fundación Juana de Vega elabora un informe sobre la rentabilidad de estas explotaciones y aconseja mejorar la gestión y la profesionalización de las granjas

07 feb 2024 . Actualizado a las 16:34 h.

A principios del pasado año, técnicos de la Fundación Juana de Vega se pusieron en contacto con 76 propietarios de granjas que se dedican al vacuno de carne en Galicia, más concretamente, al que se comercializa al amparo de la IXP Ternera Gallega Suprema. Su intención era la de elaborar, con los datos facilitados por los ganaderos, un informe de los costes de producción que soportan estas explotaciones. Al final, solo 25 granjas participaron en la elaboración de este documento que, entre otras cuestiones, deja claro que los costes de producción rondan los 7,66 euros por kilo de carne.

«Estes resultados non se poden tomar como representativos do que acontece nas explotacións de Ternera Gallega Suprema, debido ao gran número de granxas existentes e a heteroxeneidade deste tipo de explotacións», advierte el documento elaborado por la Juana de Vega. Se trata, así, de un informe descriptivo que trata de aportar información sobre las cuentas de resultados de estas explotaciones. De hecho, en el mismo documento se encuentran grandes diferencias entre las granjas con mejores y peores resultados económicos.

Las 25 explotaciones que visitaron los técnicos tenían, de media, 1,48 unidades de trabajo que siempre se correspondían con el propietario de la granja, ya que ninguna tenía empleados. Su tamaño medio era de 55 hectáreas, siendo un 52 % de la tierra en propiedad, un 47 % en alquiler y un 1 % cedida sin coste. De media, enviaron en un año 39 becerros al matadero, con un peso medio de 245 kilos, y siete vacas de desvieje, con un peso canal medio de 316 kilos. Las explotaciones fueron calificadas entre las que obtuvieron los mejores resultados económicos, que fueron seis, las que lograron unos intermedios (13) y las que consiguieron los peores (otras seis). Estas últimas fueron también las que menos becerros y vacas de desvieje enviaron al matadero.

Ingresos medios

En estas explotaciones, los ingresos medios superaron los 90.000 euros, que suponen 7,90 euros por kilo de carne. Cifra que varía mucho entre la que registran las mejores y las peores explotaciones, que es de 9,12 euros por kilo, y las intermedias, que es de 7,04 euros por kilo. Del total de ingresos de estas granjas, el 53 % procede de la venta de becerros, el 9,74 % de la de vacas de desvieje y el 33,5 % de las subvenciones.

En cuanto a los gastos, el 70 % del total son gastos variables, siendo la alimentación la que tiene un mayor peso (54,18 % de los gastos totales). En cuanto a los fijos, estos representan un 29,32 % de los gastos totales, siendo las partidas con mayor peso las que están destinadas a la amortización de maquinaria o a los alquileres. Aquí hay que destacar que en ninguna de las granjas los propietarios tiene asignado un salario propio.

Los gastos totales de estas explotaciones se acercan así a los 60.000 euros, lo que suponen 5,11 euros por kilo de carne. Aquí hay también grandes diferencias entre las granjas con mejores y peores resultados. En las primeras, los gastos ascienden a 4,51 euros por kilo de carne, mientras que en las segundas es de 7,44 euros. En las intermedias esta cifra es de 5,03 euros.

Tras haber estudiado todas esas cifras, los autores del informe concluyen que estas explotaciones obtienen, de media, un margen de 32.000 euros o lo que es lo mismo, de 2,79 euros por kilo de carne. Esta cantidad varía mucho en función de la clasificación de la granja. En las mejores el margen es de 4,61 euros, en las intermedias de 2,01 euros por kilo y en las peores, de 1,68 euros por kilo. El problema es que estas cifras no incluyen datos de salarios de los trabajadores que, al imputarlos, cambian totalmente los resultados. El margen neto cae a los 2.800 euros y en las mejores granjas, el beneficio es de 2,52 euros por kilo de carne, pero en las de resultado intermedio es negativo, de -0,22 euros por kilo, al igual que en las peores, que ronda los -4,11 euros.

Así las cosas, el estudio concluye que el coste de producción es de 7,66 euros por kilo, que según la Ley de la Cadena Alimentaria, sería el precio mínimo que deberían recibir los ganaderos por kilo de carne vendida. El documento recoge también el que sería el llamado precio de equilibrio, que según explican en la Juana de Vega, es el precio mínimo al que el ganadero debería vender la carne para no tener pérdidas y cubrir todos los costes de producción, alcanzando un margen de beneficio de ceros euros. Este precio es de 4,86 euros e, insisten en la entidad, es menor que el coste de producción porque las explotaciones tienen otros ingresos a parte de los derivados de la venta de terneros, como las ventas de vacas de desvieje, las subvenciones u otros ingresos.  El documento también concluye que es preciso mejorar la profesionalización y la gestión técnico-económica de las explotaciones para que puedan ganar en rentabilidad.

Gandeiros Galegos da Suprema critica el informe sobre sus costes de producción

La organización no está de acuerdo con que se incluyan como ingresos el total de las subvenciones que reciben de la PAC

El informe sobre los costes de producción en las granjas de vacuno de carne de Galicia, centrado en los productores amparados por Ternera Gallega Suprema, elaborado por la Fundación Juana de Vega no ha gustado demasiado a los ganaderos gallegos. Gandeiros Galegos da Suprema, la entidad que agrupa a estos productores, aseguró que no está para nada conforme con la forma empleada por los técnicos para calcular los costes de producción a los que tienen que hacer frente estas explotaciones. En su opinión, no pueden incluirse como ingresos todas las ayudas que perciben de la Política Agraria Común (PAC), además de que no se tiene en cuenta que las tierras propias tienen también unos costes, que no se reflejan en el documento.

En opinión de estos ganaderos, solo se podría contabilizar como ingresos las ayudas de la PAC que son específicas del vacuno de carne, como las ayudas por vaca nodriza y de cebo. «Todas ás axudas básicas á renda e os ecoesquemas tamén as cobra xente que non ten animais, por iso non pode ser consideradas coma un ingreso nas nosas granxas», explican en esta agrupación. Porque, insisten, todo el mundo que no tenga ganadería pueden optar a esas subvenciones, y de hecho hay mucha gente que las cobra, de ahí que no se les deban imputar como una de las fuentes de ingreso típica de este tipo de granjas.

Por otro lado, la asociación de ganaderos tampoco está de acuerdo con que no se le impute coste alguno a las fincas en propiedad, porque sí que lo tienen. Algunas fueron adquiridas, con el gasto que ello supone, y otras llegaron a sus manos a través de herencias, lo que también es un gasto para la granja pues implica el pago de una serie de impuestos.

La Juana de Vega defiende el informe de costes de Ternera Suprema

Asegura que el método seguido en su elaboración está amparada por la normativa contable

Somos Agro

La Fundación Juana de Vega quiso responder a las críticas de Gandeiros da Suprema sobre los datos que se han utilizado para elaborar el informe de costes de las explotaciones dedicada al vacuno de carne que comercializan sus canales bajo eta marca de calidad. La entidad explica que la forma de calcular los costes de producción empleada para elaborar este informe está amparada por la normativa contable, que establece cuáles son los ingresos y los gastos de una empresa y la forma de determinar los gastos jurídicos. Por tanto, concluye, «el informe tiene fundamento legal y jurídico».

Sobre las críticas relativas a que el documento incluye todas las ayudas de la PAC como ingresos, la fundación explica que, incluso en el ámbito fiscal, todos los ingresos de la PAC que reciben las explotaciones son considerados unos ingresos más de la actividad ganadera. Es más, sostiene que esta cuestión no es discutible desde el punto de vista normativo.

En todo caso, añade la Juana de Vega, los ingresos no afectan en modo alguno a la determinación del coste de producción de las explotaciones. No obstante, añade, sí afectan al llamado precio de equilibrio, que hace que este sea menor por la existencia de otros ingresos en las explotaciones distintos a los derivados de la venta de terneros, como son la venta de vacas de desvieje, las subvenciones de la PAC o cualquier otro ingreso. El informe completo puede consultarse aquí