Agricultura propone «in extremis» retrasar el decreto que reduce el número de cerdos que pueden criar las granjas

GANADERÍA

El ministerio saca a consulta pública la modificación de la normativa, que entró en vigor el pasado domingo, para retrasar su aplicación al próximo año
11 mar 2025 . Actualizado a las 10:01 h.Desde el pasado domingo está en vigor el real decreto relativo al bienestar animal en las explotaciones porcinas. Una norma que aumenta el espacio del que deben disponer los animales en las granjas, reduciendo así la producción de estas. Pero esta medida podría quedar sin efecto porque el Ministerio de Agricultura ha abierto una consulta pública para modificarla y retrasar su entrada en vigor al próximo año. La medida tendría carácter retroactivo y atiende a las reivindicaciones del sector, que había solicitado más tiempo para poder adaptar sus explotaciones.
La entrada en vigor del nuevo decreto de bienestar animal obligaba a las granjas de cerdos a dejar un espacio de 0,74 metros por animal, frente a los 0,65 metros que había hasta entonces. «Se se fai o cálculo, isto supón que as granxas terán que reducir entre un 12 e un 15 % o número de animais que crían», explicó el presidente de la Federación Galega de Porcino (Fegapor), Pablo Meijomín. Esta entidad no era contraria a la normativa. «Nos últimos anos foi aumentando o peso de sacrificio dos animais e se os porcos son máis grandes é certo que precisan máis espazo», argumentó Meijomín. Pero sí que pedían una moratoria para que las explotaciones tuvieran tiempo suficiente para adaptarse.
Ahora, todo parece indicar que el ministerio ha decidido atender esa demanda, aunque in extremis. «Vai haber un ano de moratoria, que surxiu a raíz das negociacións que levamos tempo mantendo co ministero», explica José Ramón González, responsable de Ganadería en la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). Agricultura ha sacado a consulta pública una normativa que quiere modificar la fecha de entrada en vigor de esa regulación sobre el bienestar animal. En ese documento, que está expuesto en el portal del ministerio, se recuerda que las explotaciones que ya estuvieran funcionando el 8 de marzo del 2023 disponían, hasta hora, de dos años para adaptarse a la nueva regulación, acabando dicho período el 9 de marzo del 2025.
El ministerio explica que las modificaciones que se establecían en el decreto original buscaban mejorar el bienestar de los animales en las granjas, a fin de evitar el raboteo rutinario, adoptando medidas para prevenir la caudofagía. Sin embargo, añade Agricultura, durante el período transitorio se ha puesto de manifiesto la necesidad de prever las condiciones a cumplir en las explotaciones que no se rebotee en absoluto y la posibilidad de que algunas de estas granjas introduzcan mejoras, más allá de lo establecido en la normativa. Esas mejores les darían la posibilidad de aumentar la densidad respecto al resto de granjas.
Es por ello que el ministerio apuesta ahora por modificar el real decreto relativo al bienestar animal para extender el período de adaptación de las explotaciones a tres años, es decir, hasta el 9 de marzo del 2026. A mayores, Agricultura recuerda que este cambio entrará en vigor cuando se publique en el Boletín Oficial de Estado, pero que tendrá carácter retroactivo. «Por todo ello, no podrá imponerse ninguna sanción, penalización o cualquier otra consecuencia jurídica negativa o restrictiva de derechos en caso de incumplimientos que se haya producido con anterioridad a su entrada en vigor», asegura el documento.
Según González, la reforma del decreto permitirá introducir otros cambios, como que «aquelas granxas que cumplan unha serie de medias de bioseguridade vexan reducidas o espazo que teñen que adicar a cada animal. E isa redución pode será significativa», aseguró el portavoz de Ganadería de UPA. Entre otras cuestiones se está debatiendo que aquellas granjas que mantengan a los cerdos con los rabos íntegros no aumenten la superficie. Lo mismo podría aplicarse a las que cuenten con un plan de bienestar animal y dispongan de un sistema de regulación de temperaturas o a las que apliquen medidas de bioseguridad como tener un vallado perimetral o tener telas pajareras en las ventanas.
Esta ampliación de plazos también permitirá a las administraciones visitar y medir cada una de las granjas de porcino que existen. Porque, explica Meijomín, en Galicia por ejemplo es preciso volver a calcular la capacidad oficial que pueden tener estas explotaciones, una vez entre en vigor la nueva normativa. Una tarea que, hasta ahora, no ha dado tiempo a llevar a cabo.