La rentabilidad de las explotaciones de vacuno de carne gallegas depende en exceso de la PAC

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

GANADERÍA

ALBERTO LÓPEZ

Un estudio de la Juana de Vega concluye que sin estas ayudas, los ingresos no permitirían cubrir ni el salario de los titulares de estas granjas, responsables de la gestión de más de 200.000 hectáreas de superficie agraria

11 oct 2025 . Actualizado a las 20:41 h.

Las ayudas de la PAC son determinantes para la viabilidad de las explotaciones de vacuno de carne gallegas. Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por la Fundación Juana de Vega en el marco de las actividades del grupo operativo Rede de Granxas Modelo, promovido por esta entidad, la IXP Ternera Gallega y la cooperativa A Carqueixa, en colaboración con el Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo. El documento también evidencia que estas explotaciones gestionan más de 200.000 hectáreas de superficie agraria útil y que, para que puedan seguir cumpliendo este papel, es preciso garantizar su rentabilidad y asegurar el relevo generacional.

El objetivo de la Rede de Granxas Modelo es el de mejorar la capacitación de los responsables de las explotaciones y de los asesores técnicos, favoreciendo una gestión más eficiente y logrando, de esta forma, una mayor rentabilidad y viabilidad a largo plazo. Para llevarlo a cabo, los técnicos de la Juana de Vega utilizaron la información suministrada el pasado año por 17 explotaciones de vacas nutrices que forman parte de esta red.

Los datos revelan, en primero lugar, que el modelo producto es de dimensiones pequeñas y medianas, con un rebaño tipo de 56 vacas nutrices, 60 hectáreas de tierra y sostenido principalmente en el trabajo familiar. De media, estas explotaciones venden 34 becerros al año, a los que hay que sumarlas ventas de animales de desvieje y para vida, alcanzando una producción de 10.460 kilos por ganadería

Según este estudio, los costes o gastos medios de una explotación de vacuno de carne ascienden a 85.950 euros al año, incluyendo en ellos el salario de los titulares como trabajadores. Los ingresos, en cambio, son de 88.615 euros, lo que deja un margen de beneficio, a mayores del salario, de 2.665 euros por año. En kilos de carne, esto significa que producir un kilo cuesta 8,22 euros de media y que este se vende a 8,47, dejando un margen mínimo de beneficio de 25 céntimos por kilo. Es más, si se analiza la renta disponible, esto es, lo que le quedaría a los propietarios si no se imputase como gastos su salario, esta sería de 29.400 euros al año por explotación.

Con estos datos en la mano, los técnicos de la Juana de Vega concluyen que actualmente las ayudas de la PAC son determinantes para la viabilidad de estas explotaciones. Porque sin ellas, los ingresos no permitirían cubrir ni siquiera un salario para los titulares de las explotaciones. «As axudas públicas equivalen practicamente á renda dispoñible das granxas, evidenciando a vulnerabilidade estrutural e a necesidade de políticas públicas estables orientadas ao fortalecemento dun sector estratéxico para o rural de Galicia», asegura el director de la fundación, José Manuel Andrade. En su opinión, «o vacún de carne galego baséase nun modelo produtivo sostido polo traballo familiar e cunha forte dependencia das subvencións».

Andrade considera que, para garantizar el futuro de este sector «é imprescindible avanzar en estratexias que melloren a eficiencia produtiva, reforcen a estabilidade económica e valoricen comercialmente a carne galega». La fundación también concluye que resulta evidente la necesidad de avanzar en la profesionalización y competitividad de este sector, pues estas granjas son las responsables directas de la gestión de más de 200.000 hectáreas de superficie agraria útil. Su actividad, añade, contribuye de manera decisiva a la prevención de los incendios forestales y a la conservación del paisaje y, para que puedan seguir prestando esta labor, es preciso garantizar su rentabilidad y asegurar el relevo generacional.

Un 67 % de los ingresos procede de la venta de animales y un 34 % de ayudas públicas

El estudio de la Juana de Vega también analiza los principales gastos e ingresos de estas explotaciones, dejando claro que más de un 30 % de lo que cobran procede de las ayudas públicas, en las que la PAC tiene un peso importante. En cuanto a los gastos, las principales partidas son la alimentación de los animales y los salarios de los trabajadores.

Cada una de estas granjas gasta, de media, 33.193 euros en alimentar a sus animales, lo que supone el 39 % de su presupuesto. El siguiente gasto más importante es la retribución de las personas propietarias, que supone otro  31 %, calculada esta tomando como referencia 1,5 veces el salario mínimo interprofesional. Otro 8,4 % de los gastos se va en las amortizaciones y un 6 % en los alquileres de tierras e instalaciones.

En cuanto a los ingresos, la mayor parte proceden de la venta de animales, principalmente, terneros, vacas de desvieje y animales para vida. De ahí sale el 67,4 % de lo que ingresan estas explotaciones. El resto viene de las subvenciones públicas, que representan un 34,2 %, con un peso muy destacado de la PAC. Según la Juana de vega, cada una de estas granjas ingresa una media de 29.000 euros de fondos europeos.

Todos estos resultados fueron presentados en una jornada técnica en la que Adrián Sánchez, técnico de la Fundación, analizó también la coyuntura actual del sector, centrando su intervención en los factores que explican los elevados precios de la carne de vacuno. Entre otras causas, destacó la reducción de la disponibilidad de ganado registrada en los años 2021 y 2022 en un contexto de precios bajo y costes elevados, agravado por la guerra de ucrania. A este escenario se le sumó el impacto de enfermedades como la EHE y, posteriormente, el período de dos años necesario para incorporar nuevas vacas nutrices a los rebaños.