Mantiene en secreto si ha lanzado a su Armada contra el pesquero pirata
11 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La Armada tailandesa mantiene absoluta discreción sobre si ha lanzado un despliegue militar en busca y captura del pesquero pirata Kunlun, que a principios de esta semana abandonó furtivamente su fondeo en aguas de Phuket, donde estaba retenido, sin satisfacer la multa impuesta por las autoridades del país asiático y con las 182 toneladas de merluza negra se sospecha que capturada de manera ilícita en el Antártico en sus bodegas.
Sin embargo, fuentes no oficiales confirmaron al periódico local Phuketwan que Tailandia ha enviado un avión para rastrear la zona en busca del barco.
Lo que sí admitieron las autoridades locales fue que se ha alertado a los países vecinos y proporcionado una detallada descripción del buque que últimamente se hacía llamar Taishan por si lo avistan por el mar de Andaman, que baña Tailandia, Birmania y Malasia. Cierto que lo más probable es que ya haya cambiado de nuevo de nombre, bandera y puede que incluso de aspecto.
Tailandia, abochornada por las repercusiones que pueda tener la huida nocturna del pesquero -el país está intentando lavar su imagen de permisivo con la pesca ilegal para evitar la tarjeta roja de la Unión Europea- ha abierto una investigación entre quienes tenían encomendada la misión de vigilancia del barco. Y es que, según explica la prensa local, es difícil creer que el pesquero pudiese haber escapado sin que los oficiales se diesen cuenta de lo que estaba a punto de suceder.
El Kunlun, al que algunas fuentes vinculan a la ribeirense Vidal Armadores, fue visto por última vez el lunes por la noche. El martes, cuando el agente de turno fue a comprobar la posición, el barco ya no estaba en el lugar acostumbrado. Semanas antes el capitán chileno, al que Tailandia impuso una multa de 55.000 euros, había sido relevado por uno español. Aunque ayer había trascendido que eran solo tres los tripulantes, ahora se cree que son más bajo el mando del capitán llegado de España.
Desde la organización Sea Shepherd, que documentó las fechorías del Kunlun, ha pedido ayuda a Nueva Zelanda y Australia para atraparlo y que no quede impune, como la anterior ocasión en la que lo encontraron.