El sector pesquero sigue a la espera de una señal de Londres que le garantice el acceso a aguas británicas
29 ene 2019 . Actualizado a las 07:53 h.¿Aceptará el Reino Unido la oferta europea? Han pasado cinco días desde que Bruselas puso en marcha la maquinaria legislativa para preparar un «brexit» sin acuerdo. «En estos momentos, es el escenario predeterminado», admitió el negociador europeo, Michel Barnier. Entre sus planes incluyó la posibilidad de ofrecer a Londres la extensión del «estatus quo». En claro: ofrecer a los buques británicos licencias para pescar en aguas comunitarias siempre que el Gobierno británico mantenga abiertas las puertas de sus caladeros al flota de la UE. Al menos hasta finales del 2019, respetando el reparto de cuotas acordado el pasado mes de diciembre. Una iniciativa «muy positiva», reconoció este lunes en Bruselas el ministro español de Agricultura y Pesca, Luis Planas.
Hasta el momento, ni Madrid ni el Ejecutivo comunitario confirman una respuesta positiva por parte de la primera ministra, Theresa May. La líder «tory», enfrascada en la batalla política del parlamento británico a costa de su acuerdo, ha tenido que sobrellevar duras críticas por parte de sus pescadores, que la acusan de querer traicionarlos y venderlos a cambio de un acuerdo comercial jugoso.
Al otro lado del canal
La historia es bien diferente al otro lado del canal de la Mancha. Los pescadores españoles y franceses se mostraron decepcionados por la decisión de la UE de dejar para más adelante las negociaciones sobre los arreglos pesqueros. Pero de poco importa cuándo se vayan a sentar a negociar si los diputados británicos no ratifican el texto. En ese caso, el Reino Unido se iría el próximo 29 de marzo con una mano delante y otra detrás y la flota europea tendría que abandonar sus aguas. «El tema pesquero es el que más me preocupa en un escenario de 'brexit'», admitió Planas. El valenciano aclaró que «España desea que, por parte del Reino Unido, se produzca un acuerdo en relación con el acuerdo de divorcio y la declaración política», pero no descarta el peor de los escenarios: «Tendremos que estar preparados para cualquier eventualidad», sostuvo. La Comisión Europea ultima los trámites para blindar temporalmente al sector si se desencadena la catástrofe. En el supuesto de que la flota se viera obligada a retirarse del Gran Sol, donde faenan unos 140 barcos con acento gallego (entre buques con bandera española y capital galaico), y de las Malvinas (una treintena de arrastreros congeladores), Bruselas estaría dispuesta a extender las ayudas del FEMP a la paralización de la flota de un máximo de seis meses a nueve. Planas no quiere adelantar acontecimientos. Los ministros de Pesca de los 27 seguirán atentos la votación de mañana en la cámara de los comunes. El parlamento decidirá si ratifica o no el texto, con enmiendas de por medio. El futuro de la flota pende del mismo hilo que el acuerdo del «brexit».