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Ana Martínez Arenaz: «El fondo de la bahía de A Coruña está repleto de tesoros arqueológicos»

Loreto Silvoso
Loreto Silvoso A CORUÑA

SOMOS MAR

ANGEL MANSO

Sobre el castillo de San Antón dice que «daría para dos o tres museos más»

02 nov 2021 . Actualizado a las 21:09 h.

Sorprende su despacho, rodeado de mar y lleno de libros y cajas con vestigios históricos. El ventanal regala una postal desconocida de la ciudad, hoy con trasatlántico atracado en el muelle. Junto a la bahía, una pareja de cormoranes acompaña cada mañana a Ana Martínez Arenaz (Cambados, 1978), la responsable del Museo Arqueolóxico e Histórico de A Coruña. Aunque el sábado es gratis, cogemos la entrada en la casa del botero, que conectaba la isla de San Antón con la ciudad en sus pequeños botes.

—Trabaja en un túnel del tiempo.

—Es muy singular. Atravesar todos los días esta pasarela es fantástico, pero también te aísla.

—Aquí está toda la historia y la prehistoria de la ciudad.

—Según la sala por la que camine, me convierto en una mujer prehistórica, una castrexa o una romana. Si subo a la planta alta, me retrotraigo al siglo XVIII.

—Antes fue lazareto y prisión.

—Sí, e impresiona el aljibe, ahora mismo cerrado, pero esperamos poder reabrirlo en breve. Gusta mucho también la terraza, por las vistas que ofrece de la ciudad.

—¿Cuál es la pieza estrella?

—Tenemos auténticas joyas: el tesoro de Elviña y el casco de Leiro.

—¿Se ha quedado pequeño?

—Esto daría para dos o tres museos más. Tenemos expuesta una mínima parte de todo lo que hay. La colección es inmensa. Y la entrega de materiales de todas las excavaciones es continua.

—¿Es el museo de referencia?

—Sí. Aunque la titularidad es municipal, somos el museo de referencia, porque no existe otro arqueológico en la provincia.

—¿Qué tipo de piezas llegan?

—Si se excava el castro de Baroña o aparece una cerámica al poner un ascensor en la Ciudad Vieja, todo se deposita aquí.

—¿Cómo es el proceso?

—Lo reviso, lo fotografío, hago una ficha de inventario y, si hay una pieza interesante, se selecciona para exponer. El resto se custodia y queda a disposición de los investigadores.

—Además de la divulgación, también realizan una labor importante de investigación.

—Tengo la enorme suerte de disfrutar de mi trabajo, pero reconozco que es duro. Llevo mucha carga sobre mis hombros.

—¿Y estas aguas qué esconden?

—Todos los fondos de la bahía coruñesa están completamente repletos de materiales y tesoros arqueológicos. Cuando se hizo el Náutico, se recuperaron balas de cañón y anclas líticas.

«Trabajé en la catedral con el electricista que robó el Códice Calixtino»

La banda sonora de su vida es un museo. Tras estudiar Historia del Arte, Ana Martínez Arenaz tuvo la suerte de poder desarrollar su vocación y pronto empezó a atesorar experiencia en sus lugares favoritos, Fefiñanes mediante: «El Museo de Belas Artes de A Coruña, el Mupega, el museo Massó de Bueu, el museo de la Catedral de Santiago...».

—Espere, espere, ¿trabajó con «el electricista» que robó el Códice?

—[Risas] Sí. Yo estaba en el grupo que empezó el proyecto de las cubiertas de la Catedral. Llevábamos las visitas también a la cripta y al museo, y el electricista andaba por allí.

—¿Llegó a sospechar de él?

—No, era muy agradable, de hecho. Siempre que quedamos los del grupo, nos acordamos de él.

—Durante la pandemia, los museos tuvieron que reinventarse. ¿Fue difícil ver el suyo cerrado?

—Me costó mucho quedarme en casa. Me faltaba custodiar las piezas, dar ese paseo diario por las salas comprobando que todo está en su sitio. Llamaba prácticamente a diario a los vigilantes.

—Pero suplieron las carencias.

—Sí, logramos retomar la difusión desde la silla de casa, con la labor en las redes sociales a través de la cuenta de los Museos Históricos. Vimos que funcionaba.

—Y estrenaron la visita virtual.

—Con los aforos reducidos, decidimos que el museo tenía que entrar en los móviles de la gente.

—Desde hace años acogen teatro, danza, conciertos...

—Con esas actividades logramos aumentar el público, pero creo que el museo se vende solo.

—También en el castro de Elviña.

—El verano pasado tuvimos teatro. Espero que ese escenario espectacular que es el castro, con un telón de fondo de muralla, pueda acoger conciertos, por ejemplo.

  • Quién es: En su Cambados natal es una Arenaz, pero en A Coruña es Ana del castillo, debido al empeño, el esfuerzo y la dedicación que le pone a la fortaleza-museo que dirige. «Aquí todos me conocen así», reconoce.
  • Inmersión en los fondos marinos: Los próximos 5 y 6 de noviembre, el Museo acogerá un curso de arqueología subacuática.