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Jorge de los Bueis oceanógrafo: «Me gusta pescar, pero no pican»

SOMOS MAR

M. MORALEJO

El presidente de la federación de asociaciones del ramo dice que los problemas del mar son los que sufre todo el planeta y pronostica un éxodo social al veganismo forzado por la necesidad de ser sostenibles

04 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Jorge de los Bueis (Palencia, 1983) abandonó un día la meseta castellana para enamorarse del mar y estudiarlo a fondo. Ahora preside desde Vigo la Asociación de Oceanógrafos de Galicia y la Federación Española de Asociaciones de Oceanógrafos.

—Un oceanógrafo de Palencia. Eso sí que es una rareza.

—No se crea. Somos bastantes. En Ciencias del Mar de la Universidad de Vigo hay al menos un castellanoleonés por promoción. No soy tan especial.

—Yo no tengo muy claro qué es un oceanógrafo.

—Según la RAE es una persona que profesa especiales conocimientos o se dedica a la oceanografía, que es la disciplina que estudia las ciencias marinas.

—La referencia para los profanos es Cousteau.

—En realidad él fue un gran explorador y divulgador de los océanos y su trabajo trasladó el mundo marino a una generación de personas despertando muchas vocaciones.

—¿Hay mercado de trabajo?

—Sí. Estoy convencido de que, con matices, lo hay ahora y lo ha habido siempre. España tiene muchísimos kilómetros de costa. Y Galicia también. Eso tiene muchas implicaciones. Estamos intrínsecamente unidos al mar, por eso que los formados en el ámbito marino tienen muchas posibilidades de trabajar. En un espectro amplísimo.

—Y en Vigo, más.

—Galicia y Vigo son polos de investigación marina. Aquí convergen muchísimas instituciones públicas de investigación marina.

—Lo que no tienen en Vigo es la Consellería de Pesca, pese a que alguna vez se pensó en su traslado.

—Pero está la Agencia Europea de la Pesca. La consellería nos da igual donde esté. Lo importante era que los titulados en Ciencias del Mar pudieran acceder al cuerpo de funcionarios de esa consellería porque la titulación era más nueva que la ley de acceso y eso nos impedía opositar. Y eso lo conseguimos.

—Sobre la salud del mar nunca hay noticias alentadoras.

—Tampoco sobre la salud del planeta. La presión humana es excesiva en general y eso nos está llevando a todos los problemas climáticos que tenemos, que en el mar tienen sus propias manifestaciones. Hablamos mucho de los plásticos, pero hay otros fenómenos que quizás se conocen menos, como el crecimiento de los eventos extremos como huracanes o tsunamis. Esos eventos afectan a la vida de las personas que viven en zonas costeras. O la acidificación, que tiene que ver con el aumento de CO2, que afecta al ecosistema marino. También el incremento del nivel del mar y la erosión que produce y que afectará al turismo. La buena noticia es que el mar tiene mucha resiliencia, puede absorber gran parte de esa presión.

—Y con la pesca ¿nos estamos pasando?

—En todo el planeta. Las especies de interés comercial, casi todas están en estado de sobreexplotación. Y eso pese a los esfuerzos de las administraciones para establecer cuotas que mantengan los stocks en un estado saludable. Y esto es un problema, porque puede llevar a colapsar a algunas especies.

—¿Usted se sumerge?

—Me sumergía. Esto creo que también va con la edad. Cuando empecé mis estudios en Ciencias del Mar me apuntaba a todo, también a submarinismo. A día de hoy, entre la edad y la falta de tiempo, lo he dejado. Aunque es una de esas cosas a las que quieres volver. Y eso que aquí requiere esfuerzo, porque no es lo mismo sumergirte aquí que en Canarias.

—¿Y navegar?

—Me encanta. Soy patrón de embarcaciones de recreo y lo disfruto cuando puedo. Hace un par de años me fui a navegar por el Mediterráneo con unos amigos y para mí fue lo más parecido a la felicidad absoluta.

—¿Celta o Dépor?

—Es que no me gusta el fútbol. Los que hemos practicado deportes minoritarios tenemos cierto cabreo con el fútbol porque es un deporte que lo acapara todo. Pero es que tampoco soy nada amigo de esa competitividad norte-sur. En Galicia no nos hace ningún bien.

—¿Qué le gusta hacer con el poco tiempo que dice que tiene?

—Me gusta pescar. Pesca sostenible, pero no pican, así que mi impacto es más bien bajo. Me gusta leer también, estar con mi familia, con mis animales...

—¿Cuántos tiene en casa?

—Tengo tres perros, un gato y ahora mismo tengo... déjeme que las cuente... siete tortugas de agua de especies diferentes y dos de tierra. Todas rescatadas.

—Dígame cómo es usted en pocas palabras.

—Optimista, organizado y racional.

—¿Qué tal en la cocina?

—Muy bien. La cocina me gusta y me relaja, aunque intento comer menos.

—Se le dará bien el pescado.

—Pues no, soy bastante carnívoro. Aunque estoy convencido de que tendré que evolucionar al veganismo. Yo y toda la sociedad.

—Seremos veganos por obligación.

—Por necesidad, o por sostenibilidad.

—Dígame un lugar en el que se sienta feliz.

—En Asturias me siento feliz. Me ha pasado siempre. Es el sitio de mi recreo.

—Algo que haga mal y que le gustaría mejorar.

—Me sigue costando mucho decir que no a determinadas cosas. Tengo que mejorar eso.

—Una canción.

Fall at your feet, de Crowded House.

—¿Lo más importante en la vida?

—Ser buena persona. De hecho creo que lo único que importa en la vida son las buenas personas.