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Denuncian que las navieras están eligiendo a sus clientes entre el mejor postor

E. A. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

M.MORALEJO

A las trabas para faenar se suman ahora los problemas logísticos para transportar la mercancía a su destino

15 may 2022 . Actualizado a las 04:45 h.

Si la pesca lo tiene complicado para faenar, por los altos costes y elevadas exigencias, no lo tiene mejor en el plano logístico. Para una flota que faena en los cinco océanos del mundo, no poder transportar el producto es mortal de necesidad. El brexit, el colapso de los puertos, y las complicaciones burocráticas han puesto nuevas barreras a un sector netamente exportador.

Eva Ortiz, directora gerente de Eimskip Logistics, compañía logística con fuerte implantación en el sector pesquero, revela que en estos últimos tiempos se ha encontrado en el transporte marítimo «situaciones imposibles y operaciones irrealizables. Las navieras se están forrando». Un flete que hace dos años costaba 3.500 euros ahora está en 10.000, explicó. Y es una situación que no tiene visos de mejorar, porque las navieras prácticamente han formado un cartel, en el que las tres grandes alianzas, que manejan el 80 % del tráfico de contenedores, eligen al cliente casi entre el mejor postor. «Se puja casi como en una subasta», de forma que si ofreces más dinero milagrosamente aparece un hueco para la mercancía.

En eso incidió el gerente de Opromar: «Hay navieras que incluso eligen qué tráfico transportar y se da el caso de que un contenedor que viaja de Perú a Galicia se quede bloqueado en, por ejemplo, Cartagena de Indias porque la compañía ha encontrado una carga que le interesa más. Es realmente de locos», relataba Juan Martín. Lo peor es que, como contó Javier Touza, no se puede acudir a las autoridades de Competencia porque Bruselas «ha excepcionado» al transporte marítimo.

Leixões, puerta de Vigo

Al coste de los fletes aún se suman las diferencias entre puertos de los distintos países comunitarios. El presidente de Arvi comentó que se desvían al año a Leixões unas 60.000 toneladas cuyo destino natural es Vigo. Y todo por el diferente tratamiento burocrático y las exigencias de este último, donde el armador se arriesga a tener bloqueada la mercancía por el más nimio defecto de forma, «como que un documento esté escrito en negro y no en azul».

Por tierra tampoco va todo rodado, el brexit también ha complicado las cosas y «hay empresas de transporte que no aceptan encargos hacia el Reino Unido».

En ese panorama no es de extrañar que Touza hiciese la reflexión «¿ingenua?» de si Galicia no es el lugar adecuado para «una corte de arbitraje especializada en derecho pesquero». Ahí queda.