Las agrupaciones de mariscadores de a pie y de a flote de Cabo, enfrentadas por las zonas de trabajo de cada sector

SOMOS MAR

El sector se concentró ante la delegación de la consellería en Ribeira, mientras que el patrón mayor alega que se cumplen los acuerdos
30 nov 2022 . Actualizado a las 10:42 h.El pasado viernes tomaba posesión del cargo y este lunes el nuevo patrón mayor de Cabo de Cruz, Jesús Pérez Dieste, tuvo que hacer frente a la primera crisis de su mandato al reavivarse un viejo conflicto entre las agrupaciones de mariscadores de a pie y de a flote por las zonas de trabajo de cada sector. A las diez de la mañana empezaban su jornada las profesionales de tierra, pero al ver que había rañeiros sacando marisco de sus zonas plantaron el instrumental de faena y pusieron rumbo a Ribeira para concentrarse delante de la delegación de la Consellería do Mar.
«Nós hoxe non gañamos nada porque estamos aquí protestando mentres eles están collendo o noso marisco. Eles non sementan nin limpan o argazo nin labran, e por riba van mariscar onde temos pechado por paro biolóxico», aseguraba visiblemente indignada Rosa, profesional del sector de a pie.
Mientras la presidenta de este colectivo, Mercedes Mariño, y otros miembros del colectivo permanecían reunidos con el delegado de Mar, a las puertas del edificio se sucedían las quejas. «A consellería e Gardacostas están ao tanto de todo, é tan sinxelo como ir alí e sacalos», «isto non pode ser, teñen que facer algo», lamentaban, al tiempo que criticaban la pasividad de la Administración: «A consellería di que nós temos a razón, en zona intermareal eles non poden estar. E por riba hoxe estaban nunha zona que nós temos pechada, estannos esquilmando todo».
En parte de los bancos marisqueros hay boyas que delimitan el ámbito de trabajo de a pie y de a flote, que las mariscadoras de tierra aseguran que incumplen los rañeiros. Otra parte del conflicto está en aquellos arenales que no están balizados, en los que se toma como referencia la cota mareal cero correspondiente con la línea de la bajamar máxima escorada, que, según denuncian, tampoco se respeta: «No verán foi tremendo, teñen chegado embarcacións practicamente á liña de toallas».
Levantar acta
Se hizo el silencio para escuchar a la presidenta del colectivo de a pie tras la reunión con el responsable de la delegación de la Consellería de Mar: «Están os Gardacostas en Mañóns tomando nota dos que estaban pasados a terra na zona vedada, e volverán estar alí mañá para levantar acta dos que se pasen das boias, para dentro e para fóra», comenzó Mercedes Mariño, que anunció también una reunión en Santiago para buscar una solución al conflicto e inspecciones en la lonja para evitar la venta de bivalvo que no dé la talla.
Aseguró también, tal y como reclamaba el sector de a pie, que no se permitiría la venta en la rula del marisco capturado por los profesionales de a flote dentro de las boyas, y finalizó con un aplaudido alegato: «Hai un sector maioritariamente masculino asoballando e abusando dun sector tradicional e maioritariamente feminino, iso é violencia machista e non o imos consentir».
Ante las acusaciones de la agrupación de a pie, el patrón mayor de Cabo afirmó que «non hai ningunha polémica, está todo balizado, son elas as que estiveron traballando onde quixeron, fóra das boias. A nós véñennos os de Gardacostas e dinnos que estamos ben». Y añadió que, para las áreas que no están señalizadas con boyas, «temos un acordo do ano 2006 firmado entre as dúas agrupacións e ímolo respectar, onde non hai balizas nós traballamos». Sobre el área vedada de Mañóns, negó que el sector de a flote la haya invadido: «Elas teñen parada a súa zona, pero a praia que está por fóra das balizas non é súa».
Un conflicto que ya causó enfrentamientos
El conflicto sobre las zonas de trabajo de a pie y de a flote viene de antiguo, y aunque los mariscadores en embarcación aseguran que existe un acuerdo del 2006 que les autoriza a faenar en las playas que no están balizadas, las productoras de tierra niegan que exista. Y mientras tanto las desavenencias no hacen más que enquistarse. El pasado verano ya hubo un amago de enfrentamiento, aunque el último incidente de relevancia se produjo en Cabo de Cruz en el 2019, cuando tuvo que intervenir la Guardia Civil.