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Mar atribuye a «un incidente de pesca» la arribada de sardinas a A Lanzada

Rosa Estévez
rosa estévez O GROVE / LA VOZ

SOMOS MAR

cedida

Veterinarios de Gardacostas recogieron ayer muestras en el arenal

31 ago 2023 . Actualizado a las 04:50 h.

La imagen resultaba sobrecogedora: centenares de sardinas muertas flotando en las olas de A Lanzada, las mismas olas que empujaron los cuerpos a la arena. Ocurrió el martes. Este miércoles, veterinarios del Servizo de Gardacostas de Galicia se desplazaron hasta el arenal más emblemático de las Rías Baixas para intentar explicar esta extraña marea. Según ha informado la Xunta, en su exploración no han detectado nada que apunte a una posible patología como responsable de esta mortandad masiva. «Entendemos que se trata dun incidente puntual que podería estar relacionado co desenvolvemento da actividade pesqueira», dicen desde la Consellería do Mar. Desde ese mismo departamento señalan como posible explicación para lo ocurrido «a rotura do aparello dun barco e a perda das capturas».

Podría ser, pero la propia Xunta reconoce que «as causas poderían ser outras, polo que seguiremos de preto esta cuestión e estaremos vixiantes para adoptar as medidas que se consideren oportunas» en caso de ser necesario. Se abre así la puerta a la tesis que desde el propio martes barajaban fuentes del sector pesquero: que el incidente haya tenido su origen en un barco que se excediese en sus capturas y que tuviese que deshacerse de parte de ellas. Se sustenta esta teoría en el hecho de que en la zona fue visto un barco del cerco con mucha carga. «Pudo ser un lance de última hora mal calculado, quién sabe», dice Alejandro Pérez, el patrón mayor de Cambados, que recalca que estos días hay mucha sardina en el mar. «Pero no se puede pescar», argumenta Pérez, que recuerda que se ha agotado la cuota del cerco y que la flota gallega está adquiriendo derechos de pesca en Andalucía para poder seguir trabajando en un momento en el que los barcos de Cambados, por ejemplo, deberían estar centrados en la captura del jurel... Pero el jurel escasea, no se deja ver, y eso dificulta la supervivencia de una flota que no atraviesa sus mejores momentos. Muchos de los barcos que la forman se ven abocados a adquirir cuota en puertos del sur, abonando unos precios que pueden rondar entre los 30 y los 50 céntimos por kilo, una cantidad que debe sumarse a los costes de producción que de por sí tiene la actividad. En los puertos, plantean esta realidad con claridad meridiana: «Temos que pagar polo peixe que imos pescar». Todo sea, dicen, por aguantar el barco en activo un poco más. En el caso de los pequeños cerqueros de Cambados, hasta que abra la volandeira y la vieira.