Patrocinado porPatrocinado por

La flota tendrá 11.000 toneladas de merluza sur, la cuota más alta del siglo, pero pierde un 12,5 % de la de Gran Sol

E. Abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

OLIVIER MATTHYS | EFE

Las artes menores tiemblan con el recorte del 53 % del abadejo en aguas ibéricas pactado para dos años

12 dic 2023 . Actualizado a las 20:36 h.

Ni arrancando por primera vez en la historia con una propuesta de compromiso sobre la mesa, ni empezando la cumbre en domingo con once reuniones con la Comisión y las delegaciones más afectadas en una jornada, ni teniendo amarradas de antemano las cuotas con el Reino Unido y parte de ellas con Noruega, ni presentando propuestas de cuotas plurianuales... Nada ha impedido que los ministros pasasen una vez más la noche en vela intentando llegar a un acuerdo para fijar los totales admisibles de capturas (TAC) y cuotas para el 2024. Incluso ha habido funcionarios que han tenido que cambiar el vuelo que tenían para este martes por la mañana. «En los 5 o 6 consejos que llevo, nunca hemos acabado tan tarde», dijo el ministro español de Pesca, Luis Planas, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo.

El pacto llegó pasadas las 10.30 horas, cuando se vio una salida para la espinosa cuestión del Mediterráneo. La Comisión Europea no se apeaba de su intención de reducir los días de pesca en un 9,5 % adicional, a pesar del duro pulso que le tendían Italia, Francia y la propia presidencia, ocupada por España. Finalmente, se compensará con un 5% si se compensan con medidas de selectividad, instalación de puertas voladoras o cierre de zonas y del 6 % si se cumplen los tres requisitos.

Pero si el Mediterráneo complicó las cosas, el abadejo de aguas ibéricas y el lenguado, así como la cigala del golfo de Cádiz, también atragantaron las discusiones. La bola de la primera especie, que amenazaba con estrangular a la flota de bajura y dejarla paralizada ya en los primeros meses del año, se deshizo tras tragar con un TAC provisional para el golfo de Vizcaya para el primer semestre del año: 500 toneladas para pescar de enero al 1 de julio. Mientras tanto, se evaluarán los datos para después fijar el Consejo un cupo definitivo para el año. Eso sí, de enero a abril los recreativos no podrán pescar nada de abadejo y, a partir de esa fecha, solo podrán mantener dos piezas; el resto, liberarlas. La peor parte se la llevan las zonas 8c y 9a, que comprende la costa atlántica gallega y la cántabra hasta el golfo de Vizcaya. Ahí, la cuota se recortará un 53 %, para quedar en 96 toneladas.

El abadejo, el jurel, la caballa complicaron una negociación en la que la flota gallega partía con una propuesta favorable para buena parte de los stocks comerciales. Así, la cuota de merluza sur, esa que durante años no vio otra cosa más que pasar la tijera, se ha incrementado un 9,7 %, de forma que la flota dispondrá de 11.000 toneladas, el cupo más alto en lo que va de siglo, según alardeó en redes sociales el Ministerio de Pesca. También dispondrá de más rape (+7 %) y de una cantidad más elevada de gallo (11 %) y de jurel (+5 %), aunque este aumento solo afecta al área que hay al sur de Fisterra hasta el golfo de Cádiz. En la zona 8c, que va de Fisterra al Bidasoa, solo se aparece una cantidad para capturarlo de forma accesoria.

La anchoa seguirá en 33.000 toneladas y la cigala del golfo de Cádiz sortea la reducción que se pedía del 20 % y sube la de Asturias.

En aguas de Gran Sol

Eso, en el Cantábrico y aguas ibéricas del Atlántico. En Gran Sol, la merluza norte ha venido del pacto con el Reino Unido con un signo menos delante. Se ha recortado el TAC un 12,5 % para pesar de los pincheiros, una flota prácticamente monogámica y que se sustenta de esa especie.

Más importante es el tajo que se le ha pegado al lenguado. Del 60 % en Gran Sol y del 17 % en aguas ibéricas, aunque en el caso de este último stock, que reúne en uno tres especies distintas, se ha especificado que el límite del Solea solea se recorta un 33 % para quedar en 209 toneladas.

Con todo, el ministro español de Pesca ha hecho una valoración positiva de los resultados y se mostró orgulloso y contento del acuerdo. Un pacto que, confesó, creyó más fácil, cuando había gran parte del trabajo ya hecho, pero eso demuestra que «una cosa es el procedimiento y otra el contenido». Tanto es así que la demora inusual del resultado se debió a tanta nota y declaración que hubo que recoger en el acuerdo.

Cuotas plurianuales

Planas destacó que, como se había propuesto en su presidencia, se han fijado por primera vez cuotas plurianuales, como el caso de la solla, el merlán, el abadejo y el lenguado y algunas alcanzan incluso el 2026. Lo malo es que en ese paquete va el abadejo ibérico, cuyo cupo rebajado se mantendrá el año que viene y el siguiente.

El ministro destacó que los resultados del Consejo han conseguido el equilibrio necesario entre los elementos medioambientales y los sociales y económicos rentabilidad, insistiendo en el mensaje de que «no hay sostenibilidad sin rentabilidad». Asimismo, cree que se ha puesto en valor lo que significa la aportación de la pesca en la contribución a la soberanía alimentaria, sobre todo en un contexto de que la UE importa dos veces más de pescado del que pesca.

La delegación gallega encabezada por el conselleiro de Mar, Alfonso Villares, analizaba pasado el mediodía el resultado de las cuotas antes de realizar una valoración. Sin embargo, en un primer vistazo el resultado no parecía haber cumplido las expectativas, porque «non se logrou revertir ningunha das poucas cousas que había que negociar», apuntaron fuentes próximas al equipo de la consellería.

La Xunta, decepcionada al seguir limitado el jurel del Cantábrico y vedada la cigala

La delegación gallega encabezada por el conselleiro de Mar, Alfonso Villares, que se desplazó a Bruselas para seguir la negociación de las cuotas para el 2024, rebajó grados a la euforia del ministro Planas. A fin de cuentas, según explica en un comunicado en el que manifiesta abiertamente su decepción, los TAC que han aumentado ya figuraban en la propuesta inicial de la Comisión Europea y han sido posibles por «o esforzo pola sustentabilidade e o respecto ao medio da frota galega». Ningún merito, por tanto, para el Ejecutivo central en un resultado que no resuelve nada para Galicia, que regresa de Bruselas con las mismas limitaciones para la pesca de jurel en el Cantábrico —que ya han supuesto, según sus cálculos, 11 millones de pérdidas sobre todo para el cerco—, con un tajazo en el abadejo del 53 % para dos años—, con la cigala de la unidad funcional 25 —que cae de lleno en aguas gallegas—, un año más cerrada, y con menos lenguado, merlán y solla.

Así las cosas, el conselleiro reprocha al Gobierno español que no haya sabido sacar provecho de llevar las riendas de la presidencia del Consejo, pues no logró mejorar las propuestas de la Comisión, ni frenar los recortes previstos y ni siquiera hizo valer la buena gestión que algunas comunidades, como la gallega, realizan de la anguila, pues se mantiene la veda de 6 meses en dos períodos. Criticó, asimismo, la opacidad de la negociación, pues apenas tuvieron información en unas negociaciones más largas de lo habitual.