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Los mercados pontevedreses sortean la escasez de almeja, que tiene precios inéditos

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

SOMOS MAR

CAPOTILLO

La alta mortandad por los temporales crea problemas logísticos a los vendedores en plazas y empresas de exportación y abastecimiento

18 dic 2023 . Actualizado a las 18:06 h.

Plazas de abastos como Pontevedra y Sanxenxo han logrado, al menos por ahora, sortear la escasez de la almeja para atender la demanda de los menús de estas fiestas navideñas, pero si ya habitualmente iría cara, este año va por las nubes. Si se quiere comer almeja en Navidad o Fin de Año se podrá, pero habrá que pagarla y bien paga.

Mariscos Emilio es uno de los puestos marisqueros del mercado de la calle Sierra, en Pontevedra. En su bancada exhibe todo tipo de productos y la almeja está presente. «Almeja hay, el problema son los precios que son más caros que el año pasado», comenta el responsable de este puesto. Comenta que la mortandad en los bancos de las Rías Baixas «nos afectó mucho» porque al morir un volumen tan elevado de bivalvos, su valor se encareció muchísimo y antes de lo normal por la escasez de lo que se podía poner en el mercado.

«En Navidad ya sabemos que suben mucho los precios del marisco, pero una vez que suben ya no bajan hasta enero y ahora está más caro de lo normal», incide. Emilio surte su puesto, pero si antes tenía que ir a unas pocas lonjas, ahora tiene que buscar en más.

Este viernes en la plaza pontevedresa la japónica, la más barata de las almejas, se vendía a 19 euros el kilo, mientras que la babosa de clase marinera iba a 23 o 24 y la gorda a 30. El berberecho se ofertaba a 16 euros. Es previsible que según se acerque Navidad estas cotizaciones puedan subir, porque quien las quiera frescas, tendrá que asumir el coste.

No solo la almeja va muy cara en la plaza de Pontevedra, en la bancada la nécora iba a 35 euros el kilo y esta semana llegó a los 40. La centolla, que siempre tiene gran demanda por las fechas navideñas, se vende esta semana entre los 40 euros de la hembra y los 35 del macho. El buey de la ría está también escaso. «Hay poco», valora Emilio, por lo que se vende a 20. La zamburiña va a 13 euros el kilo, algo más cara que el año pasado; mientras que la navaja mantiene su precio normal, al no verse tan afectada como la almeja por las mortandades de este otoño.

Percebe y camarón son los mariscos más caros y efectivamente sus cotizaciones han escalado mucho en los mercados. El percebe grande se vendía este viernes entre 80 y 90 euros el kilo, mientras que el camarón gordo llegaba a los 120 euros el kilo. Y todos los vendedores asumen que su precio aún crecerá más.

Suministro a toda España

En el puerto de Marín, O Percebeiro es una de las empresas de exportadores que abastecen mariscos y pescados no solo al mercado gallego, sino a las grandes centrales de distribución españolas y que cuenta con una cartera importante de clientes en el extranjero.

La mortandad de la almeja creó problemas graves de logística, porque este mes la demanda de este producto es muy alta. Luis, uno de sus vendedores explica: «Solucionamos el problema, pero pagando más y moviéndonos por más lonjas». Estiman en este empresa portuaria que el precio de los bivalvos pudo subir entre un 15 y un 20 % y que aunque es complicado, se logró la mercancía necesaria. «A todos los clientes llegamos, pero más caro».

La almeja fina es la especie más cara. Ya había poca e iba cara antes de los temporales y la mortandad solo ha hecho que suba su cotización. «La pequeña en la lonja va a 64 euros el kilo», apunta. Hay otra clave a tener en cuenta para esta cotización y es que esta semana que se acabó fue la mejor para mariscar este bivalvo.

La almeja japónica subió en torno a un 15 % y la babosa alrededor de un 20 %, mientras que la fina escaló en un 40 % más de lo habitual. Es un incremento sin precedentes. «Está siendo una campaña de Navidad muy rara», sentencian en O Percebeiro.

Está por ver hasta dónde llegarán estos valores ahora que los festejos navideños y Fin de Año están a la vuelta de la esquina.

Las mariscadoras bajan a las playas de la ría para salvar lo que puedan de la campaña festiva

El desastre que se vivió en los bancos marisqueros, no solo de la ría de Pontevedra sino de toda Galicia este otoño, no tiene precedentes. La mortandad en algunos bancos de las Rías Baixas llegó al 70 % y el fondo de la ría de Pontevedra también se vio afectado por la catástrofe natural, que además se cebó sobre el sector marisquero a pocas semanas del inicio de la campaña de Navidad, la que mayores ingresos repercute en las arcas de las cofradías.

La mariscadoras están llevando a cabo la campaña de Navidad más triste que recuerdan. Siguen yendo a la playa para intentar cubrir, en la medida de lo posible, sus cuotas asignadas y poder tener algún ingreso en diciembre. De lo contrario, se expondrían solo a pagos y a ningún ingreso y eso en unas fechas como estas sería inasumible para muchas de las centenares de familias vinculadas directa o indirectamente a esta actividad económica en la comarca pontevedresa.