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«Está cheo de mexilla; saltamos dúas veces ás pedras e xa temos 850 cordas»

E. A. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Recolección de mejilla en una zona de la costa pontevedresa el pasado diciembre
Recolección de mejilla en una zona de la costa pontevedresa el pasado diciembre Elena Fernández | EUROPAPRESS

Bateeiros corroboran en la primera seca que este año abunda la cría de bivalvo

03 ene 2024 . Actualizado a las 04:50 h.

La mayor parte de los bateeiros esperan a que pasen las fiestas para empezar el laboreo para la siguiente cosecha. Es el caso de Ángel Rodríguez, presidente de la Federación de Asociacións de Mexilloeiros Arousa Norte, que todavía no ha ido a la cría porque «aínda tiña mexillón nas bateas». Pero quien sí ya ha ido asegura que este año nada tiene que ver con el pasado. Que la mejilla abunda en las piedras. «Está cheo de cría», apunta un bateeiro de Cabo de Cruz, que sabe de quienes han extraído tanta semilla de bivalvo en una jornada que han tenido días de estar hasta las once de la noche en la batea encordando esa mejilla.

Esa abundancia de recurso es generalizada en el litoral gallego. La hay en el intermareal rocoso de Arousa y también en el del norte de A Coruña. Allí, un profesional explica que, «con dous saltos ás pedras, xa temos 850 cordas». Así es que «agora, no que dura unha seca, cinco ou seis días, xa está listo, cando o ano pasado se tardaban cinco meses», comenta otro profesional arousano, que aprovecha para cargar contra quienes «nos acusaron de egoístas e malos traballadores que esquilmabamos o recurso». Aparte de que el hecho de que este año haya cría en abundancia no resuelve el problema de la expulsión de determinadas zonas de costa sin razón alguna, a su entender.

Lo cierto es que conocer que hay mejilla en abundancia ha relajado a los bateeiros. Alguno hasta se ha permitido el lujo de rechazar ofertas de venta de cría y seguir cosechando el de desdoble. «Este ano non me preocupa», dice un mejillonero de Cabo de Cruz, que hace ver, además, que la oferta ha hecho caer el precio del saco de mejilla. El año pasado se vendía a 80 euros, cuando lo habitual era que costase 20. En esta campaña, sin embargo, su precio ha caído hasta los 18 euros, algo «que tampouco me parece moi normal», dice. 

Venta de cría

El mes pasado, la mejilla que recolectan las cofradías que tienen convenio con asociaciones de mejilloneros, como es el caso de la de Carnota, se vendió el kilo de semilla de bivalvo a un euro. Se comercializaron 400 kilos.

Sin embargo, en el mercado entre bateeiros, la cría se vende por sacos. Y esos sacos nunca pesan igual. «Depende de se son dos vellos ou dos novos, que teñen distinta medida e capacidade», explica un profesional abogando por que se regule esa medida. «Eu xa lle deixei de coller a xente que entregaba os sacos coa metade de cría que traían outros», asegura.

La cría que ahora se mete en cuerdas será la que se desdoble a partir de agosto y septiembre. Claro que «cada bateeiro é un mundo» y adaptan la producción de sus viveros a su propio mercado. «Hai quen se dedica ao lacasito» —el mejillón de un tamaño en el que entran 60 piezas en kilo— y quien alarga la cosecha para obtener bivalvo grande, ahora que las fábricas se quejan de que no encuentran producto para llenar las latas especiales, con piezas grandes, de esas que llevan entre 22 y 27 mejillones en un kilo. El tamaño europeo es el de 27 a 35 unidades.

De lo que a nadie le queda duda es de que la producción del 2023 será de las peores que se recuerdan en años. Ángel Rodríguez dice no exagerar al situar ese descenso en un 60 o 70 %. Su propia experiencia constata una bajada a la mitad: «Se collemos o 50 % do 2022 xa teremos sorte».

Señala que «moito mexillón escapou da corda», y asegura que esas pérdidas de producción están vinculadas al hecho de que «a cría que se foi metendo non era boa porque non había forma de conseguir a que servía».

En cuanto a ese plan de gestión anunciado por la Consellería do Mar, el presidente de la Federación Arousa Norte no sabe nada todavía. El último contacto que han tenido con el conselleiro, Alfonso Villares, se remonta a una reunión en el CIMA (Centro de Investigacións Mariñas) para decidir la fecha de apertura de la campaña de cría, que este año ha vuelto a su calendario habitual y arrancó en diciembre, cuando la pasada se retrasó a enero.

No se han vuelto a sentar en la Mesa do Mexillón y tampoco se han reunido con percebeiros, sino que Villares se reúne con cada colectivo por separado.