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Técnicos sugieren proteger mejor los puentes de los remolcadores tras un suceso con heridos en A Coruña

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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El Ibaizabal Doce, en una imagen de archivo
El Ibaizabal Doce, en una imagen de archivo

La Ciaim lo propone tras analizar el accidente del Ibaizabal Doce en el 2021

28 feb 2024 . Actualizado a las 04:45 h.

A raíz de un percance en A Coruña en el que resultaron heridos el capitán, el jefe de máquinas y un marinero de un remolcador del servicio de prácticos, la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) acaba de recomendar a la Asociación Internacional de Sociedades de Clasificación (IACS, por sus siglas en inglés) que impulse normas para proteger mejor los puentes de los remolcadores del impacto de posibles roturas de cabos.

Órgano consultivo de la Organización Marítima Internacional, la IACS agrupa a doce entidades que establecen estándares de seguridad marítima. Los técnicos de la Ciaim le proponen impulsar el desarrollo de normas unificadas que contribuyan a «minimizar el riesgo de lesiones» a los tripulantes si se da el caso de que parta un cabo durante un remolque e impacte contra la cristalera de la cabina de mando.

Es justo lo que sucedió el 28 de noviembre del 2021, cuando el remolcador de altura Ibaizabal Doce, de 24,4 metros de eslora, asistía al mercante Anne, de bandera de Luxemburgo y 116 metros de eslora. Con un arqueo de 4.723 toneladas, el carguero entraba de arribada en el puerto coruñés porque tenía problemas para maniobrar, explica la Ciaim en su informe sobre el accidente.

Con fuerte marejada, mar de fondo de unos tres metros y vientos de fuerza 5 (entre 31 y 39 kilómetros por hora), pasaban de las siete de la tarde cuando el Anne navegaba hacia el puerto coruñés con el práctico a bordo. Por su popa, el Ibaizabal Doce, enganchado al mercante con un cabo de remolque para suplir sus dificultades en el sistema de gobierno. El cabo se fracturó y una de sus puntas rompió cristales del puente de mando del remolcador, «golpeando al capitán al mando». Al no existir la obligación de que esos cristales sean laminados, pequeños pedazos salieron proyectados e hirieron al jefe de máquinas y a un marinero.

El Ibaizabal Doce se dirigió por sus propios medios a puerto, desde donde los heridos fueron trasladados a un hospital de A Coruña, «recuperándose de sus heridas poco después».

«No se pueden obtener indicios que expliquen la rotura del cabo de remolque», añade la Ciaim, si bien «existen indicios» de que su resistencia «había disminuido sensiblemente con respecto a la carga de rotura certificada». A raíz de ese accidente, la propietaria del remolcador colocó una barandilla en la zona del cristal de proa para proteger el puente de mando contra un posible golpe por rotura del cabo.