España dosifica el poco bacalao y ochavo que tiene para evitar que se agote en Gran Sol
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![Barcos de Gran Sol españoles y franceses amarrados en Celeiro días atrás](https://img.lavdg.com/sc/WYBtzOTS9FlnOc2IEYrdgIg76Zk=/480x/2024/03/23/00121711196942137290342/Foto/I_20240208_121530001.jpg)
Reparte entre los barcos un cupo que pueden gestionar conjuntamente
29 may 2024 . Actualizado a las 04:45 h.Por eso de llegar tarde al club comunitario, España no dispone de cuota de bacalao en Gran Sol en esa clave de reparto fija que es la estabilidad relativa. No obstante, desde que entró en vigor de la obligación de desembarque, a la flota no le queda otra que pescarla y descargarla, puesto que la política común de pesca (PCP) prohíbe tirar por la borda pescado que esté sometido a totales admisibles de captura (TAC) y cuotas repartida entre Estados. Y el bacalao lo está. Pero la flota española sigue sin tener cuota. Así que, o bien debe descontar el bacalao que captura de las escasas flexibilidades que permite la normativa —descontar hasta un 9 % de sus cuotas—, o conseguirla a través de intercambios con terceros países. Y lo mismo ocurre con el ochavo o carnavalito, que, encima, ni en España ni en Galicia encuentra adeptos.
Por medio de los swaps, o intercambios, la Administración española ha conseguido arañar 21,82 toneladas de bacalao en las zonas 5 y 6 (al norte y oeste de Escocia) 34,86 toneladas en la zona 7 (aguas de Irlanda y mar Céltico), así como 25 toneladas de ochavo para todas esas aguas. Y aunque en el caso del bacalao de ningún modo pueden ser para realizar una pesca dirigida —solo está permitida como captura accesoria—, no parecen suficientes para aguantar hasta final de año. Y menos si se trata de una especie no repartida por embarcaciones, más difícil de gestionar por parte de los operadores. Así es que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha decidido repartir las pocas posibilidades de pesca de que dispone entre los 87 barcos que faenan en aguas de Gran Sol a la altura de Escocia e Irlanda y el ochavo, aunque este último solo se reparte entre el arrastre, que son los que más probabilidades tienen de que entre mezclado con otras capturas.
Ahora bien, por si acaso este ejercicio de previsión no fuese suficiente para evitar que se acabe la cuota y esta se convierta en una especie de estrangulamiento —que impida al barco salir a capturar las especies principales por no tener cupo de la accesoria—, la Administración se reserva, antes de repartirlo, un 0,5 % del bacalao disponible y se queda, asimismo, 20 toneladas de ochavo, con lo que solo repartirá 10 de las 30 que tiene.
Otra técnica de dosificación de la cuota que recuerda Pesca es la obligación de desplazamiento. Y es que si se detecta una elevada concentración de la especie en una zona porque se sobrepasan determinados niveles de captura de una especie —el 3 % en el caso del bacalao—, el buque no puede volver a repetir un lance en ese mismo lugar y debe cambiar de área de pesca, moviéndose al menos 5 millas. Si en este segundo lance vuelve a superarse ese 3 % habrá que moverse otras 5 millas más.
Para decidir cuánta cuota accesoria necesita un buque, la Secretaría General de Pesca ha dividido los 87 barcos en dos tramos. El de los incluidos en el primero de ellos el tope de captura para 2024 será el resultado de aplicar un porcentaje concreto en función de las posibilidades de pesca de los stocks que tenga repartido cada buque para las diferentes modalidades en las zonas afectadas por la especie de estrangulamiento. A los del tramo 2 también se aplicará un porcentaje fijo entre los barcos de la modalidad de arrastre, según el consumo de cada buque en los últimos 5 años, para sus especies objetivo en dicha zona, que son rape, merluza y gallo.
Los barcos pueden hacer gestión conjunta de las cuotas asignadas siempre que lo comuniquen a la Secretaría General de Pesca.