Patrocinado porPatrocinado por

La resiliencia del sector pesquero se acaba

Basilio Otero PRESIDENTE DE LA FEDERACIÓN NACIONAL DE COFRADÍAS DE PESCADORES

SOMOS MAR

MARCOS CREO

31 may 2024 . Actualizado a las 17:11 h.

La Federación Nacional de Cofradías de Pescadores (FNCP) ha participado un año más en esa reunión del sector pesquero, que se lleva celebrando 25 años en mi Burela, el llamado Encontro Empresarial. Es un foro que da muchas de las claves para saber qué enfermedades tiene este sector y cuáles son sus remedios. Sus conclusiones son como un vademécum que debería ser de uso obligatorio por parte de políticos y gestores pesqueros, para saber qué recetar ante las múltiples dolencias que aquejan a este enfermo llamado pesca española.

Este año quiero destacar dos puntos de sumo interés. El primero, la necesidad de que la pesca sea reconocida como de «interés prioritario superior», un término que se está utilizando en Francia en relación a sus sectores primarios, y la de poner freno a los ataques directos que están sufriendo vía competencia desleal de otros productores fuera de la UE, vía políticas de la agenda verde —que tienen muy poco de verde y mucho de postureo medioambiental—, vía burocracia y normativa asfixiante para realizar con un mínimo de normalidad la actividad de estos sectores, etcétera.

En España, más de lo mismo, a lo que podemos sumar que aquí estamos viviendo una fiebre de la renovable marina que hace que esté en peligro no solo la actividad pesquera, sino los ricos ecosistemas marinos de los que todos disfrutamos en las aguas españolas.

El segundo punto que quiero destacar es que en esa reunión hemos convenido en la necesidad de que se debe introducir un nuevo parámetro como criterio para que los parámetros socioeconómicos sean preponderantes en la gestión pesquera. Sí, no hablamos de equilibrio, hablamos de preponderancia, una especie de discriminación positiva hacia los grandes aspectos olvidados de la sostenibilidad en las políticas pesqueras de los últimos años.

Ese nuevo parámetro tiene nombre y apellidos. Lo hemos bautizado con el nombre de Límite de Resiliencia del Sector Pesquero (LRSP) y deberá ser una barrera para que no se pueda implementar ninguna medida que pueda poner en riesgo nuestro sector desde el punto de vista socioeconómico.

Sí, al igual que tenemos una biomasa límite, o un RMS (rendimiento máximo sostenible), que ya alcanzamos en el 2019 —un año antes de lo exigido por Bruselas, por cierto—, por debajo de los que peligra la existencia de una especie pesquera determinada, el sector también tiene un límite, más allá de la cacareada resiliencia que tantas veces aparece en el discurso de nuestros gestores y de muchos políticos, como una virtud de este sector en su capacidad de superar adversidades, algunas naturales e inevitables y otras políticas completamente evitables.

Sí, el sector pesquero tiene un límite de ruptura. Hay un momento en que nuestra elasticidad y capacidad de volver a nuestro estado natural se supera y nos quiebra.

Sí, no tenemos capacidad de aguantar todo lo que nos echen. Nuestros barcos van a menos, nuestros puertos pesqueros se vacían de pescadores y se llenan de turistas. Nuestra capacidad de suministrar a la población alimento sostenible y saludable, merma.

Sí, no somos tan resilientes como algunos creen y declaran. Desde la FNCP hacemos un llamamiento a todos los políticos que se presentan a las elecciones europeas para que esta sea la legislatura en que, por fin, los impactos socioeconómicos que tienen muchas de las medidas que se adoptan en las instituciones europeas, sean considerados en su justa medida y el LRSP sea un parámetro preponderante en las decisiones que nos afectan como sector. será la mejor medida para el sector y para la sociedad en general. ¡Avante!