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No, no es ley de vida

José Pino CAPITÁN DE PESCA

SOMOS MAR

El Magallánico

28 jul 2024 . Actualizado a las 04:50 h.

Los gallegos no perdemos nuestra condición de resignados ni en el peor de los contratiempos. Cuando no encontramos la relación entre causa y efecto, basta que un periodista ponga un micrófono delante a un vecino de nuestra tierra para recibir una respuesta del tipo «es ley de vida». El naufragio del Argos Georgia es la antítesis del del Villa de Pitanxo. Pasamos de poder inculpar al armador por su responsabilidad en el equipo y al patrón de pesca por una discutible maniobra, a estar ante la desgracia de un moderno buque pesquero, diseñado para la zona, y sin estar siquiera restringido por maniobras de pesca. ¿Cómo actuamos entonces? Lo primero es respetar los tiempos: rastreo y búsqueda de los desaparecidos y luto por los fallecidos; lo segundo, abstenerse de entrar en cualquier consideración en redes sociales, ni siquiera opinar ante la pléyade de ingenieros que ya han dado con las culpas y causas del naufragio.

Después de las manifestaciones de los supervivientes habrá que analizar cómo es que se ha perdido a la mitad de la tripulación de un barco nuevo, completamente equipado para faenar en esa área y con, aparentemente, tiempo suficiente para el abandono, con un cuadro de mando bregado en esa mar y muy preparado para la adversidad, por veteranía y conocimientos, de la máxima confianza de unos armadores que pusieron en sus manos un buque de última generación.

Las Malvinas son nuestra Terranova antártica. Si una zona es mala, la otra es peor. Pero habrá que plantearse para las zonas frías la solución que la armadora Laurak Bat, de Pasajes, adoptó para su bacaladero Egunabar de Astilleros Cíes-Vigo en el 2006. Sin que una norma la obligase, equipó el buque con un bote de rescate cerrado, a mayores de las correspondientes balsas de salvamento.

La clasificación de un pesquero para hielos no debería restringirse a su espesor en forros. Debiera ir acompañada de la exigencia de unos medios de salvamento relacionados. Las nuevas construcciones pesqueras, de 80 metros de eslora, para faenar al calamar en Malvinas, equipadas con balsas y trajes de supervivencia, deberían replantearse su estrategia de estos medios de supervivencia a la vista del naufragio del Argos Georgia y su desenlace.

La fatalidad de la lejanía de flota y de unas condiciones atmosféricas esperadas en el invierno austral, no sumaron a favor de un desenlace favorable.

Como reza la nota de prensa de la armadora, ya se sabe que la puesta de todos los medios a disposición de una tripulación debería cubrir la responsabilidad de los propietarios, pero hay factores psicológicos, de preparación física y de capacidad de superación ante la adversidad que influyen en la lucha por la supervivencia; intangibles no contemplados que determinan el éxito de la pelea por sobrevivir.

Tenemos tan poco material humano en este sector, y tan valioso, que debemos hacer lo imposible por no perderlo, aunque haya quien siga considerando los accidentes en la mar y sus fatales consecuencias como ley de vida.