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Último adiós a tres gallegos fallecidos en el Argos Georgia hace 28 días

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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Imagen de la llevada de los cuatro tripulantes gallegos supervivientes del Argos Georgia
Imagen de la llevada de los cuatro tripulantes gallegos supervivientes del Argos Georgia PACO RODRÍGUEZ

A las 17.00 está previsto el aterrizaje en Alvedro del avión comercial que repatría desde el Reino Unido, a tres de las cuatro víctimas gallegas

19 ago 2024 . Actualizado a las 04:45 h.

«Demasiado largo, casi un mes en el que vas contando día a día, esperando a ver si al siguiente vas a tener noticia de que ya lo repatrían, pero ese día nunca llegaba», declaraba a la agencia Efe Fernando Leyenda, tío de Santiago Leyenda, cocinero del Argos Georgia y uno de los tres gallegos cuyos cuerpos se recuperaron tras el naufragio del pesquero anglo-noruego, el 22 de julio, al este de las islas Malvinas. Si se cumplen las previsiones oficiales, sus restos mortales llegan esta tarde al aeropuerto de A Coruña, junto a los de sus compañeros César Acevedo, patrón de pesca, y Antonio Barreiro, segundo ingeniero del buque. Después de 28 días aguardando, las familias podrán darles el último adiós.

A las cinco de esta tarde está anunciado el aterrizaje en el aeropuerto coruñés de Alvedro del avión comercial que repatría desde el Reino Unido, con escala en Madrid, a tres de las cuatro víctimas gallegas del Argos Georgia. Al cuarto, Juan Antonio García Rey, Pichón, de Ribeira (A Coruña) y relevo de máquinas del buque, lo han dado por desaparecido, igual que a otros tres de los 27 tripulantes del palangrero.

Ateniéndose al protocolo de las autoridades británicas, los cuerpos de los nueve marineros rescatados fueron trasladados desde Malvinas a Gran Bretaña, donde aterrizaron el 31 de julio en Brize Norton, en el condado de Oxfordshire. Los forenses confirmaron que entre ellos estaba Antonio Barreiro, inicialmente dado por desaparecido.

El Gobierno de España trató de agilizar los trámites para traer de vuelta a Barreiro, Leyenda y Acevedo, pero autopsias y procedimiento legal en el Reino Unido duraron dos semanas. Según Efe, la repatriación de los fallecidos la ha asumido la armadora del buque, Argos Froyanes.

Baiona, Vigo y Noia

Coches fúnebres trasladarán desde Alvedro los féretros a sus respectivas localidades de residencia. A Santiago Leyenda, que rondaba los 40 años, lo esperan sus familiares en Baiona (Pontevedra), donde lo velarán hasta las seis de la tarde de mañana, cuando un funeral en la iglesia de Santa María precederá al entierro.

También los seres queridos de César Acevedo, que contaba con 56 años, lo aguardan en Vigo, estando programado velar sus restos mortales en el tanatorio privado de Valadares y mañana será incinerado.

A la localidad coruñesa de Noia trasladan el cuerpo de Antonio Barreiro, quien falleció a los 53 años. Su familia quiere despedirlo en la más estricta intimidad, por lo cual solo ha trascendido que prevén incinerarlo.

Además de reconocer que las cuatro semanas aguardando para poder dar el último adiós los abocaron por momentos a la «desesperación», el tío de Leyenda le confesó a Efe que «conforme se va acercando el momento», los familiares están «peor», sin «mucho ánimo», porque «van asumiendo ya la realidad».

Al hundimiento del Argos Georgia lograron sobrevivir 14 tripulantes, entre ellos seis españoles, repatriados desde Malvinas en un avión del Ejército fletado por el Gobierno español que aterrizó pasado el mediodía del 28 de julio en el aeródromo militar de Santiago. A bordo, acompañados por personal de la Unidad Médica de Aeroevacuación, viajaban 13 de los 14 que pudieron salvar sus vidas. Ahí descendieron los cuatro supervivientes gallegos: el capitán José Saborido, el jefe de máquinas Ramón García, el primer oficial José Ramón Hombre y el segundo oficial Francisco Gondar.

De Santiago despegó hacia Torrejón, donde tiene su base, para trasladar desde Madrid a los dos observadores científicos españoles que se salvaron, el barcelonés Pere Hernández y la albaceteña Amparo Burguillos. A los otros siete supervivientes los repatriaron a sus países desde Madrid.