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El pacto de pesca de Cabo Verde con la UE es el primero que incluye cláusulas salariales para los marineros

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

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Timo

El país africano recibirá  3,9 millones de euros por el acuerdo, que no ven con buenos ojos los pescadores locales

23 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

No ha sido muy complicado renovar el acuerdo pesquero con Cabo Verde. A conseguirlo ha ayudado la «asociación de larga singladura» que mantiene la UE con el país africano, que abrirá de nuevo sus aguas por otros cinco años a la flota comunitaria para que pueda pescar, sobre todo, atún, dijo el director en funciones de la Dirección General de Asuntos Marítimos y Pesca (DG Mare) Kestukis Sadauskas, ante los eurodiputados de la Comisión de Pesca. Es más, los barcos ya pueden faenar allí desde el 23 de julio, dado que se ha aceptado su aplicación provisional.

La UE pagará 3,9 millones de euros —tasas de los armadores aparte— en virtud de un protocolo mejorado, que refuerza la cooperación científica y la transparencia, con más exigencias de notificación electrónica. Además, es, según Sadauskas, el primer acuerdo de asociación de pesca sostenible que incluye «disposiciones reforzadas sobre condiciones laborales de las gentes del mar locales a bordo de buques comunitarios». Impone requisitos entre los que se incluye la remuneración salarial, pero ese apartado, antes de su entrada en vigor, ya está en revisión, a petición de «algunos Estados miembros». Y es que, según expuso el popular Gabriel Mato, no se han tomado como referencia los salarios pactados por los interlocutores sociales, sino «los de la industria naval», sin tener en cuenta que el sistema de remuneración en la pesca es diferente y, si bien puede ser más bajo, se eleva por las primas que se aplican según las capturas.

Sadauskas expuso que esa cláusula social será revisada cuando se formen los comités conjuntos, pero durante la aplicación provisional del acuerdo se aplicará la que figura en el texto, por más que tanto Mato, como su compañero de filas Francisco Millán Mon, abogaron por incluir un apartado durante el proceso de tramitación para asegurarse de que se va a producir el cambio.

Mala imagen

El director general adjunto de la DG Mare vinculó esta «cláusula social reforzada» a la mejora reputacional de la pesca comunitaria en terceros países. Dijo esto en relación a la exposición de la diputada francesa France Jamet, quien denunció la mala imagen que los pescadores europeos tienen entre los locales, que no ven con buenos ojos estos acuerdos. Sadauskas puso la mano en el fuego por el buen hacer de la flota comunitaria y asoció ese problema de imagen a un fallo en la estrategia de comunicación de la UE, que no es capaz de trasladar esa ventaja. En ese «juego geopolítico», en el que la desinformación es un arma, «otros países que quieren explotar esas aguas usan esa estrategia para poner de su lado a los influyentes y desprestigiar a la flota comunitaria». En ese sentido, dijo, el Parlamento Europeo podría echar un cabo defendiendo la flota comunitaria.

Esa misma cláusula sobre las condiciones de trabajo figura también en el acuerdo con Guinea Bisáu y aparecerá en los que se firmen con otros países, con las disposiciones de remuneración adaptadas cuando se apruebe.