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Inspectores de Pesca aseguran que no se ha revisado ni una sola descarga del arrastre pelágico

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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Aunque se ha adaptado el horario de parte de los funcionarios, la mayoría sigue actuando bajo una instrucción de horarios con una rigidez que, aseguran, impide un control eficaz por no coincidir con el de la flota. No descartar una huelga indefinida

11 oct 2024 . Actualizado a las 04:45 h.

La Asociación Profesional de Inspectores de Pesca Marítima (Apipes) se ha mostrado perpleja tras conocer que, en la clausura de un curso de la FAO en Vigo, la directora general de Ordenación Pesquera, Aurora de Blas, ensalzó el liderazgo de España en materia de vigilancia y lucha contra la pesca ilegal cuando, según dicen, «las autoridades de control de las actividades de pesca marítima han sido objeto en 12 ocasiones de procesos de emplazamiento por parte de la Comisión Europea, por incumplir el régimen de control aplicable a la política pesquera», explican en un comunicado. Y como telón de fondo de esa degradación del servicio estaría «el conflicto abierto desde hace tres años con los inspectores de Pesca para que se reconozca la realidad de su trabajo, la penosidad, peligrosidad, y disponibilidad, y se remunere como corresponde».

Aunque parte del problema laboral se ha solventado porque el Ministerio de Pesca ha reaccionado y reconocido que realizan un servicio de 24 horas, los funcionarios que dependen de algunas delegaciones y subdelegaciones del Gobierno, unos 125 trabajadores, siguen bajo una instrucción de horarios incompatible con los de la flota y, por tanto, del servicio que realizan.

Según Apipes, tan solo la delegación del Gobierno en Murcia y las subdelegaciones de Cádiz, Pontevedra y Tarragona han decidido actuar y reconocer la disponibilidad horario de los inspectores. En el resto de provincias, la actividad de los funcionarios «muchas veces no coincide con el de la actividad pesquera». ¿Eso que supone? Pues, por ejemplo, que en Galicia no se haya controlado «ni una sola de las decenas de descargas que los arrastreros pelágicos franceses que se dedican a pescar bonito en aguas españolas, han realizado en Celeiro». Recuerda Apipes que estos pesqueros compiten por la especie con los curricaneros y pesqueros de cebo vivo españoles en el Cantábrico y la flota todos los años solicita un mayor control sobre sus descargas, que no han podido hacerse porque el horario de los funcionarios no coincide con la llegada a puerto de esos buques extranjeros. O que se incrementen las inspecciones siempre a los mismos pesqueros y a los mismos puertos, que encajan en la jornada rígida de los inspectores.

Añaden que también se facilitan supuestas «descargas ilegales de diversas especies que ya han sido denunciadas por el sector sin que se les haga caso alguno», una «bajada en el precio del pescado legal» o el «descontrol de la flota de palangre de superficie». Aclaran que esta flota, dedicada a la captura de especies como el pez espada y el atún rojo, apenas se ha inspeccionado ya que faenan las 24 horas del día y entran en puerto a cualquier hora. Eso por no hablar de la pesca recreativa, «cuya llegada a puerto no se puede prever con un mes de antelación».

Desde Apipes conminan a delegaciones y subdelegaciones de Gobierno a tener en cuenta la variabilidad intrínseca de la actividad pesquera y adaptar los horarios de los trabajadores. De otra forma, España se expone a una sanción como la de Francia por no controlar los inmaduros: 57 millones de euros.

Y si persisten en no atender las demandas del colectivo, los inspectores retomarán las movilizaciones en el mes de noviembre, sin descartar la convocatoria «de una «huelga indefinida en lugar de huelgas de un día» para hacer visible «la sensación de abandono y menosprecio que sufrimos».