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Bruselas desoye la petición de España y ocho países para corregir ya normas CO2 de cargueros

La Voz

SOMOS MAR

MONICA IRAGO

«No podemos limitarnos a hacer estudios, hay que actuar de modo audaz», dijo el ministro de Transportes de Malta

06 dic 2024 . Actualizado a las 04:50 h.

La Comisión Europea aseguró este jueves que vigila «de cerca» el impacto que pudiera tener la aplicación de tasas de CO2 al transporte marítimo a través del sistema ETS, que nueve países, entre ellos España, temen que deslocalice el tráfico de mercancías de puertos europeos hacia jurisdicciones más laxas.

España y otros ocho países de la UE (Bulgaria, Chipre, Croacia, España, Malta, Grecia, Italia, Portugal y Rumanía) reclamaron al nuevo Ejecutivo medidas inmediatas y audaces para modificar la forma en la que la tasa de carbono europea se aplica al sector marítimo. «No podemos simplemente limitarnos a hacer estudios, hay que actuar de modo audaz», dijo el ministro de Transportes de Malta, Chris Bonett, en línea con su homólogo chipriota, Alexis Vafeades, quien pidió «solidaridad entre los Estados miembros, actuar de modo preventivo, adoptando una revisión rápida de la directiva con una estrategia de puertos».

Las embarcaciones que cubren rutas dentro de la Unión Europea deben pagar el 100 % del CO2 emitido, según el precio de mercado que proyecte el Sistema de Comercio de Derechos de Emisión (ETS), y los que llegan a la UE desde otras jurisdicciones deben pagar el 50 %.

Los países que piden una revisión temen que los transportistas trasladen sus operaciones a puertos no comunitarios de Argelia, Marruecos o el Reino Unido, así como a Noruega e Islandia o incluso a los puertos de Rusia, si un día cambia la situación geopolítica. Un carguero que viaja de Shanghái a Algeciras recorre unas 10.300 millas náuticas y debería pagar el 50 % del CO2 que emita.

Pero la normativa comunitaria vigente de ETS, actualizada en el 2022, no impide que el buque atraque primero en Marruecos, sin tasa de emisiones, redistribuya los contenedores en barcos más pequeños y que estos paguen solo por el CO2 emitido en esas últimas 15 millas náuticas de trayecto para llegar a Algeciras. «El riesgo es mayor para el transporte de tránsito, pero en este mundo globalizado e incierto, nadie está al margen. Los riesgos del ETS no solo impactan sobre los países mediterráneos, las perdidas serán europeas», afirmó el embajador representante adjunto de España ante la UE, Oriol Escalas Nolla.

El diplomático, en nombre del ministro de Transportes, Óscar Puente, advirtió que esto supone un peligro para la «soberanía comercial, seguridad y cadena logística» de la UE, así como una piedra en el zapato para las políticas de descarbonización. «Animamos a la nueva Comisión a abordar con sensatez y con urgencia lo que abordamos», agregó.

Portugal también señaló que la aplicación del sistema ETS en su configuración actual tendrá «un profundo impacto negativo en los puertos europeos de transbordo» y subrayó que es «urgente e imperativo que la Comisión adopte medidas inmediatas» para evitar una fuga de carbono y una reducción de la competitividad de los puertos europeos.

Según un estudio del Puerto de Algeciras, los puertos europeos «perderán un 2 % de su capacidad» en el 2024, mientras que «los puertos vecinos no comunitarios crecerán un 5 %», añadió la delegación portuguesa. «Hay que adoptar ya una serie de modificaciones a la Directiva para evitar que de aquí a unos años vayamos a sufrir el problema. De ello depende la integridad territorial y la soberanía de nuestro continente», declaró el viceprimer ministro italiano, Matteo Salvini, quien avisó de que de no actuar el problema podría ser similar al de la automoción.

Sin prisa

Alemania, en cambio, mostró su rechazo a actuar con urgencia y se limitó a pedir que el Ejecutivo comunitario vigile su aplicación, al igual que Países Bajos. «No hemos visto que esté verdaderamente demostrado que vaya a haber un desvío de rutas», dijo el ministro alemán de Transportes, Volker Wissing.

Por parte de la Comisión Europea, la directora general de Movilidad, Madga Kopcznska, dijo que el Ejecutivo es «consciente de las preocupaciones» y del «riesgo de reubicación de las actividades de transbordo», de forma que «la Comisión está siguiendo de cerca la situación».

Agregó que próximamente se presentará un primer informe comunitario sobre la materia en cuyas conclusiones preliminares no se han encontrado «pruebas de grandes cambios en las pautas de tráfico» relacionadas con el sistema ETS.