Radiografía de una caída libre: el sector cifra en 16 millones las pérdidas por el batacazo del marisqueo el año pasado
SOMOS MAR

Las capturas de bivalvos han retrocedido un 44,7 % en las lonjas arousanas, menos Carril; berberecho, fina y babosa lideran el batacazo
22 ene 2025 . Actualizado a las 20:41 h.Con una cierta sensación de estar clamando en el desierto, de que sus palabras no llegan a San Caetano, portavoces de las cofradías de la ría de Arousa y de las agrupaciones de mejilloneros se dieron cita este miércoles en O Gato Negro (Carril) para analizar los datos de producción de la ría de Arousa el pasado año. Fue el 2024 un ejercicio que la mayor parte de los presentes querría poder olvidar. Puede parecer tentador borrar de los anales esos doce meses espantosos para quienes viven del mar arousano, pero sería poco útil: el año pasado no fue más que un paso más en la «caída libre» en la que, según explica el sector, se encuentra sumida la ría. «Estamos nunha situación de devalo produtivo sistemático e progresivo. Levamos anos advertindo da necesidade de tomar medidas e adiantarse aos problemas», señalaba Xaquín Rubido, Xocas.
Los datos que maneja el sector aglutinado alrededor de la PDRA reflejan lo que ya todo el mundo sabe en la ría: que el pasado año fue nefasto en volumen de capturas. Para poder analizar la tendencia en la que está inmersa Arousa, han realizado un estudio en el que se comparan las cifras del 2024 con la media de los últimos cinco años (2019-2023), que ya estuvieron lejos de ser años de abundancia. El resultado de dicha comparación resulta pavoroso. Si hablamos de la producción de bivalvos en toda la ría de Arousa —a excepción de Carril— la media del quinquenio 2019-2023 se sitúa en unas ventas anuales de 2.572 toneladas. En los últimos doce meses, esa cantidad se quedó en las 1.166, lo que supone una caída de un 44,7%. Traduciendo esos datos a euros, «as vendas de bivalvos en todas as lonxas da ría en 2024 (de 14,7 millóns de euros) baixaron o 50 % con respecto á media do quinquenio anterior (29,4 millóns)».
Veamos qué ocurre con cada una de las especies que se trabajan en Arousa. La que ha acusado en mayor medida la crisis de producción es el berberecho. Una especie de la que pasaban por lonja una media de más de 715 toneladas al arrancar el siglo, ya vio caer sus números a cuenta de la marteilia, de tal forma que en el último quinquenio la media de berberecho subastado en Arousa era de 301 toneladas. El 2024 pasaron por las salas de subasta 19, lo que supone una caída de un 93% con respecto a los últimos cinco años. En euros, hablamos de dos millones de pérdidas.
La almeja fina, con una producción media los últimos cinco años de 155 toneladas, se ha quedado en 2024 en solo 21. La caída es de un 86,5 %. En dinero, 4,2 millones. Otra especie autóctona, la babosa, también ha sufrido un batacazo fenomenal: con una producción media en los últimos cinco años de 268 toneladas, pasó en los últimos doce meses a unas escuetas 38: la caída es de un 85,8%. En euros, 4,3 millones.
Llegamos a la almeja rubia, una especie que ha ido ganando importancia a medida que se endurecía la crisis marisquera. Con una producción media de 144,4 toneladas en el último quinquenio, «no ano 2024 foi de 75 toneladas, por tanto baixou un 48,1%». Eso supone, en metálico, 700.000 euros. La japónica, pese a ser una especie foránea, ya es considerada por el sector como una almeja más. Con una producción media de 1.542 toneladas en el último quinquenio, en 2024 bajó a 901, un 41,6 %. Y eso costó en las lonjas 4,6 millones.
Las pérdidas totales fueron de 15,8 millones, unos «10.259 euros por pérmex no ano 2024».
Piden a los Concellos que reaccionen ante la gravedad del problema
Consideran cofradías, agrupaciones de marisqueo y bateeiros que la crisis en la que está sumido el mar no está generando la reacción debida en tierra. El trasvase de personas de este sector primario hacia otros empleos se está acelerando porque «a xente ten que buscarse a vida». Perder el mar como fuente de trabajo y de riqueza supondría un durísimo golpe para la economía de la Galicia costera, ya que tarde o temprano arrastraría al resto de la cadena mar-industria. Por eso, desde la PDRA quisieron realizar «un chamamento a todos os alcaldes da zona para que sexan conscientes dunha situación crítica que vai afectar ao conxunto da sociedade». Y que solo se podrá revertir si se acometen planes serios y dotados económicamente, abandonando las «axudas cosméticas que non responden ao problema que temos prantexado», según recalcó Xaquín Rubido, Xocas.
Mientras se intenta hacer llegar a la sociedad ese mensaje, las cofradías saben con certeza que este año tendrán que volver a apretarse el cinturón, que sus socios seguirán emigrando a tierra y que «as lanchas imos ter que levalas a Santiago, que as poñan de decorado nas rotondas», en palabras del patrón mayor de Rianxo, Miguel Iglesias.
María Porto, presidenta de las mariscadoras de Carril, arrancó los aplausos del resto de representantes del sector cuando señaló que los trabajadores y las trabajadoras del mar están «facendo un gran sacrificio», aguantando en su puesto pese a no ganar apenas para los cubrir sus gastos. «A min non me dá a gana de deixar a profesión que xa foi a da miña avoa e a da miña nai, para que entren os señores da acuicultura industrial, que ao fin e ao cabo parece que é o que se está buscando dende a Administración. Non me dá a gana e por iso vou seguir loitando», dijo.
En ese sentido, los colectivos que integran la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa no descartan iniciar movilizaciones si no ven un cambio de actitud en la Xunta. Sea como fuere, lo cierto es que el sector lleva un año encadenando numerosas protestas, algunas tan multitudinarias como la celebrada el 15 de diciembre contra el proyecto de Altri. Pero parece dispuesto a seguir moviéndose, aunque esa es una estrategia que aún está siendo trazada: las entidades como la PDRA, que aglutinan a muchos colectivos, «temos unha forma de actuar» que supone avances lentos pero seguros.
Menos Nordés, la contaminación que no cesa y falta de decisión a la hora de plantar cara a los problemas
En la ría, problemas hay muchos. Unos derivan del cambio climático global: cada vez sopla menos viento del Nordés, y eso no es bueno para Arousa. Ese viento es el encargado de acelerar el vaciado de las aguas superficiales de la ría, un movimiento que permite la entrada de masas de aguas profundas y cargadas de nutrientes y su afloramiento. Es decir, a menos viento del Nordés, menos alimento para las especies que viven en la ría. Y más contaminación, ya que los elementos nocivos que llegan al mar permanecen durante más tiempo en sus aguas.
Arousa no va a parar el cambio climático, pero la ría debe intentar protegerse de sus efectos, dice la PDRA, tomando medidas estructurales que minimicen el impacto que estas variaciones globales tienen en la realidad local. Lo que proponen no es nuevo: saneamiento de la ría y regeneración de los bancos marisqueros. Son dos recetas viejas: el sector lleva más de veinte años reivindicando la erradicación de vertidos contaminantes, la actualización de las estaciones depuradoras... Igual que han pedido una y otra vez la regeneración de los bancos marisqueros arousanos. Ambas acciones, aseguran desde la PDRA, deberían acometerse de forma conjunta, coordinada y ambiciosa, reservando partidas económicas importantes.
Cada vez que el sector plantea estas demandas, la Consellería do Mar responde con los datos de subvenciones y ayudas destinadas a las cofradías. La PDRA se ha mostrado clara y contundente al respecto: «As axudas, nas distintas liñas, son claramente insuficientes. Son importes precarios para resolver un problema do calado deste que ten a ría de Arousa, e vese ben se as comparamos coas axudas que se dan noutros ámbitos», asegura Xaquín Rubido. Sostiene que si la Xunta no rectifica su política, si no da un giro y realiza una apuesta firme por la ría, el sector tiene los días contados. De momento, el silencio y la pasividad de la Administración han sido leídos por el sector como una demostración de que «a Xunta está a dar todos os pasos para que non sexa viable o marisqueo», abriendo así las puertas a la acuicultura industrial y haciendo caducar esa forma de trabajar el mar que caracteriza a la costa gallega y que ha cimentado el éxito de esta.