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El tiempo de cocido barre de clientes las pescaderías y bajan los precios, pero no como antes

Somos Mar

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Carmela Queijeiro

La caída se nota, sobre todo, en merluza, abadejo y otros pescados «finos»

28 feb 2025 . Actualizado a las 11:28 h.

A las diez y media de la mañana, una hora en la que un otro día cualquiera habría gente haciendo cola, Santi estaba ayer solo detrás del mostrador de la pescadería de la coruñesa calle de la Torre, sambódromo del Carnaval herculino, donde Merceditas y Alvarito lucirán sus atuendos choqueiros. Solo sin más compañía que un variado elenco de brillantes pescados arrullados en su cuna de hielo. En el expositor piezas magníficas: un lenguado más grande que el antebrazo, a 23 euros el kilo (a 19,95 sus hermanas pequeñas); lubinas espectaculares, algunas largas como un fémur, a 18; sanmartiños plateados en piezas que algunas llegaban a los 4 kilos cada una a 15,95 (8,95 el que viene sin cabeza)... Además de los de siempre: rapante (meiga para los locales) a 5,95, 8,95 y 13,95 según tamaño, rape, a 12,95 y merluza, a 8,95 la de kilo y pico y a 6,95 la pescadilla.

«¿Qué ha pasado aquí?», pregunta la clienta que rompe la soledad de Santi. «El cocido es lo que ha pasado. Lo de siempre».

Lo de siempre es que en Carnaval la gente se echa al cerdo como si no hubiera mañana y abandona en masa las pescaderías para hacer cola en las carnicerías buscando chorizos, costilla, cachola y orella. Así que ese colosal lenguado que no hace ni tres meses habría costado su peso en oro (se pagaba a entre 32 y 40 euros entre Nochebuena y Fin de Año), espera compuesto y sin novio o novia a que alguien le eche el ojo. «Supongo que acabará en algún restaurante», aventura Santi.

Es sobre todo en los pescados finos en los que se nota la bajada de precios. En el lenguado, la lubina, el sanmartiño... Xurelos, fanecas (12), raya (14), choco o rapantes siguen en sus valores. Apenas ha variado su etiqueta. Sí se aprecia la caída de precio provocada por la menor demanda en la merluza y en el abadejo. En Ribeira, la primera costaba 12 euros por kilo, lo que supone un descenso de 6 euros, señalaban ayer las pescantinas Ana Mayán y Montse Pérez. El abadejo podía comprarse a 16 o 17, frente a los 24 euros de otras épocas.

Pese a que el ambiente a media mañana era flojo en el mercado de Ribeira, las pescantinas decían que las ventas son bastante estables, sin grandes diferencias en las últimas semanas.

No sucede lo mismo en Boiro, donde sí percibían la llamada de la carne: «Esta es época de laconadas y la venta de pescado flojea», admitía Bárbara Silva, placera de Boiro. Ahora bien, el pescado ha bajado, pero «menos que en otras ocasiones, porque tampoco hay demasiada cantidad», dice Bárbara Silva, placera de Boiro. El tiempo no acompaña y algunos barcos, en especial los de altura, aprovechan esta temporada baja para subirse al carro y hacer las revisiones obligatorias.

También en A Mariña lucense se nota el descenso de la demanda de pescados y mariscos frescos. «Nótase moito o baixón de xente», explica José Yáñez, de Peixes As Monxas, una de la tres pescaderías de la plaza de abastos de Viveiro. Disminuyen los clientes, pero los precios están contenidos desde hace varios días, excepto los del choco. En general, porque en los últimos han bajado los de la merluza de Gran Sol. Y no solo por el Carnaval, sino porque en lo que va de semana se han concentrado descargas en las lonjas de Celeiro y Burela, donde la merluza del pincho se la pagan a los pescadores a unos 5 euros de media por kilo, y la de volanta, a unos 2,5, sin el 10 % de IVA ni tasas que rondan el 3 %.