
Los bivalvos que crecen en zona C, de elevada carga microbiana, no pueden destinarse al consumo en fresco ni aunque se sometan a un proceso de depuración. Solo se pueden consumir si se les aplica un tratamiento térmico. Pero sí pueden salir al mercado al natural si antes pasan un tiempo reinstalados en zona B. Ese es el cometido de las bateas de reinstalación que hay en las rías de Ferrol y de Pontevedra.
El conselleiro de Mar, Alfonso Villares, visitó la ferrolana, que sirve a las cofradías de Ferrol, Barallobre, Miño, Corcubión y Cedeira. Según dijo, la Xunta dedica más de 700.000 euros anuales a mantener esas bateas. Se los lleva la empresa pública Seaga, que se encarga de la recogida, transporte, reinstalación, control y vigilancia de los lotes, que son sometidos a análisis en el Intecmar antes de ser comercializados.
En un comunicado, Mar señala que desde el 2012 se han reinstalado 700 toneladas de bivalvos y en el 2024 pasaron por la batea 26 toneladas de almeja japónica, babosa y fina, berberecho y ostra plana, que de esta forma pudieron salir al mercado.
La Xunta recuerda, además, que los productores «son indemnizados nos casos nos que se rexistren mortaldades ao longo de todo o proceso que superen o 10 %».