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La flota atunera también exige que los túnidos queden al margen del acuerdo comercial con Tailandia

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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MARCOS CREO

Esperan que la UE no caiga de nuevo en la contradicción de ser más restrictiva con el sector europeo y abrir el mercado a terceros países con estándares más bajos

01 abr 2025 . Actualizado a las 04:45 h.

En cuestiones de atún, no siempre flota e industria van de la mano. Ahí están las diferencias que mantienen sobre la cantidad de materia prima que tiene que venir sin aranceles para cubrir las necesidades de la transformación. Pero ante el acuerdo de libre comercio entre la UE y Tailandia hacen piña. Europêche, la patronal pesquera comunitaria, también ha dado la voz de alarma ante la ronda de negociaciones que comienza en Bruselas y que definirá los productos que podrán llegar sin cargas.

La flota, como la industria, pide la exclusión de los productos de atún de este pacto. Porque si ahora esas referencias están gravadas con un 24 % y se importan una media de 10.000 toneladas al año, qué cantidad no entrará si se aplica un arancel cero. Aventuran una auténtica invasión de «productos de baja calidad en los supermercados, con menores estándares sociales, ambientales y de control» que situaría al sector atunero europeo a los pies de los caballos, expuestos a una competencia desleal. La misma que, recuerdan lo atuneros, se ha llevado por delante dos empresas relevantes del sector: Via Océan, antes Saupiquet, y Nicra 7, que cerraron en el 2024.

Estándares

Como la industria transformadora, la flota atunera comunitaria es reconocida por su «sostenibilidad y responsabilidad». Está monitorizada las 24 horas de todos los días del año, lleva a bordo observadores científicos, cuenta con la certificación MSC, además de la de otras normas de calidad y respeta los más altos estándares ambientales y sociales. «Estas normas y estándares la convierten en la flota atunera más cara de operar del mundo», dice Europêche. Frente a esto, Tailandia «importa atún entero de países con prácticas opacas en términos de sostenibilidad y cumplimiento sanitario» y no ha implantado el convenio 188 de la OIT ni suscrito los principales convenios sobre derechos humanos y trabajo en el mar. Además, la revisión de la UE destacó en el 2023 que «persiste deficiencias en materia de salubridad». Por eso «los lomos y las latas de atún de Tailandia, procedentes de pesquerías asiáticas de baja calidad, representan una amenaza para las flotas europeas sostenibles», señala Xavier Leduc, presidente de la división de túnidos de Europêche, que confía en que la UE no caiga de nuevo en su contradicción: abrir puertas a terceros y ser más restrictiva con los suyos.