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Mar busca fórmulas de romper la brecha tecnológica para que el Bono Peixe llegue a todas las personas

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

cedida

El subdirector xeral de Valorización de Produto de la Consellería do Mar admitió que este sistema de descuentos puede dejar al margen a los mayores, precisamente los que consumen más pescado

15 may 2025 . Actualizado a las 04:46 h.

La asociación de organización de productores pesqueros Opescantábrico celebró ayer en la isla de San Simón su cuarta jornada Cantábrica, en la que científicos, biólogos expertos en tecnología, profesionales de toda la cadena de valor del sector pesquero y Administraciones abordaron cuestiones que preocupan a la pesca en general y al sector del cerco en particular. Interacción con cetáceos, trazabilidad y etiquetado y, por supuesto, comercialización suscitaron debate en un foro en el que el subdirector de Valorización de Productos de la Consellería do Mar, Cándido Rial, avanzó que la Xunta está buscando fórmulas para sortear la brecha tecnológica con el Bono Peixe. Porque, a diferencia de otros como el Bono Comercio, o el dedicado al Deporte, este sistema de descuento tiene como uno de sus principales destinatarios personas mayores no tan familiarizadas con la tecnología, toda vez que, como repiten las estadísticas sobre consumo de pescado fresco, son jubilados y mayores de 60 quienes más consumen estas proteínas marinas.

Rial participó con Lucía da Torre, directora comercial de Velomar Pesca; Gonzalo Rodríguez, economista pesquero, y Rafael Piñero, director de relaciones institucionales con el sector pesquero de Mercadona en una mesa redonda en la que se analizó la caída del consumo de pescado y el motivo que aducen las encuestas sobre qué disuade al comprador de pasar por la pescadería: el precio.

Rodríguez apuntó que el del pescado es un mercado maduro y desmontó la óptima pesimista de la caída del consumo, que sí es por persona (ahora en 18 kilos por habitante al año, pero que no se aprecia en el consumo aparente, que es el que suma a la producción las importaciones y resta las exportaciones. Y ahí la gráfica ya no cae en picado, «sino que se mantiene estable». Es en la bajada al consumo per cápita cuando aprecia esa contracción, pero en el descenso el economista encontró oportunidades: la que se ven en la población inmigrante, que es la que no tiene hábito de consumo de pescado, y otros nichos como los jóvenes, que llamó a integrarlos «a través de la comida». A los extranjeros y a los chavales, aprovechando que ha crecido el porcentaje de población estudiantil que realiza el almuerzo principal en comedores escolares. «Quizá en estas jornadas más que responsables de la Administración pesquera deberían participan de Educación», expuso Rodríguez.

En ese sentido, Piñero, que recordó que no hay un único factor en esa caída del consumo de pescado por habitante, expuso la iniciativa experimental que Mercadona ha emprendido con el pescado para atraer a jóvenes y personas que buscan conveniencia con platos preparados y piezas ya preparadas «en mariposa o filetes» en el libre servicio para aquella gente que no quiere perder tiempo en el acto de compra.

En que se necesitan nuevos formatos más fáciles para el público también incidió Lucía da Torre, aduciendo que ver un rape entero puede disuadir a un comprador que, sin embargo, sí lo compraría despiezado y preparado ya para brochetas. Da Torre, que aludió a la amplia variedad y diversidad de productos que hay en el mercado de pescado, levantó ampollas cuando se refirió a la formación de precios del pescado y los desequilibrios que hay en la cadena: «Si yo compro en suelo una sardina a 0,40 euros, tengo que sumarle costes, como el corcho, hielo, transporte y demás, no puede ser que la encuentre en el mercado a 5 euros».

En este sentido, Rodríguez llamó a invertir el discurso de que el pescado es caro, mientras Piñero verbalizó la demanda de toda la cadena de que se rebaje el IVA al pescado.