Gobierno español y armadores celebran la estabilidad que reporta el pacto con el Reino Unido

Haber amarrado el acceso a los caladeros comunitarios hasta el 2038 supone un quebradero de cabeza menos para la pesca comunitaria, que ya tiene bastantes frentes abiertos (87 vedas, Pacto de los Océanos en ciernes, relación con Noruega, revisión de la política pesquera...) Así es que cerrar el capítulo pesquero con los británicos un año antes de que expirase ese período transitorio estipulado en el primer acuerdo de divorcio (junio del 2026) constituye todo un alivio. Tanto la flota, a través de la patronal comunitaria Europêche, como el Gobierno español resaltaron «la estabilidad» que este pacto supone, por más que todavía no se conozcan los términos concretos en que se ha cerrado ese trueque de «pescado por alimentos», o de acceso a las aguas por menos peaje para la entrada de productos británicos en el mercado comunitario.

La revisión de las relaciones pesqueras ha removido en Europêche las heridas de la primera negociación y así, aunque admite que el Acuerdo de Comercio y Cooperación del 2020 era «políticamente necesario», ocasionó importantes perjuicios al sector pesquero de la UE, «recortando en un 25 % el valor de los desembarques en aguas del Reino Unido y provocando el desmantelamiento de la flota europea y la pérdida de medios de vida en varios Estados miembros», explica en una nota. Pero, en pesca, «la colaboración continua y la previsibilidad son esenciales», de ahí que el sector comunitario celebre la extensión del actual régimen de acceso a los caladeros de Gran Sol por doce años: «La ampliación del acceso pesquero hasta el 2038 proporciona una estabilidad vital para nuestra flota y las comunidades costeras, mientras que la reducción de las barreras comerciales favorece tanto el acceso al mercado de la UE como la asequibilidad de los alimentos en el Reino Unido. Este es un claro ejemplo de lo que puede lograrse mediante una cooperación pragmática y constructiva», dijo Daniel Voces, director de la patronal Europêche, en la que está integrada la española Cepesca.

También desde la gallega Pescagalicia, a la que están adscritos barcos de capital gallego con bandera británica, destacan la firma de un pacto del que, si bien desconocen los términos, esperan que sirva para relajar los trámites burocráticos y aduaneros, «que dificultan mucho pues el comercio entre ambos mercados», dice su gerente, Juan Carlos Corrás.

Negociaciones anuales

Desde el Ministerio de Pesca destacaron que el acuerdo permitirá «una mejor y mayor planificación a largo plazo de la actividad de la flota» de Gran Sol. Ahora bien, precisan que «se ha revisado únicamente lo relativo al acceso a las aguas» y a efectos prácticos no cambiará nada de la actividad de los 87 buques —78 activos—, pues se mantiene la clave de reparto pactada en el 2020. Es decir, que los totales admisibles de capturas (TAC) de cada especie seguirán negociándose año a año como hasta ahora, en función de las recomendaciones científicas.

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