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El sorteo de los redolins

Basilio Otero PRESIDENTE DE LA FEDERACIÓN NACIONAL DE COFRADÍAS DE PESCADORES

SOMOS MAR

15 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Otros casi dos meses sin escribir. La verdad es que el tiempo pasa más rápido de lo que mis dedos pueden escribir. Aunque tengo varias anécdotas que contar, quisiera contar la de este domingo por estar fresca, porque no es algo que suceda en mi zona y porque creo que es de justicia ponerlo en valor.

El segundo domingo de julio se celebra el sorteo de los redolins en la albufera de Valencia. El Palmar siempre es digno de visitar, la casa de los pescadores es de otro tiempo, tan bien conservada, con tanta historia que es difícil de superar. 775 años cumplen este año. ¡Sí, 775!

Pepe es su presidente y Amparo su secretaria, he visitado por segunda vez esta asociación, antiguamente Cofradía de Pescadores, a la que injustamente no dejan volver, ni siquiera cotizar en el régimen especial del mar, porque dicen que como son aguas continentales… Eso lo hablaremos otro día.

El caso es que en la visita que les hice la primera vez, de forma casual, me invitaron a asistir a este sorteo y este año me volvieron a invitar y, además, a asistir a la presidencia.

Hay que aclarar que los redolins son los puestos de pesca de la albufera, todos los años se sortean entre los pescadores inscritos, y cada uno tiene además su marca que se hereda de padres a hijos. Este año, además, había una novedad en la búsqueda de ese relevo generacional. Mustafá un senegalés joven entra en esta rueda de pescadores.

Pero empecemos por el principio, el sábado me encontraba yo en el cumpleaños de Ro (nuestra Ro cumplía 40 años) y tocaba coger avión. Hacerlo en medio de una celebración y un sábado, dejando los frescos 23 grados de la Mariña de Lugo para irse a dormir a Madrid, no es plato de buen gusto, pero bueno... Madrid, ya de noche, hotel y madrugón para ir a Valencia. Cojo el coche de alquiler y me pregunta la dependienta si voy a hacer muchos kilómetros.

-No, solo voy al Palmar y vuelvo», le digo. 

-Pues te dejo uno eléctrico.

-Vale. Si está cargado...

El coche que no arranca, medio con vergüenza vuelvo y le digo que no arranca. La chica, amable, viene conmigo y ve que, efectivamente, no arranca, Me da otro coche, también eléctrico, que funciona perfectamente. Salgo hacia el Palmar y veo que el coche no tiene el 100% cargado. Bueno, espero que llegue... Nunca había conducido uno eléctrico. Me llegó y me sobró, solo consumió el 12 % de batería.

Llegado al Palmar, me encuentro con Pepe y Amparo. Los saludo, se marchan a cambiar, yo ya estaba sudando y me fui a tomar un café. Me siento en el bar, pido un café y un agua fría y veo que todos están con el smorzaret, bocadillos majestuosos. El camarero me dice si quiero algo de comer y le pido que me recomiende. Me aconsejó un bocadillo de carne de caballo con patatas y pimientos que estaba exquisito.

Empieza el sorteo, van nombrando cada uno de los pescadores al que le dan su papel y una bola, al terminar con los sesenta se recogen las bolas en un cesto para introducirlas en el bombo, una vez que están todas las bolas empieza el sorteo.

Unas vueltas y Pepe saca la primera bola. Yo había visto que las personas participantes habían cogido un papel con unos nombres y que todos llevaban bolígrafo, no entendía el por qué hasta que empezó el sorteo. Pepe saca la primera bola y le pasa el papel al concejal que hacía de presidente (o eso creía yo); lee el nombre, la persona se levanta y dice «ave maría purísima» y, a continuación, pide el primero de los redolins. Creía yo que estaba contento por ser el primero, luego comprobé que la contestación cuando te nombran es esa: ave maría purísima. Estaba sentado en lo que llaman presidencia disfrutando del sorteo.

Éramos once sentados en esta presidencia y, de repente, el concejal se sienta a la quinta o sexta bola y Pepe le pasa el papel a la persona que estaba al lado y luego a la siguiente y a la siguiente, cuando termina ese lado empieza por el otro en el que estaba yo y era el segundo, tengo que reconocer que me puse nervioso cuando me dio el papel y me tocó leerlo, era una mujer, la manos me temblaban como nunca, nunca me pongo nervioso, pero la responsabilidad de darle la suerte a alguien me hizo estremecer. Me tocó leer otros dos nombres y se terminó el sorteo.

Día para recordar. No siempre se asiste a un acto tan histórico y además te hacen partícipe del mismo.

Ya hay mucho escrito y para no aburriros otro día os contaré la no pérdida de los cables de carga del móvil, la discusión con la seguridad del aeropuerto o la charla con la cubana de Vigo que venía sin dormir del concierto de ACDC.

Me despido desde los 26 grados de las diez de la mañana de Madrid, no sin antes recordaros comer pescado para ser sanos y estar felices y, por supuesto, felicitar a toda la gente de la mar en esta semana de nuestra querida Virgen del Carmen.