Un año después del naufragio del Argos Georgia las secuelas sacuden a la tripulación
SOMOS MAR

Este martes se cumplió un año del trágico accidente en las Malvinas, que se cobró la vida de cuatro marineros gallegos y del que se salvaron otros cuatro
23 jul 2025 . Actualizado a las 19:54 h.Las recientes fiestas del Carmen de la parroquia de Aguiño, en Ribeira, recordaron a Juan Antonio García, Pichón, desaparecido en el naufragio del pesquero Argos Georgia, el buque británico-noruego y bandera de Santa Helena que se hundió hace justo un año a 190 millas de Port Stanley, la capital de las islas Malvinas.
Lidiando con las lesiones que las embestidas del mar dejaron en sus vértebras continúa el vecino de Ribeira José Ramón Hombre Sobrido. De las Malvinas regresó en camilla para ir directo al hospital, al que continúa atado. Ha pasado un par de veces por quirófano, pero el dolor no le abandona y sus posibilidades de recuperación son todavía una incógnita a la que debe hacer frente cada día.
Otro ribeirense que libra su particular batalla es José Saborido, capitán de la última travesía del Argos Georgia. Constantemente arropado por su familia y con apoyo profesional, a este hombre de 57 años las secuelas psicológicas le han cambiado la vida y las perspectivas de una merecida jubilación.
El único de los tripulantes de Ribeira que ha podido regresar a su actividad es el jefe de máquinas, Ramón García. Lo ha hecho en otro barco de la misma empresa y para trabajar en la misma zona del percance.
Fallos en la compuerta
La MAIB (Maritime Accident Investigation Branch), el órgano británico que investiga los siniestros marítimos, avanzó la semana pasada que el informe sobre las causas que llevaron a pique al palangrero de Argos Frioya están a punto de ser publicadas. No obstante, emitió un documento provisional con el resultado de un estudio realizado sobre el mecanismo de la compuerta de estribor —que estaba cerrada y se abrió durante la ruta permitiendo la entrada masiva de agua— en el que detectó defectos de diseño y fabricación, entre otros, «un nivel inaceptable de tensión y un posible fallo del eje de transmisión, el acoplamiento y la chaveta de la puerta del casco durante su funcionamiento».