Investigadores gallegos descubren que el sexo de la merluza se determina de modo parecido al de los humanos
SOMOS MAR

Conocer este mecanismo permitirá disponer de una herramienta rentable para sexar ejemplares para el seguimiento del «stock» y mejorar la gestión pesquera.
29 jul 2025 . Actualizado a las 04:46 h.La dorada nace macho y evoluciona hacia hembra (hermafroditas secuenciales). Le ocurre también a la tilapia. En el caso de otras especies, el sexo se determinará por la temperatura. Incluso por cuestiones sociales, como si hay pocos machos o hembras. En el caso de la merluza, no. Si va a tener órganos femeninos o masculino lo decidirá el cromosoma 9, de una forma análoga a lo que ocurre con los humanos u otros mamíferos, explica Paulino Martínez, que, con Fran Saborido, es autor principal de un estudio que acaba de ser publicado en la revista científica G3 y que, por primera vez, desvela los factores que determinan el sexo de la merluza, una de las especies más importantes para el sector pesquero gallego e icono de su gastronomía.
El descubrimiento está firmado por un equipo conformado por personal investigador de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), el Instituto de Investigaciones Marinas (IIM-CSIC) y el Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG), que han conseguido identificar ese mecanismo que determina el sexo de esta especie a partir del ensamblado de su genoma. Y puede conocerse si un ejemplar es macho o hembra con una técnica no invasiva, simplemente analizando una escama.
En el estudio detectaron un patrón claro: los machos son heterocigotos, tienen dos versiones distintas del gen y las hembras son homocigotas,con dos copias iguales. «Este hallazgo apunta a un sistema de determinación del sexo XX/XY, como el de los seres humanos, y fue confirmado más adelante con una muestra mucho mayor de ejemplares de distintos sexos».
El descubrimiento, apuntan desde la USC, abre la puerta a disponer de «una herramienta sencilla y económica para identificar el sexo de la merluza, mejorando así la gestión sostenible de sus pesquerías». Ocurre que la merluza presenta unas diferencias visibles entre machos y hembras, pues estas alcanzan un tamaño y peso mucho mayor y, por tanto, son las más buscadas por los pescadores. «De esta forma, disponer de una herramienta accesible para conocer su sexo supondría un gran paso para la gestión de sus pesquerías, sobre todo teniendo en cuenta el sesgo en la pesca de ejemplares por tamaño y los problemas asociados a la reversión sexual debidos a contaminantes», explica la USC.
Tyler Alioto, líder del equipo de Ensamblaje y Anotación del Genoma en CNAG, destaca que «hasta ahora era un completo misterio cómo esta especie tan conocida determina su sexo. Gracias a técnicas avanzadas de secuenciación, hemos descubierto esta información clave que ayudará decisivamente a su conservación y protección».