Al derribo de los falsos mitos: «Non existen riscos por comer atún, senón todo o contrario»
SOMOS MAR

La industria atunera hace frente común en Vigo para difundir que el selenio contrarresta la presencia de mercurio en la especie
12 sep 2025 . Actualizado a las 04:47 h.El atún es un «superalimento». Roberto Alonso, secretario general de Anfaco-Cytma así lo defiende. Y como él, la mayor parte de los más de 350 representantes de la industria atunera mundial que se da cita en Vigo con motivo de la duodécima edición de la Tuna World Conference, la cumbre mundial del atún que cada dos años organiza la patronal española de la conserva. Y, sin embargo, un estudio de una oenegé poniendo el foco sobre la presencia de mercurio ha sido suficiente para borrar de un plumazo todas las propiedades demostradas de aquel superalimento, hasta el punto de que varias ciudades de Francia han prohibido que formen parte del menú que confeccionan los comedores escolares. Y de hacer caer en picado las ventas de conserva de atún en el país vecino.
«Non existen riscos por comer atún, senón todo o contrario», subrayó Roberto Alonso en declaraciones a los medios. Claro que esta aseveración podría ponerse en solfa por tratarse de una opinión de parte. Pero ya no lo es tanto si quien pone en tela de juicio las recomendaciones que hacen autoridades sanitarias como las de España, que limitan en determinados casos la ingesta de túnidos y especies afines por la presencia de mercurio, es el primero en demostrar que el efecto nocivo de ese metal queda prácticamente anulado por la presencia de selenio. Si es Nick Ralston, investigador de la Universidad de Dakota del norte, el que explica que el selenio es «el héroe que nunca cesa» y el que salva el cerebro de la oxidación que podría provocar el mercurio y que protege el corazón, la cosa cambia. «Todos los estudios dicen que hay beneficios por comer atún y otros pescados marinos, no perjuicios», aseguró un experto que ha asesorado a la FAO y a la OMS (Organización Mundial de la Salud) sobre los beneficios del pescado. «Consumir pescado del océano nunca va a causar problemas», abundó Ralston.
Según dijo, el selenio presente en el pescado puede «prevenir y revertir el daño oxidativo». Es por eso que las recomendaciones de restringir el consumo de túnidos en mujeres gestantes, por ejemplo, «en lugar de hacer bien a los niños, como se pretendería, puede ser contraproducente, pues está demostrado que el consumo de pescado favorece el desarrollo intelectual de los niños en crecimiento».
Esto quedó demostrado en el estudio que su equipo hizo con 300.000 madres que dejó claro que a mayor ingesta de pescado durante el embarazo más salud. Cierto que hay especies, como la ballena o determinados tipos de escualos en los que la presencia de selenio no es capaz de neutralizar del todo el mercurio, pero no es el caso de los túnidos.
Ralston puso el ejemplo de las islas Feroe, donde el consumo de carne de ballena es elevado y podría suponer un riesgo, pero se comprobó que ese posible daño quedaba anulado por el elevado consumo de otras especies, que mitigaba el exceso de mercurio sí se aprecia en el mamífero marino.
El investigador animó a publicar e insistir en estas evidencias científicas entre los profesionales de la salud para así llegar a la sociedad en general y al poder político para que se cambien las recomendaciones. Ardua tarea para un colectivo que siempre ha perdido la batalla de la comunicación. Pero como apuntó Roberto Alonso: «También se tardaron 20 años en dar a conocer que el huevo no era perjudicial para la salud». E incluso el pescado azul logró sacudirse de la mala fama. Malo será que no cale.
La amenaza de las latas tailandesas sin arancel
Las negociaciones del tratado de libre comercio que la UE mantiene con Tailandia, primer productor mundial de conservas de túnidos, siguen inquietando a la industria comunitaria. Para el presidente de Anfaco, Iván Alonso Jáudenes, la incertidumbre que ese diálogo provoca supone una «amenaza para la competitividad», cuando lo que se necesita es «seguridad jurídica» y competir en un terreno de juego igualitario. Por esos estándares comunes abogó también el secretario general de Anfaco, que, señalando con el dedo las serias deficiencias de trazabilidad y las sospechas sobre la legalidad y responsabilidad de muchas de esas capturas, apeló a Bruselas a proteger los intereses de su industria favoreciendo un terreno de juego igualitario, pues «no se trata de ser generoso, sino de ser justo».
Al ese tratado en ciernes también se refirió Juan Alonso, vicepresidente de Jealsa Foods. Este, que ya ha visto a su empresa salir del desastre de un incendio pavoroso, está convencido de que la industria comunitaria saldrá adelante aunque se firme ese tratado: «Vamos a ser capaces de competir; lo vamos a hacer, porque ya entra atún sin arancel, pero eso no quita que se deban imponer la misma normativa» que deben observar las empresas europeas.