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La armadora del Villa de Pitanxo dice que las conclusiones de los técnicos carecen de base y se apoyan en testigos falsos

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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Mariscal / EFE

Llama la atención sobre la discrepancia entre este informe y el elaborado por los peritos judiciales, descartando ahora que el aparejo quedase enganchado en el fondo

23 oct 2025 . Actualizado a las 18:46 h.

Los abogados de la empresa armadora del Villa de Pitanxo, el pesquero de Marín naufragado a 250 millas de Terranova en febrero del 2022, ponen en duda que el informe final de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) tenga consistencia alguna. Para empezar, señalan que existe una sentencia que desbarata los argumentos de los técnicos de ese órgano sobre la navegabilidad del buque, la sobrecarga, los tanques no autorizados, la escora permanente a babor, los calados, la navegación en zona de hielo y la falta de protocolo de cierre de la tolva de desperdicios. Un fallo que, aseguran, se sustenta en documentos y pruebas, testificales y periciales, tanto de particulares como de cargos públicos, entre ellas la declaración del inspector de buques de la Capitanía Marítima de Vigo que inspeccionó el buque justo antes de la marea, la del práctico que prestó servicio al buque a la salida de Vigo, la clasificadora Bureau Veritas, etcétera que «ponen de manifiesto la falta de base de las conclusiones establecidas en el informe».

Aparte de eso, los representantes legales de Pesquerías Nores resaltan la discrepancia entre el informe que realizaron los técnicos designados por la Audiencia Nacional como peritos judiciales y el que han elaborado ahora como parte de la Ciaim, pues el publicado este jueves reconoce que el pesquero no estaba embarrado cuando se produjo el hundimiento. «Los dos investigadores de la Comisión, designados por la Audiencia Nacional como peritos judiciales, asumieron la tesis de que la causa del naufragio era un embarre dando credibilidad a uno de los supervivientes por encima incluso de datos objetivos que tenían a su alcance, como eran los registros de posiciones (rumbos y velocidades) del buque», explican desde el despacho Amya Abogados. Eso llevó a concluir que la causa del naufragio sería «un error humano del capitán, por la falta de percepción cabal del riesgo de hundimiento que suponía la maniobra que realizó para librar el embarre del fondo marino, con la mar y el viento de popa y la tolva de desperdicios abierta», recogen literalmente del informe pericial, que abunda en que «una vez el saco quedó arraigado al fondo (...) el buque se fue escorando hasta quedar completamente tumbado a babor, a la vez que se iba hundiendo».

Sin embargo, el informe final de la Ciaim da «un giro respecto a la postura» de sus propios investigadores que emitieron el dictamen como peritos judiciales, y descarta que el barco se haya hundido por embarre, «teniendo la prudencia de no atreverse a seguir sosteniendo esa tesis por la absoluta inconsistencia de dichas tesis con las velocidades y movimientos registrados por la caja azul y el sistema de posicionamiento (AIS) del buque», aparte de que el resultado de la inspección submarina permitió «establecer que el aparejo no estaba embarrado en el fondo marino, sino que iba entre aguas».

El informe final habla de espichada y recoge que el aparejo no estaba firmemente enganchado al fondo, dado que «el buque continuó navegando a unos 4 nudos de velocidad hasta la parada del motor y que, después de esta, siguió derivando por efecto del fuerte viento y oleaje», dice el texto. Eso, al entender de los abogados, «es algo que todos los peritos tenían claro» desde el principio y, además, «es coherente con las declaraciones de los tres supervivientes realizadas tanto a bordo del Playa de Menduíña como en Terranova.

La nueva tesis de la Ciaim, por tanto, es que en la red habría fango (espichada) «lo cual produciría mayores tensiones en los cables de remolque, nada que ver con la tesis del embarre y no supone más que una nueva especulación», creen los abogados.

Desde la armadora también hablan de referencias a testigos falsos. Así, señala que «existen resoluciones firmes donde se establece que testigos presentados por las acusaciones en el proceso penal, algunos en los que la Ciaim basa sus conclusiones de que no se hacían ejercicios de emergencia, eran falsos, lo que motivó la interposición de las correspondientes querellas por delito de falso testimonio».

Por último, critican que la Ciaim no haya hecho mención a que no ha habido unanimidad en la emisión del informe y que ha habido votos particulares de miembros del pleno «que no se han querido facilitar», al menos no a los representantes legales de la armadora.

En definitiva, que se estaría ante un nuevo informe con conclusiones incorrectas «y desconectadas de las pruebas practicadas en sede judicial, como el caso del Siempre Casina, Mar de Marín y otros, dicen desde Amya Abogados.