La flota gallega se lanza a la pesca de xarda, que ya plaga todo el Cantábrico
PESCA Y MARISQUEO

En lo que va de semana, las lonjas de A Mariña han subastado cerca de 300 toneladas
16 mar 2020 . Actualizado a las 12:46 h.En Ondárroa, en Pasajes, en Santoña, en Avilés... La flota gallega, como buena gallega, ya está en esa especie de diáspora que cada año provoca la costera de la xarda. Hay arrastreros, cerqueros y barcos de artes menores de Ribeira, de Burela, de Cambados, de Portosín salpicados por todo el Cantábrico y entregados de lleno a la captura de una especie que esta semana ha invadido las aguas del norte peninsular y a punto está ya de alcanzar Galicia.
«Hai moita», dice Eduardo Carreño, armador de Portosín. Entra en tal cantidad y tan rápido que es preciso, incluso, «apartarse do cardumen», pues se corre el peligro de «que rompan a rede». Hay tanta que no se puede pescar otra cosa que no sea xarda, pues «é coma unha praga; ocupa todo o espazo e non hai forma de pescar outra cousa». Que se lo digan a él y a otros cerqueros de Portosín, que si están en el País Vasco a estas alturas es para participar en la costera de la anchoa, pero con el caladero copado por el verdel, como se le dice por aquellos lares, no es posible capturar bocarte. «Hai que ir lonxe, desprazarse moito e aínda hai moi pouca e moi pequena, de 70 ou 75 grans [piezas] en quilo», apunta Carreño.
Hay tanta que esta misma semana un barco vasco descargó 45 toneladas a granel, lo que serían 4.500 cajas de diez kilos cada una. Ahí está otro problema. Por más que quisiera, el cerquero de Carreño no podría hacerlo, por limitaciones de tamaño y porque la costera, a ese ritmo, se le acabaría en dos o tres días. Así que, con 600 cajas ya se puede dar por satisfecho. Es cierto que este año la flota dispone de un 45 % más de cuota, pero no pierde de vista que «vense dun recorte [acumulado] do 60 %», recuerda un armador coruñés del arrastre. Tampoco el profesional sonense entiende que un barco pueda ingresar 100.000 euros en la campaña y otro se vea limitado a 30.000 por cuestión de cuota.
Y, claro, hay tanta, que el precio no es el que desearía la flota. Si la semana empezó con cotizaciones por encima del euro, ayer ya había caído a la horquilla de 0,85-0,95 euros. «Xarda grande, moi boa, das que entran dúas no quilo e que en outubro se pagarían a 3 ou 4 euros», dice Carreño. Eso, en el País Vasco. En las rulas de A Mariña todavía están pagando por la novedad. En Burela, donde unos 13 arrastreros han dejado 250.000 kilos, la semana empezó pagándose a 1,20 euros el kilo y ayer se mantenían cinco céntimos por encima del euro. Una horquilla similar maneja Celeiro, donde la flota de litoral ha subastado 16.000 kilos.
El sistema de reparto de licencias para faenar en el País Vasco escama a parte del cerco
La flota que se desplaza al País Vasco para participar en la costera de la anchoa suele entretenerse en tanto no aparece el objeto de su deseo capturando xarda, como ahora, jurel, sardina o cualquier otra especie. Y en esa espera le interesa pescar en aguas interiores de la comunidad autónoma. Pero no todos pueden. Son unos 30 barcos del cerco y el Gobierno vasco solo concede autorización para cinco embarcaciones de esta modalidad. Permisos que se otorgan con periodicidad semanal. El hecho de que recaigan «sempre nos mesmos» y de que, curiosamente, «nunca sexan da organización á que pertencen a maioría dos cerqueiros» (Acerga) escama a los profesionales, que se preguntan qué «sorteo» se sigue para que la suerte siempre toque a los mismos. Sobre todo, porque alguno de los agraciados, ni siquiera está todavía en el País Vasco y otro aún estaba en camino.
Desde la Consellería do Mar apuntan que «non existe un sorteo, senón un sistema mixto que conxuga a prioridade expresada polas entidades asociativas e a orde de chegada das solicitudes á Consellería do Mar». De ahí que 4 de los 5 seleccionados se repitan en estas dos semanas. Se trata, además, de «autorizacións semanais que se tramitan na semana previa á entrada en augas vascas».