
Ante una denuncia de un parque en Bretaña, la Comisión aclara que compete a los Estados decidir, valorando «las consecuencias socioeconómicas»
12 may 2022 . Actualizado a las 04:50 h.«No se va a poner ni un solo parque eólico marino en donde no se pueda poner», declaraba a principios de marzo Juan Virgilio Márquez, director general de la Asociación Empresarial Eólica, en un foro donde se señaló que la Hoja de Ruta de la Eólica Marina en España prevé para el 2030 unos quince parques en el litoral español. El Ministerio de Transición Ecológica tiene registradas seis solicitudes en la península, tres de ellas en Galicia. Dos de Iberdrola, bautizados como San Brandán y San Cibrao, frente a Ortegal y A Mariña, y otro de Sener y Bluefloat, el Nordés en las Rías Altas. Cuando juristas gallegos piden más atención a la pesca en la planificación de los espacios marinos y los pescadores los rechazan en sus caladeros, la Unión Europea (UE) aboga por «integrarlos tanto como sea posible» con otros usos del mar, como la pesca y la acuicultura, por lo cual «deben tener en cuenta las consecuencias socioeconómicas» y analizar su interacción con el resto de actividades.
Kadri Simson, titular de Energía en la Comisión Europea, se pronuncia así en respuesta a una denuncia sobre el proyecto de eólica marina de Iberdrola en la bahía de Saint-Brieuc, en Bretaña (Francia). Definido por Iberdrola como «el primero a gran escala» en esa zona del litoral galo, invertirá 2.400 millones de euros para instalar 62 aerogeneradores en una superficie marítima de 75 kilómetros cuadrados, a 16 de distancia de la costa. Prevé que comience a funcionar en el 2023, con una capacidad de 496 megavatios, suficientes para satisfacer el consumo de 835.000 personas.
Mirando al 2030 y a la neutralidad climática en el 2050
La eurocomisaria de Energía se remite a la estrategia comunitaria sobre energías renovables en el mar, recordando que son los Gobiernos de los diferentes países de los Veintisiete los que «deciden dónde, en qué medida y en qué condiciones económicas» las impulsan. Todo en el contexto de promover combinaciones de generación de electricidad que permitan «cumplir sus objetivos» de suministro y climáticos para el 2030, aumentando «la seguridad energética» y pensando en «alcanzar la neutralidad climática» en el 2050.
Dicho eso, Simson señala que la eólica marina «debe cumplir con las leyes aplicables, incluidas las ambientales de la UE». Sin perjuicio del papel de la Comisión «como guardiana», recalca que son los Estado miembros los principales responsables de «garantizar» el respeto a las normas comunitarias. Eso sí, la Comisión «prioriza sus esfuerzos» en aquellos casos que apunten a una «infracción sistémica» de la legislación.
Apoyo a «proyectos multiuso del espacio marítimo»
«Previa consulta a las partes interesadas pertinentes», añade la eurocomisaria, los espacios marinos designados para la eólica marina «deben ser compatibles con la protección de la biodiversidad». Y deja constancia del respaldo de la Comisión a los «proyectos multiuso del espacio marítimo», así como al seguimiento de los «posibles impactos acumulativos en el medio marino, el medio ambiente y la interacción» con otras actividades marítimas, nombrando expresamente la pesquera y la acuícola.