Pesca se abre a dar ayudas temporales a los barcos más dependientes del jurel
PESCA Y MARISQUEO
El pelágico es vital para el 20 % de los cerqueros gallegos, según el sector
22 dic 2022 . Actualizado a las 04:45 h.Galicia tenía una propuesta que hacer a Madrid para hacer frente a ese brutal tajo, de un 78 %, que se ha dado en el total admisible de capturas (TAC) del jurel entre Fisterra y Noruega. Cupo que, además, no se podrá pescar de forma dirigida, sino que se ha fijado para cubrir aquellos kilos que entran en el aparejo de forma accidental y que, por imperativo legal, no se pueden descartar.
La comisión sectorial de cerco del Consello Galego de Pesca había acordado solicitar paradas temporales, de unos tres meses, para la flota más afectada. Pero resulta que «xa eles [los dirigentes de Pesca] tiñan esa mesma idea e puxeron enriba da mesa a posibilidade de facer paradas biolóxicas», explicó José Antonio Pérez, presidente de la Federación Galega de Confrarías, al término de la reunión convocada por la Secretaría General de Pesca para analizar la situación en que quedan los distintos segmentos de flota una vez que se conocen los cupos de captura para el 2023.
El ministerio se abre así a convocar paradas temporales para la flota más afectada. ¿Cuál es? Para Madrid, la del cerco. No la del arrastre, ni la de artes menores, a tenor de los reparos que las autoridades de Pesca pusieron a Juan Carlos Corrás, gerente de Pescagalicia, cuando explicó que también hay arrastreros que están afectados porque tenían el jurel como especie principal.
Y no todo el cerco se ve en el Gobierno como flota afectada. «Hai barcos para os que o xurelo representa o 20 % e para outros o 40 ou o 50», apunta Pérez. El presidente de las cofradías gallegas abunda que alrededor del 20 % de las embarcaciones de cerco gallegos son «moi dependentes». Son aquellas que no se desplazan al Cantábrico a por bocarte, ni a por xarda y que se dedican básicamente a sardina y jurel. «Uns corenta ou cincuenta barcos», barrunta.
Estudio de dependencia
Para determinarlo oficialmente, la Secretaría General de Pesca analizará la dependencia a través de las notas de venta. Eso determinará para qué barcos «é factible ou non a parada» y qué porcentaje se establece para fijar la dependencia, explica Pérez, quien llamó la atención sobre la necesidad de incluir en ese análisis a otras modalidades de cerco, como la piobardeira.
Las opciones que, según el ministerio, se plantean se canalizan por la vía de utilización del Fondo Europeo Marítimo de la Pesca y la Acuicultura (FEMPA), a través del establecimiento de paradas temporales con los criterios que fijan los reglamentos comunitarios. La secretaria general de Pesca, Alicia Villauriz, se comprometió con el sector a analizar con él los distintos escenarios que sean posibles, recogió en un comunicado.
En la reunión se profundizó sobre el concepto de captura accidental y las medidas de control que se aplicarán a los barcos para comprobar que no se hace pesca dirigida. Asimismo, se apuntó la necesidad de avanzar en la mejora de la investigación científica sobre esta especie, por ejemplo para abordar su estado en las aguas españolas, o el análisis de la situación biológica de las diferentes especies de jurel que actualmente se evalúan globalmente.
Más afectados
Corrás, por su parte, apuntó que ese porcentaje de dependencia que se fije debe aplicarse a todas las flotas. Aunque es cierto que el cerco es el más afectado por el cierre del jurel, hay otras modalidades, como algunos arrastreros de litoral y un puñado de unidades de Gran Sol, para las que este pelágico tiene un peso importante en la composición de sus capturas y, por tanto, también deberían tener acceso a esas paradas temporales que, a juicio del Consello Galego de Pesca, deberían ser voluntarias e, incluso, rotatorias.
El gerente de Pescagalicia añade que la prohibición de pesca dirigida hacia el jurel se suma a otras que ya tiene el arrastre de litoral, como el veto de la cigala en aguas gallegas —la unidad funcional 25 ya lleva siete años cerrada—, la veda temporal para la merluza frente a la zona de A Coruña, los cierres que se han establecido para el besugo, y las recientes 87 áreas impuestas para proteger los ecosistemas marinos.
Corrás confía en que este año pueda realizarse la campaña científica con barcos de pesca comercial para determinar el estado de la cigala, pero lo único que se le ha confirmado, de momento, es que se realizará una prospección con cámaras de televisión.
La cuota de anchoa será de las más altas en años al bajar la multa por pescar xarda de más
A falta de xurelos, buenos son bocartes. Ante la crisis que supone para la flota en general pero para el cerco en particular que no se pueda pescar jurel de forma directa desde Fisterra hasta Noruega, llegan como caídas del cielo las 30.000 toneladas de anchoa que la flota española podrá capturar la próxima campaña en el Cantábrico.
El de Engraulis encrasicolus —nombre científico del bocarte (en fresco), anchoa (en salazón) o boquerón (en vinagre)— fue uno de los totales admisibles de capturas (TAC) que quedó sin fijar en el último Consejo de Ministros de Pesca, celebrado los días 11 y 12 de este mes porque faltaba la información científica. Ya se ha publicado. Y certifica la «excelente situación biológica» de la anchoa, en palabras del Ministerio de Pesca. Tanto, que los asesores científicos, el ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar), recomiendan un TAC de 33.000 toneladas, de las que más del 90 % corresponde a España.
La flota española que faena en la 8c —de Fisterra al golfo de Vizcaya— dispondrá de 29.700 toneladas, «una cuota entre las más altas desde la reapertura de la pesquería en el 2010». Pero no porque se haya subido el TAC, dado que el propio ministerio señala que es «la misma cifra de los últimos años», sino porque por primera vez desde el 2016 se podrá pescar casi íntegra. Casi. Hay que descontar «únicamente» 180 toneladas, apuntan desde el departamento de Luis Planas. Es el último pago de la multa que tenía que satisfacer España por haber pescado xarda de más. Lo de únicamente viene a que en campañas anteriores se restaban 3.696 toneladas.