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Accidentes Marítimos aconseja vigilar más a cerqueros para evitar naufragios

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

«La gota que colmó el vaso». 8 de los 10 tripulantes sobrevivieron al naufragio del Siempre Güeto en junio del 2021. El cerquero volcó «muy rápido» entre Cedeira y Cariño. Modificaciones a bordo lo convirtieron «en un buque inseguro». Ese día fue «la gota que colmó el vaso», dice la Ciaim
«La gota que colmó el vaso». 8 de los 10 tripulantes sobrevivieron al naufragio del Siempre Güeto en junio del 2021. El cerquero volcó «muy rápido» entre Cedeira y Cariño. Modificaciones a bordo lo convirtieron «en un buque inseguro». Ese día fue «la gota que colmó el vaso», dice la Ciaim CESAR TOIMIL

Recomienda inspeccionar la estabilidad y comprobar el peso de las redes

28 feb 2024 . Actualizado a las 09:12 h.

Siempre Güeto, Sin Querer Dos, Divina del Mar, O Bahía, Nuevo Pepita Aurora, Nuevo Luz, Nuevo Pilín, Hermanos Landrove, Safrán, Siempre Casina... Volanteros de fondo los tres últimos, cerqueros el resto, todos han naufragado, tiñendo de luto decenas de familias en Galicia y otros puntos del litoral atlántico español. Tragedias que en la mayoría de casos sucedieron al inundarse los barcos y volcar. «Teniendo constancia de que [le sucedió a] varios pesqueros de cerco» semejantes al Siempre Güeto, un barco de Portosín que en junio del 2021 quedó quilla al sol entre Cedeira y Cariño salvándose ocho de sus diez tripulantes, la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) recomienda a la Dirección General de Marina vigilar más ese tipo de embarcaciones.

En su informe sobre un siniestro que ocurrió en la travesía desde Burela a su puerto base, la Ciaim concluye que la estabilidad del Siempre Güeto «era muy deficiente, y que navegaba con sobrecarga». Lo atribuye a obras de reforma e instalación de equipos por encima de la cubierta principal que aumentaron su peso un 20 %, elevándolo verticalmente un 13 %, además de llevar a bordo 13 toneladas de redes, un 350 % más de lo autorizado.

«Reformas menores» en un cerquero de 22 metros de eslora, casco de acero y 79 toneladas de arqueo bruto, condujeron al extremo de navegar «con la flotación a escasos milímetros de la cubierta principal». Esas modificaciones «se realizaron sin autorización de la autoridad marítima». Por tanto, «el accidente cabe atribuirlo a un incumplimiento por la parte armadora y por el patrón de los procedimientos» sobre la estabilidad y la carga admisible a bordo. 

Capitanías y aseguradora

Dicho eso, considera «difícil justificar que ningún inspector de las capitanías marítimas que han asistido a este buque haya advertido» los cambios en el barco. Y juzga «preocupante que otras entidades relevantes que tienen la seguridad marítima como elemento principal, como la compañía aseguradora, tampoco advirtieran estas modificaciones».

De ahí que aconseje a las autoridades españolas acciones formativas específicas para los inspectores de las capitanías marítimas con cerqueros «de características similares» al Siempre Güeto. Complicado saber cuántos hay entre los 145 con base en Galicia, los 95 del resto del Cantábrico o los 76 del golfo de Cádiz.

La Ciaim incide en que «se debería recordar a los inspectores» que al revisar si el casco y el equipamiento se corresponde con el original y las reformas autorizadas, «comprueben especialmente instalación de nuevas grúas o maquinaria, presencia de placas identificativas en las grúas, recrecimientos de amuradas y cambios en el barandillado de popa, o presencia de equipos nuevos (neveras, carretes de malleta...)».

«Dado que se ha detectado en varios accidentes similares la presencia de artes de pesca de peso muy superior al autorizado, sería deseable comprobar regularmente» las redes, apuntan desde este órgano colegiado del Ministerio de Transportes, al que también pertenece Marina Mercante. Como el pesaje en directo puede entrañar «dificultades logísticas en algunos casos», sugiere estimarlo con la certificación del fabricante o por el volumen.

A las autoridades españolas le proponen, además, modificar la normativa nacional, para que los barcos de entre 12 y 24 metros de eslora «tengan la obligación de hacer una experiencia de estabilidad cada 10 años», hayan realizado reformas o no, equiparándolos así a los de más de 24 metros.

Sobre el naufragio del Siempre Güeto, la Ciaim concluye que navegó durante años «empeorando progresivamente sus condiciones de flotabilidad y estabilidad» hasta que el 17 de junio del 2021, las condiciones de mar y viento, «sin ser extraordinarias, las comprometieron definitivamente».